One-Shots Inazuma Eleven e Inazuma Eleven GO

Vladimir Blade - Día de primavera

Mirar tu foto no hace más que caiga en ese maldito recuerdo. Por Dios... cada vez que bloqueo la pantalla del móvil, trato de evitar entrar en la galería y mirarte. Mirar tu sonrisa, tus ojos...

De verdad, te echo tantísimo de menos. Mirar tu foto es como si una daga en el pecho se me clavara tropecientas veces, una y otra vez, haciendo que cada vez te extrañe más.

Odio al tiempo. Te lo prometo, de verdad que odio al maldito tiempo. Nos arrolla. Nos aniquila. Es cruel. No, no solo es cruel, es verdad que nos odia. Por su culpa no puedo verte. No podemos vernos. Mierda, te echo tanto de menos...

Oigo ese canto de las cigarras desde mi habitación del hospital. Tengo la ventana abierta, supuestamente hace calor aquí dentro de la habitación y fuera. Normal, es pleno agosto... pero ahora mismo tengo la manta sobre mis inútiles piernas. Siento como... si realmente dentro de mí se hubiera instalado el invierno, un invierno eterno...

¿Sabes? Estoy harto de este invierno. Me encantaría poder tener movilidad en mis piernas y ser libre, encontrarte y agarrar tu mano con tanta fuerza... para poder llevarte al otro lado del mundo, o incluso darle la vuelta. Te lo juro, estoy harto de este invierno. Si vieras y sintieras lo que siento yo... desearías ponerle fin. Justo lo que siento yo ahora mismo, quiero acabar con él. Nieva tanto en mi interior que tengo miedo que esta tormenta no termine nunca y me quede encerrado en ella, echándote de menos... espero no tener que aguantar mucho con ella...

Imagina estar conmigo viendo esa nieve de mi interior caer. ¿Cuánto tiempo más deberíamos ver esos copos de nieve, lentos y fríos, para poder llegar al primer día de primavera?

Ahora que lo pienso... la nieve en sí es bonita. Es lo único que me gusta del invierno. Son minúsculas partículas de agua congeladas... que flotan hasta caer al suelo, como polvo. Haré una pregunta retórica... ¿te alcanzaría entonces... si yo fuera la nieve de mi propio invierno?

Pero... esos copos de nieve caen... se unen y desaparecen... o tal vez se alejen cuando el viento sople. Son como tú. Te alejaste... y por ello te echo de menos.

No sé si hay un límite de tiempo para aguantar este invierno dentro de mí. Todo se incrementa al pensar que apenas puedo moverme y que no puedo salir de estas cuatro paredes. No me gusta que no vengas a visitarme, ¿por qué tuviste que irte? Quiero volver a jugar al fútbol contigo, reír contigo, salir con nuestros amigos...

Eres importante para mí. De la que más. Hay noches que no he dormido, con este anhelo de que aparezcas por la puerta feliz, con tus dulces y tu sonrisa.

Quédate. No sé cuantas veces te lo repetí. Parecería algo egoísta, pero no sabía que tu partida me afectaría tanto. Solo sigo en mi invierno, esperando a tu primavera. Quiero ver las flores y tus flores nacer. Que el blanco suelo se pinte de colores con las bellas flores de primavera. ¿Debí haberte pedido de verdad que te quedarás?

Recuerdo el por qué te fuiste. Cambiaste. Entraste en la universidad y dejaste de ser esa persona que yo conocía. Los primeros días bien, llegabas y me contabas lo de tus compañeros de clase, como había un chico que te gustaba...

¿O cambié yo?

Dios, creo que fui yo. Llegabas e ignoraba de lo que me hablabas de la universidad, por celos de no poder yo acceder a una. Tuve celos también de ese chico al que conociste.

¿Quién cambió, entonces? ¿Nos cambió el tiempo? ¿La naturaleza? ¿O simplemente cambiamos a a par del ritmo que lleva el mundo?

Te odio. Te fuiste. Me dejaste solo. Te... odio...

Pese a eso... aunque te fuiste... no pude parar de pensar en ti. No hay día que no abra el móvil y mire nuestra foto, aquella que nos tomamos cuando me sacaste del hospital y nos fuimos a tomar algo, estando yo en pijama. Por eso, te odio.

Debo superarte. Debo hacerlo. De veras que me duele mucho tener que hacerlo, pero, aunque te eche de menos, duele menos borrarte que odiarte.

Eres como el humo, un humo blanco. Deseo exhalarte con todas mis fuerzas, hacerte desaparecer para poder derretir esta nieve y comenzar una primavera de nuevo, solo, y aunque... aunque me duela...

No puedo.

No puedo dejarte ir así.

¿Te digo algo? Eres mi mejor amiga. Sí, hablo en presente, porque para mí, lo eres. El invierno no puede durar para siempre, ya que vivimos en un continuo ciclo. Llegará la primavera. Al igual que tras la oscura noche, llega el brillante día. Sé que lo sabes, pero quiero repetírtelo.

Cerezo. Pétalos. Flores. Fuimos un día a merendar en plena primavera, bajo un cerezo en flor. Nos llenamos de esos pétalos rosas, y entre risas, nos besamos.

Tal vez esos pétalos lleguen y acaben con mi invierno.

Espérame, ¿vale? Espérame unas cuantas noches. Prometo ir hacia ti. Aunque te odie. Aunque te extrañe. Aunque hagas de mí un invierno. Quiero que llegue ese día de primavera.

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¡Hola! ¡Felices fiestas! Vuelvo aquí con un nuevo formato de shot, por llamarlo así... Y es que quería probar escribir una historia basada en la letra de una canción.

La canción es Spring Day, de BTS.

No se por qué he escogido a Vladimir como protagonista de esta historia, pero ha sido el primero en el que he pensado... eso sí, nadie sabe el estado de la persona a la que se la dedica...

Lo dejo a vuestra libre elección.

Espero que la próxima shot venga pronto, así empezamos bien el año.

¡Nos leemos! —Zeta