Ya era la tercera vez que lo observaba en el día.
Nunca había entendido la razón exacta por la que lo hacía, tal vez se debía a los bonitos ojos marrones del muchacho, a sus pecas graciosas en la cara, a su forma patosa de caminar...
O quizá...
Simplemente...
A lo bien que se la pasaba burlándose del muchacho cada vez que la cagaba intentando ser popular. Una y otra vez, durante años, notó que siempre que el hijo del jefe ponía un pie fuera de su casa se armaba la gorda.
Es que simplemente no se lo podía explicar, el jovencito tenía ideas realmente brillantes para cazar dragones, todo esto debido a que "Hipo" -Como había escuchado que le decían- no era muy... Habilidoso físicamente, por no decir que el chico a penas y podía caminar y respirar al mismo tiempo.
Esa noche no era diferente.
Jack sobrevolaba por encima del taller de Bocón cuando al asomarse por la ventana, se dio cuenta de como el famoso niño problema presumía un nuevo artefacto extraño que probablemente fallaría.
El peliblanco suspiró desde arriba mientras congelaba una pequeña llamarada que venía hacia su cabeza.
-¿No te cansas verdad?- Rió entre dientes adentrándose al lugar, obviamente sin que nadie se percatara de su presencia.
El herrero le repetía por milésima vez a Hipo que lo mejor sería que se quedara a salvo en casa, mientras el susodicho replicaba, terco por parte de padre, que prefería salir a cazar dragones.
Al ya haber escuchado ese tipo de discusiones una y otra vez el peliblanco decidió aprovechar para acercarse al invento del chico, mientras los otros dos peleaban.
Lo miró con detenimiento -¿Para que sirve...?- sin pensar en las consecuencias (como siempre) Jack jaló una palanca del lado derecho del... Coso, y unas boleadores salieron disparadas golpeando a un hombre al otro lado del mostrador en donde recibían las armas.
-Ups- El peliblanco soltó una carcajada mientras el de caballo castaño intentaba justificar lo ocurrido como un problema de calibración.
Jack frunció el ceño y rodó los ojos, -"Priblimi de cilibricin"-. Vio como Bocón le soltaba sobre las manos una espada al menor, y con una sonrisa traviesa decidió subirse sobre el metal, de manera que esta pesaba el doble de lo que el pecoso podía aguantar.
-Ahí están tus "Problemas de calibración mocoso"-
Hipo se vino para enfrente y estuvo a punto de caer cuando Jack se bajó de la espada, luego sonaron gritos afuera y el herrero se armó para combatir -Quieto... Ahí...- dijo el vikingo mayor hasta finalmente irse apoyar a su gente.
-Tres, dos, uno...- Jack bajó el último dedo que tenía alzado y vio como Hipo corría hacia el artefacto atrás de sí para después emprender una carrera hacia la puerta, atravesando al peliblanco que tenía una creciente sonrisa complacida en el rostro. -Lo sabía-
Voló detrás de él con su cayado en mano dejando una ventisca a su alrededor y un poco de escarcha por donde pasaba.
-¡Ve más rápido amigo, sino no vas a poder cazar tu Furia Nocturna!- para acelerar los pasos de Hipo Jack fue dejando un camino de hielo por el que el pecoso fue patinando.
-¡Ay dioses!- gritaba el castaño en cada giro brusco que Frost lo hacía dar para que no chocase con las personas o pudieran evitar un dragón.
-Agh- se quejó Jack al sentir un ligero ardor en el hombro causado por una pequeña bolita de fuego que se apagó de inmediato cuando puso un dedo sobre la misma. -Por eso odio a los dragones-
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Hijo de la Luna [Frostcup❄Hijack]
Fanfiction"Tonto el que no entienda Cuenta una leyenda De una hembra gitana que conjuró a la luna hasta el amanecer, llorando pedía, al llegar al día desposar un calé Tendrás a tu hombre piel morena Desde el cielo habló la luna llena Pero a cambio quiero...