Capítulo 6

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Antes de empezar, repito lo mismo de sieeempre, ya parezco pesada y todo, pero seguro alguien me va a acabar ignorando, y no quiero que se repitan los malos rollos (que no es la primera vez). Esta novela, y cada capítulo están protegidos por Safe Creative, por lo cual está prohibido su copia o adaptación. Si queréis adaptarlo, o tomarlo como base para vuestra historia, es muy sencillo abrirme mensaje y pedírmelo. Como digo, no es la primera vez que pasa, y prefiero evitar temas legales, tanto yo como vosotros <3.

Sin más, espero que os guste <3.

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El ambiente en el porche era un tanto animado. Las mujeres aprovecharon aquel lluvioso día para tomar el té, como era tradición entre ellas, y compartir experiencias sobre variados temas. Llegó a tal punto en el cual el ambiente cambió drásticamente a uno de añoranza, cosa que le interesó en sobre manera a Elesis. Hayley les estaba relatando sobre su vida pasada, mucho antes de llegar al Palacio de Nerón. Todas ellas crecieron fuera de aquellos muros y la primera vez que entraron, algunas unos años antes que las otras, se les impidió volver a sus hogares, teniendo que acatar las normas de este nuevo hogar. Las mujeres coinciden con que esos hechos ocurrieron el mismo día de su presentación con el príncipe, el actual monarca.

Elesis tenía muchísimas cuestiones en mente, sobre todo siendo consciente de que dentro de unos meses, o incluso días, acabaría viviendo en carne propia una experiencia similar a la de las concubinas de su padre.

— ¿Cómo te sentiste tras ser conocedora de tu matrimonio con mi padre, Hayley? —la menor eligió con cuidado sus palabras, y moduló la voz para tratar de no hacerla sentir incómoda. Hayley, en cambio, se mostró abierta a contar su experiencia, cosa que a Elesis le tranquilizó.

— Me revelaron ese tema nada más llegar aquí por primera vez. Mis padres no me permitieron saberlo de antemano, cosa que me molestó en desmedida. Mantuvieron el secreto durante varios años. No quería acatar sus órdenes, pero estaba obligada a contraer matrimonio con el Rey. Eso sí, me pareció un tanto extraño que él quisiese tener otra esposa, porque en aquel entonces ya estaba casado con Lou antes de yo llegar, e incluso ella estaba en cinta.

— A mí, por mi parte, no me resultó tan extraño—interrumpió Lou—. Aunque no niego que fue una noticia bastante desagradable. Yo ya era consciente de lo que me esperaba incluso antes de llegar a Palacio, mi padre tenía implantado ese estilo de vida con mi madre y sus otras dos esposas. Aunque no niego que deseé que el rey fuese diferente y no quisiese tener más esposas, pero me equivoqué. Es una tradición un tanto bárbara en Neromia, si me permitís decirlo.

Elesis deseó con todas sus fuerzas que su futuro esposo no fuese de Neromia. Aquel país podría ser bastante avanzado en torno a infraestructuras tecnológicas, pero para nada lo era de mentalidad. Los ciudadanos de Neromia tenían permitido poseer tantas esposas como dedos tenían en las manos, con la única condición de que tuviesen suficiente renta para mantenerlas a ellas y a sus hijos. Era humillante el nacer mujer en aquella sociedad en la cual te trataban como un mero objeto, y tus padres intercambiasen tu cuerpo a cambio de títulos nobiliarios o riquezas.

Todas aquellas mujeres adultas que la rodeaban, antes de ser esposas del Rey, pertenecían a familias de distintas clases sociales del reino. Mientras que Lou era hija de unos marqueses, Hayley nació en el seno de una familia de músicos. Thalia, a diferencia de ellas, era la hija de unos panaderos. Conoció al Rey en su hogar, cuando le sirvió un pan recién horneado mientras trabajaba en la panadería de sus padres. Y cómo no olvidarnos de Laurel, la madre de Michael y Mel. Ella pertenecía a una familia noble pero, a raíz de una enfermedad, pasó al más allá hacía dos años. Para Elesis, aquella mujer era incluso más madre que la suya. Le enseñó que debía perseguir sus sueños hasta conseguir hacerlos realidad, aún teniendo que pasar por encima de los deseos de su familia.

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