Sensaciones extrañas

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Hipo y Chimuelo aprovechaban la oscuridad para hacer menos obvias sus rondas nocturnas, y tal como el día anterior, ahí estaban los cazadores de dragones, demasiado lejos de sus tierras y demasiado cerca de la suya para el gusto del vikingo.

Habían puesto ya algunas trampas para atrapar incluso a una pesadilla monstruosa, completamente escondidas gracias a Astrid y perfectamente diseñadas gracias a la supervisión de Bocón cuando Hipo se encontraba haciéndolas.

Sin embargo nadie había caído en ellas.

Los vikingos no podían atacar porque nadie había irrumpido en su territorio aún, y él no iba a ser quien empezara la guerra yendo contra los barcos de los cazadores, incluso cuando su pareja le aconsejaba que tendrían una ventaja mayor si se ponían en movimiento antes de que los otros lo hicieran.

Hipo estaba seguro de que había algo muy sospechoso en todo eso.

¿Por qué irían los cazadores a Berk?

Los berkianos los superaban con creces en números y armamento, además era SU tierra, conocían el clima, los parajes peligrosos, podían utilizar todo eso a su favor. Los cazadores debían ser demasiado tontos para realizar un ataque en esas condiciones.

Había algo de lo que el castaño se estaba perdiendo.

Astrid soltó un suspiro. -Debiste aceptar la ayuda de Jack-

-No quiero preocuparlo.

La rubia se acercó por detrás, puso sus manos sobre los hombros del chico y comenzó a masajear lentamente.

-No creo que puedas hacer más por hoy, y en general no creo que podamos hacer nada a menos que vayamos a vigilarlos directamente.- Al ver que no obtenía respuesta la rubia frunció el entrecejo y se alejó del castaño. -Hipo, no podemos simplemente hacer como si no estuviesen Si tu no lo haces, yo misma organizaré una comitiva para revisar el perímetro.

El oji-verde negó lentamente. -Es peligroso Astrid.-

La muchacha bufó, el otro solo se encogío de hombros nervioso. Sabía que la chica tenía razón, sin embargo no estaba dispuesto a arriesgar ni a Jack ni a ella sin saber qué era lo que tramaban o elaborar un plan.

De repente recordó la promesa que había hecho el día anterior con el peliblanco. "Yo seré tu guardián". Esas palabras provocaban una sensación extraña dentro de Hipo. Habían prometido protegerse

¿No es así?
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-Necesito experimentar algo.

-¿Y para eso necesitas que haga figuritas de nieve... - lo miró con un semblante de burla palpitante -...Que flotan?

-Monstruos.

-Si bueno, no estoy muy seguro de que un conejo pueda ser considerado un monstruo.

-No te pediría un conejo si no fuera lo único que supieras dibujar.

-¿Por qué tendría que aprender a dibujar otra cosa, me gustan los conejos...- sonrió apenas- Y los patos.

Pitch se llevó una mano a la barbilla y movió un poco su pie derecho. -Creo que un pato es más amenazador que un conejo, dibuja un pato.

-¡¿Qué dices?! ¡¿Un pato amenazante?! ¡Los patos son muy tiernos!

Jack podía ver como su compañero le chirriaban los dientes de lo fuerte que apretaba la mandíbula y solo le provocaba risas por lo mucho que le encantaba sacarlo de quicio.

-De cualquier forma, ¿Para qué quieres que haga patos? ¿Vas a luchar contra los guardianes con un ejercito de patos de nieve?

El pelinegro soltó un bufido de exasperación -Verás, conejo está rompiendo las reglas, decidió dejar de hacerle caso a la luna cuando se dio cuenta de que me estaba fortaleciendo, ya he perdido varias pesadillas por culpa de Sandman y necesito recuperar terreno.- Dijo el hombre demasiado rápido y moviendo mucho las manos, como una persona que comienza a desesperarse.

Hijo de la Luna [Frostcup❄Hijack]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora