17 de octubre

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-Este cubo se acaba de convertir en mi mejor amigo.

Mackenzy vivía últimamente pegada a un cubo de plástico donde vomitaba hasta sus primeros recuerdos. Según ella se había intoxicado.

-¿Has ido al médico? -preguntó Em, quien pasaba por ahí.

-Sí. Me dan los resultados dentro de unos días.

-¿Cómo que dentro de unos días? ¿No te han dicho lo que tienes?

-Creo que cuando fuimos a comer fuera la otra noche pillé algo.

-Pero no puede ser, Elise y yo estamos bien -dijo Em cogiendo a la pequeña en brazos.

Mackenzy se levantó del sofá tambaleándose.

-¿Adónde vas?

-Elise no ha comido.

Em insistió en que descansara.

-No te preocupes por ella. Descansa que yo me ocupo.

-Gracias -dijo. Después le giñó un ojo a Elise-. Pórtate bien granujilla -la niña asintió con una sonrisa.

Hoy la agenda estaba más o menos despejada. Solo teníamos que asistir a un casting para elegir a las personas que saldrían en el próximo videoclip. Ya que Mackenzy se negaba a salir en él.

Se sentía adormilada casi todo el tiempo y su piel estaba más pálida que de costumbre. También había bajado considerablemente de peso, y se negaba a comer por falta de apetito. Su estado actual preocupaba a Em, quien insistía en que comiera, y se quedara en casa.

-Si quieres me quedo hoy en casa -Em entró en el salón y se sentó en el sofá, apoyando el codo en el respaldo, mostrando los tatuajes que tenía bajo el antebrazo.

-De eso nada. Que después viene Paul a cantarme las cuarenta -ella le imitó.

-¿Qué significado tiene el tatuaje de tu brazo?

-Una historia muy larga.

Em abrió la boca para hablar, pero Mackenzie comenzó a provocarse. Éste cogió el cubo que ella había dejado en el suelo, y la inclinó hacia delante.

-Tranquila, suéltalo todo -dijo mientras le masajeó la espalda.

Cuando terminó de vomitar, Em le alcanzó un pañuelo para limpiarse los restos.

-Me siento como una mierda.

-Voy a llamar a Paul para decirle que cancele el casting.

-Em... Tienes que ir.

-¿Y dejarte aquí sola?

-No lo estoy. Tengo a la tele y un sofá comodísimo -intentó levantarse del sofá por segunda vez y fue hasta él. Posó ambas manos sobre sus hombros-. Si te vas ahora no pillarás cola.

-De acuerdo. Pero si te encuentras peor ya sabes lo que tienes que hacer.

-Que sí papá -dijo imitando a una niña pequeña-. Anda vete ya que vas a llegar tarde.

Em salió de su casa y posteriormente se subió en su Cadillac negro para ir a Detroit.

En el casting...

Cuando llegó, las luces estaban apagadas y no parecía que hubiera nadie dentro del edificio.

-¿Qué coño pasa? ¿Es que me he equivocado de día? -sacó su teléfono del bolsillo y marcó el número de Paul.

Antes de que se escucharan los pitidos, la luz se encendió y todos salieron de su escondite.

-¡Feliz cumpleaños! -dijeron todos los presentes.

Entre ellos se encontraban Sway, 50 cent, su hija Hailie, por supuesto, Paul, y varios miembros del personal.

-¡Felices 47! -su hija se le acercó y le dio un fuerte abrazo-. Todo fue idea de Mackenzy. ¿A que te has sorprendido?

-Tanto que casi me muero de un infarto -contestó con sarcasmo.

-El gran Eminem se hace viejo. Me parece mentira que el chaval blanco de Detroit haya crecido tanto. Por cierto, ¿dónde está Mackenzy?

-Está enferma. No ha podido venir.

-Dile que se mejore de mi parte.

La velada duró hasta altas horas de la noche. Al final todos acabaron con ardor de estómago y dolor de cabeza. La mayoría se tambaleaba, mientras sostenían una botella de varias marcas de cerveza. Solo unos pocos se encontraban sobrios. Como Em, que jugueteaba con una botella llena, mientras estaba sumergido en sus pensamientos. Paul apareció entre la multitud y le palmeó el hombro.

-Hay algo que debes saber.

-¿El qué?

-Bully me dijo que hace unos días le llegó un parte médico.

-Pero ella me dijo que aún no le habían dado una respuesta.

-Su estado es crítico Em, no te voy a mentir -Paul hizo una breve pausa-. Hace unas semanas le hicieron una resonancia y le detectaron un tumor en la superficie del lóbulo parietal del cerebro.

-Espera, ¿qué? -Em dejó de juguetear con la botella y miró a Paul.

-Se muere Em, le han dado 6 meses.

-¿Y desde cuando lo sabes?

Em sentía una mezcla de emociones en su interior. No sabía si llorar o pegarle una patada a algo.

-Desde hace unos días. No te enfades con ella. Todos sabemos lo que hace el cáncer, tanto a la persona afectada como a las de su alrededor. No quiere involucrarte en todo esto.

-¿De verdad creía que podría ocultármelo?

-Trata de no ponerte en plan Shady cuando llegues a tu casa. Lo último que necesita es que se lo echen en cara.

Poco después de la conversación, la fiesta llegó a su fin. Por lo que era hora de volver a casa.

Nada más llegar, pudo escuchar unos sollozos que provenían de la cocina. Em fue hasta allí, y vio a Mackenzy apoyada en la encimera, con una mano cubriendo su cara. Las lágrimas, abundantes, caían por sus mejillas. El lloro cesó cuando se percató de que Em había llegado.

-Paul te lo ha contado, ¿verdad? -dijo con la mirada fija en el suelo.

Lo único que pudo hacer es acercarse a ella, pero ésta le detuvo.

-No quiero arrastrarte conmigo. Los dos sabemos que esta situación es un espectáculo de mierda.

-Si yo te hablara de espectáculos de mierda... Mi vida lo fue. Puedo pasar por lo mismo una vez más. Además, si puedo ayudar a un amigo no dudaré en hacerlo.

Mackenzy le miró. En el fondo agradecía que quisiera estar a su lado. Por supuesto, los dos sabían a lo que se enfrentaban.

Bullshit · EminemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora