Axel Blaze - Volverte a ver

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¡Habíamos ganado el Torneo Fútbol Frontier!
Era increíble. Mark llevaba el trofeo de un lado para otro por la caravana Inazuma, de vuelta al instituto. Yo reí junto con Jude y miramos la escena. Parecía imposible que de un equipo de al principio siete jugadores, hubiéramos conseguido ganar el TFF. Miré hacia Axel y sonreí. Él me devolvió la sonrisa y seguimos hacia el instituto. Justo cuando estábamos delante de las puertas tres balones negros cayeron del cielo, destruyendo el Raimon. Junto a los balones aparecieron tres personas, y los jugadores del antiguo Inazuma, caídos en el suelo.

—Jugadores del Raimon —anunció uno de ellos, por lo que me fijé, el capitán—. Hemos venido a destruiros.

—¡¿Cómo?! —dijo Mark—. No nos vencerás.

—¿Tú, un simple humano, vencer a Janus y al Tormenta de Géminis? No me hagas reír.

—Tormenta de Géminis... —susurré para mí misma, pensando.

—No perderemos —dijo Axel con decisión.

—¿Quieres comprobarlo? —dijo Janus con suficiencia, chutando contra Mark. Este intentó pararlo, pero en vano.

—Que... fuerza... —dijo tratando de detenerlo, pero debido a su potencia Mark cayó hacia atrás.

—¡Mark! —grité corriendo hacia él y ayudándole a levantarse.

—¿Eso era todo? —comentó el capitán del Tormenta de Géminis con suficiencia—. Y pensáis ganarnos, ¿verdad? —éste carcajeó y endureció la expresión—. No me tomes el pelo. En la Tierra tienen un dicho: En boca cerrada no entran moscas, así que aplicarse al cuento.

Comenzó el partido, pero nos fue imposible ganarles. Acabamos 17-0, y algunos de nosotros con lesiones graves, por parte de Steve, Jim, Timmy, Max y Sam. Llevaba varios días sin ver a Mark, así que decidí visitarle junto a Silvia. Le contamos lo que le ocurrió a los demás y fue al hospital a visitarlos. Yo fui a mi casa, intentando averiguar cómo ganar a los Mensajeros de las Estrellas, pero a mitad de camino paré y di media vuelta. Fui hacia el campo de la ribera. Cogí un balón que siempre escondía allí y me acerqué a la orilla del río. Me quité los zapatos y me senté con los pies sumergidos en el agua, con el balón en las manos. Estaba tan absorta que no escuché llegar a Jude.

—Sabía que estarías aquí —me dijo.

Di un respingo y solté el balón, que acabó en el agua. Me quedé mirando a Jude. Giré la cabeza y vi la pelota, que estaba alejándose lentamente.

—Ya voy yo —se ofreció, con una sonrisa de disculpa.

Se quedó descalzo, se quitó la capa y se remangó los pantalones. Cruzó el río y cogió el balón, y me lo pasó con las manos.

Lo recibí y él salió del agua. Se puso su capa y zapatos y se sentó a mi lado, agarrándose las piernas con los brazos. Yo crucé las mías y puse las manos en mis rodillas.

—¿Crees que podremos ganar a la Academia Alius? —dijo mirándome a los ojos.

Yo me quedé mirando los suyos a través de sus gafas.

—Claro que sí —le respondí mirando al frente—. La cuestión es cómo.

Este asintió y yo añadí:

—Además, ¿crees que Mark dejará que nos vayamos?

Jude rió, y yo volví a ponerme seria, sumida en mis pensamientos.

—Aunque... tengo la impresión de que alguien nos dejará pronto.

—¿Sí? —me preguntó mirándome dudoso.

One-Shots Inazuma Eleven e Inazuma Eleven GODonde viven las historias. Descúbrelo ahora