Algo se cuece en la empresa de los padres de Hanna. La joven, cerca de alcanzar los veinte años y a las puertas de acabar su grado en empresariales en la universidad de Harvard, no tiene ni idea de lo que sus padres tienen preparado para ella.
Por o...
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Antes de conocer mi historia deberíais conocer un poco de mi:
Soy hija de los dueños de una de las empresas mas grandes de Nueva York, lo que explica que siempre haya vivido bajo las mejores condiciones, asistido a los mejores colegios y que nunca me haya faltado de nada. No creáis que por ser de una familia adinerada soy una niña mimada (anda, me salió rima). Mis padres siempre me han educado para que me esfuerce y para que, si quiero algo, lo consiga por mis propios medios, no por que me lo hayan dado hecho.
Yo nunca he sido de las que hacen deporte, de hecho creo que nunca he practicado ninguno. Simplemente hacía deporte cuando me obligaba en el colegio, y por que era necesario para mi media. Yo era más de las actividades extracurriculares que se practicaban en una sala. Se tocar varios instrumentos: Piano, violín, guitarra, e intente aprender a tocar el arpa pero mis padres se negaron a meter un instrumento de ese tamaño en casa, aunque nos sobrara espacio.
También hice varios años de Ballet, pero lo dejé debido a una lesión. Nada importante, la verdad es que fue graciosa la forma en la que tropecé y caí del escenario. Me fracturé una pierna pero lo que acabó más dañado fue mi orgullo. A pesar de eso mis padres siempre me han denominado como una hija prodigiosa ante sus compañeros y amigos. Esto se debe a que en el colegio siempre tenía una media de diez y matrículas de honor, pero yo no era la típica cerebrito súper inteligente que lo sabe todo de todo. Lo que algunos llaman superdotación yo lo llamo esfuerzo y trabajo diario. Y curiosidad, mucha curiosidad y ganas de aprender cosas nuevas.
Yo estudiaba mucho, era buena con los números y siempre he tenido una capacidad de retentiva brutal. Eso ayudó a mis calificaciones a lo largo de mi paso por las escuelas más prestigiosas de Nueva York. Acabaron por saltarme un curso gracias a mis notas; cuando mis compañeros estaban estudiando para los exámenes finales del penúltimo curso, yo estaba estudiando para mi examen de ingreso a la universidad. Entre en la universidad de Harvard con diecisiete años. Me mudé a un piso cerca del campus y dejé a mi familia en Nueva York. Estudie empresariales durante cuatro años con la intención de trabajar junto a mis padres en su empresa, ese siempre fue mi sueño y lo he conseguido.
Hace poco que cumplí los veinte años y ya estoy graduada en empresariales. Después de cuatro años he vuelto a casa y estoy más feliz que nunca.
Dentro de poco mis padres me llevarán a la empresa para que vea el ritmo de trabajo y me incorpore lo más rápido posible ¿Emocionada? No, lo siguiente.
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Dos semanas después.
Llego a la empresa de mis padres vestida de forma elegante, bien peinada y maquillada.
—Buenos días señorita.
— Buenos días
Llego a la oficina de Papá y lo encuentro sentado en su escritorio atendiendo una llamada. Paso hacia dentro sin hacer ruido y le sonrío, el en respuesta me sonríe y alza su mano.
