Bye, past fucking

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"Hace días que se especula el cierre de un contrato fijo entre Shady Records y Bullshit, de la cual aún no se ha revelado su auténtico nombre. Según varios cantantes cercanos a la rapera, 'realmente se lo ha ganado' u otras cosas como: 'Todos deben de conocer los esfuerzos que realiza mientras lucha contra el cáncer, y ejerce de madre a la vez'. Pero seguro que todos estarán ansiosos por conocer más detalles sobre la 'supuesta' relación entre Bullshit y el veterano del rap: Dr Dre , los cuales no han aparecido para desmentir este rumor".

¿Lo habéis leído? Pues que sepáis que solo es un trozo de los millones de blogs que, gente sin vida social, ha creado sobre mi vida privada.

¿Qué decís? ¿Que por qué el narrador ha cambiado? No sé vosotros, pero creo que iba siendo hora de contar mi propia historia en este mundillo de famosetes enganchados al crack. Pero volviendo al tema que a todos parece importarle más que su propia vida, sí, estoy saliendo con Andre. Y sí, nos va realmente bien.

Aún así, a pesar de tener una vida feliz, no puedo evitar sentirme culpable. Marshall y yo habíamos convivido durante dos años bajo el mismo techo. De alguna forma sentía que nada podría reemplazarle. Sacudía la cabeza cuando pensaba en eso. En las posibilidades. Todos los futuros alternativos.

Estábamos en el apartamento de Andre, en el que residía actualmente.

Él firmaba papeles en la mesa del comedor, cuando llegué a casa al terminar la sesión de quimioterapia. Según los médicos, el cáncer se iba rindiendo, y tras dos años, casi se podría dar por finalizado. Lo peor había pasado. Por el momento.

-¿Qué tal te ha ido? -preguntó mientras se levantaba e iba hacia mí para darme un beso.

-Por el momento todo bien. Aunque me gustaría darme una ducha.

-¿Voy yo también? -sonrió.

-¿No estás trabajando?

-Depende de tu respuesta.

-Tienes 5 minutos.

Me desabroché el abrigo y lo dejé caer al suelo. Andre mientras, ordenaba los papeles con rapidez y algo de torpeza. Entró al baño después de mí y calenté el agua.

Hacíamos esto muy a menudo. ¿Pero qué era aquello que sentía? Me comenzaba a frustrar. Volver a recrear cada minuto que pasé con Marshall. A veces pensaba en lo que pensó cuando desaparecí aquella mañana. Me había llevado todas mis cosas.

-¿Ocurre algo? -preguntó algo preocupado.

Los dos estábamos acostados en la cama, abrazados como si fuéramos koalas.

-¿Alguna vez has querido cambiar algo de tu pasado?

-Supongo, pero eso nos pasa a todos. ¿Por qué lo preguntas? ¿Te ha pasado algo?

-No. Es solo que... le debo una explicación a alguien importante.

-Ya veo... -un silencio incómodo reinó entre nosotros-. Será mejor que vayas a ver a Marshall.

-¿A qué te refieres?

-Seré viejo pero no tonto. Has cambiado desde que ya no le ves. Y por si no te has dado cuenta todavía, tú le quieres. Veo lo que piensas cuando estás conmigo, y lo feliz que te pones cuando alguien lo nombra. Cuanto más tiempo permanezcas huyendo de todos tus problemas, más difícil se hace después vivir sin remordimientos.

-No puedo dejarte tirado sin más -me rozó la mejilla por última vez.

-La felicidad ante todo. Los dos os lo merecéis. Además, si no lo intentáis, ¿cómo sabréis si funcionará? -sonreí.

-Este año ha sido el mejor de mi vida. Gracias por todo.

Le di un último beso antes de irme. Durante el viaje en autobús reflexioné sobre cómo le iba a contar a Marshall algo tan complicado. ¿Sería cauta? ¿O me lanzo a la piscina? Me confortaba saber que Dre lo comprendía. ¿Pero podría mirarle a los ojos después de esto?

Una vez en la entrada de la casa de Marshall, aporreé la puerta hasta que él abrió. Se había vuelto ha dejar algo de barba. Sentí que volvía a revivir la primera vez que nos vimos.

El corazón me latía con violencia.

-¿Ahora te dignas ha aparecer? -nostalgia e ira a partes iguales se reflejaban en sus ojos.

Le miré a los labios y luego la los ojos una vez más. Lo siguiente que recuerdo son mis labios contra los suyos. Él no hizo nada para detenerme. Me separé.

-Lo siento tenía que...

Me calló con un beso salvaje, pasional. Comprimía mi labio superior entre los suyos. Esta sensación... no la había vuelto a vivir desde que murió Scott, el padre de Elise. No podía dejarme llevar. Cuando acabó volví a hablar.

-Tienes que saberlo, ya no puedo más.

-¿De qué estás hablando?

-No soy la mujer que crees... -tomé una bocanada de aire antes de seguir-. Meses antes del nacimiento de Elise, me condenaron a 20 años de cárcel. Los delitos fueron: posesión de armas y drogas, consumo, atraco a mano armada y... asesinato -miraba al suelo. No me atrevía a mirarle a los ojos-. Me mudé al Bronx por culpa de mi padre cuando era pequeña, un lunático. Mi nombre es Neelam, Neelam Vashti, hija de una terrorista.

Él no reaccionó, y lo comprendo.

-Sé que quieres que me vaya y es lo que haré.

Me di la vuelta y puse mi mano sobre el pomo de la puerta. De pronto, comenzó a reírse.

-No tienes ni idea de lo que quiero. Me importa muy poco quien eres en realidad. Solo quiero que sepas que me hiciste daño cuando te fuiste, ¿vale? ¿Ya estás contenta?

-No, Marshall no lo estoy, tienes que comprender por qué me fui. Me estaban siguiendo la pista, ¿de acuerdo? Tenía que protegerte.

-¿Protegerme de quién? ¡Ahora entiendes porque no estoy interesado en una relación! Todo lo que saben hacer las personas es mentir, y mentir. ¿Por qué ibas a ser diferente?

-Porque soy la única mujer que te ha querido de verdad. Maldito gilipollas ¡te quiero! Ya lo he dicho, ¡te quiero joder! -le empujé.

Marshall alzó la cabeza y me miró con el ceño fruncido levemente al igual que sus labios.

Y lo que pasó después... ya os lo podéis imaginar. Pasé la noche allí acurrucada. A decir verdad me sentía como una puta barata, ¿pero qué más podía hacer?

-Cásate conmigo.

-Deberíamos esperar.

-Ya lo he hecho, llevo esperando tres años.

Bullshit · EminemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora