¡Tú eres MI esposa!

1K 108 83
                                    

(AV)

Pasé algunas horas en la nueva galería, realizando todas las coordinaciones para su próxima inauguración. Si las cosas marchan como espero, no debería pasar de la otra semana. No puedo evitar sentir una inmensa felicidad por saber que siempre si podré vivir este momento al lado de mi amada esposa.

Quería que me acompañe hoy, no quería separarme de ella, pero prefirió quedarse en casa. No puedo negar que me sentí algo triste, pero supongo que estaba cansada. Ahora sólo puedo apurarme lo más que puedo para volver pronto a casa, para volver a su lado.

Unas horas después, con todo ya organizado, no lo pensé dos veces para salir de ahí. Manejé lo más rápido que pude y al llegar entré a la casa casi corriendo. Pero aunque recorrí todas las habitaciones, no encontré a Piper por ninguna parte.

¿Dónde podría haberse metido?, un mal presentimiento se instaló en mi pecho, pero al dar un vistazo rápido logré visualizar una nota:

"Mi amor,
¡Estoy bien tranquila!
Red me pidió que la acompañe a hacer un trámite, trataré de no tardar.
Te amo.
Pd: Yo también te extraño"

No pude evitar sonreír, me conoce tan bien. Resignada decidí esperarla, iba a llamar a Red para preguntarle cómo les estaba yendo, pero preferí no interrumpirlas. Recién en este momento me di cuenta de que Piper aún no tiene un nuevo celular. Hasta este momento no lo había necesitado, no nos habíamos despegado, pero ahora lo veía indispensable. Definitivamente iríamos a comprar uno más tarde.

Estaba perdida en mis pensamientos cuando escuché el timbre sonar. Una sonrisa se dibujó en mi rostro automáticamente, debía ser ella que tampoco tenía llaves. Al parecer no habíamos pensado en muchas cosas importantes.

Me dirigí a abrir la puerta, y mi sonrisa de borró de forma automática al ver de quién se trataba.

- ¿Tú qué demonios haces en mi casa? - le pregunté directamente.

- Vine a que me des una explicación - dijo empujando más la puerta y auto invitándose a pasar por un costado - ¿Por qué me llegó este maldito documento diciendo que nuestra boda había sido anulada? - preguntó levantando una hoja arrugada entre sus manos que asumí era la notificación que le llegaría en estos días.

- No te debo ninguna explicación. Sabes perfectamente que todo era una farsa. Una maldita mentira con la que ya no quise seguir - le respondí furiosa. Ya no sabía cómo hacerle entender.

- Quizá para ti no significó nada - respondió indignado - ¿Cómo lograste anularlo?

- Verás, resulta que esa "boda" - le dije haciendo las comillas con mis manos - Nunca fue valida. Así que puedes olvidarte que eso pasó y seguir con tu miserable vida.

- ¿De qué demonios estás hablando? Todo fue legal, no pueden anularla así como si nada.

- No, nunca fue válida porque yo ya estaba casada - le dije mostrándole mi anillo.

- ¡Tú no estabas casada! ¡Estabas viuda! Y eso no te quita la posibilidad de casarte.

- Ahí es donde te equivocas. Yo no era viuda, mi esposa, la única y verdadera esposa que tengo, está viva - y al terminar de decirle eso su expresión cambio. Él ya estaba furioso, pero parecía que había activado algún tipo de bomba.

- ¡Eso es imposible! ¡Ella está muerta! ¡A ella la desconectaron! - "A ella la desconectaron" se repitió en mi mente, cómo demonios este sujeto sabía sobre eso.

- ¿Qué carajos acabas de decir? - le dije acercándome a él completamente fuera de mí. Titubeó por un momento, como queriendo retractar lo que acababa de decir, pero luego de unos segundos al notar que ya no había marcha atrás, una sonrisa que sólo podría describir como diabólica se dibujó en su rostro. Debo reconocer que me dio algo de temor su expresión, y dejé de acercarme.

¿QUIÉN ERES?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora