Capitulo 27

1.9K 117 8
                                    

17/10/2020

Eric

Me quedo parado en el quicio de la puerta, sin palabras. No puedo moverme por mucho que quiera, aunque todo este tiempo que Hanna ha estado aquí he estado soñando con verla despierta y hablar con ella, ahora mis piernas no se mueven.

— E-Eric, ¿estás ahí?— La voz ronca de Hanna por no usarla es el detonante para que, con lágrimas en los ojos corra hacia ella.

Los médicos dejan la habitación y yo lo primero que hago es abrazarla con algo de fuerza, no demasiada porque se que está algo débil.

— Hanna... te he echado tanto de menos....

Ella ríe levemente con lágrimas en sus ojos y me besa.

— No sabes el miedo que pase, no podía verte, ni hablarte... pero te escuchaba, gracias— Se abalanza a mi cuello y me abraza.— Gracias, gracias, Gracias.

— Gracias a ti... por lo fuerte que has sido.

La abrazo con más fuerza hasta que los médicos nos interrumpen para monitorizar al bebé.

Hanna es la primera vez que ve la ecografía del feto, que aún no sabemos si es niño o niña. Hanna al ver el gráfico del latido cardiaco de nuestro futuro bebé comienza a llorar. Al principio me asusto porque no parece feliz pero entonces.

— Cariño...— Ese apodo hace que mi corazón se derrita.—... Es-es un bebé... es n-nuestro bebé.— Dice entre lágrimas.— Soy tan feliz de que sea contigo...

No soy capaz de reaccionar, esta tan hermosa y estoy tan contento de que quiera continuar con el embarazo y sacar a delante a este bebé que no quepo en mi...

— ¿Ocurre algo Eric?¿N-no estás feliz?

— Claro que estoy feliz.— Me apresuró a decir al ver que comienza a llorar, todo está yendo muy rápido para ella.— No podría ser más feliz, ni estar más emocionado Hanna.

Los médicos por fin nos dejan solos, pero Hanna no habla, se que es duro para ella lidiar con todo lo que le ha pasado, pero me gustaría que confiara en mi para hablarme sobre lo que siente...

— Eric...

— ¿Si?

— Gracias por no haberte alejado nunca... no habrá sido facil para ti tampoco.

— Hanna no ha sido nada, yo...

— No estoy ciega Eric... te veo, y puedo ver tus ojeras, las expresiones que haces al mínimo movimiento, se que no te has alejado de esta silla. Gracias, por todo.

— No hay de que, no te pienso volver a dejar sola.— Me siento a su lado y la abrazo, sintiendo la suavidad de su pelo de nuevo.— Nada de esto volverá a pasar, yo te voy a proteger.

— Todo lo que dijiste, mientras no despertaba... ¿Lo decías en serio?

— Ninguna de aquellas palabras eran falsas.

— Me alegra oírlo...— Por el rabillo del ojo veo cómo sonríe y se sonroja, haciendo que mi corazón lata desbocado, la amo... con todo lo que tengo, que estupido he sido.— Yo también te quiero.

Sorprendido la miro, a esos hermosos ojos que me miran tan sinceros, dándome la esperanza que necesitaba, y la certeza de que el amor que siento hacia ella es correspondido, automáticamente agarro sus mejillas y la beso con pausa, sin prisa, para transmitir lo que siento por ella en un simple beso. Ella me sigue, y puedo sentir la suavidad de su piel y el rápido latido de su corazón

— Hanna, se me va a salir el corazón del pecho, ¿Lo dices en serio?

— Totalmente en serio. Estoy muy emocionada por este bebé, asustada pero emocionada.

El hijo del socio de papáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora