— ¡ATRÉVETE A TOCAR EL CLAXON UNA VEZ MÁS, ERIC!
— ¡PUES SAL YA HOLGAZANA! ¡LEGAREMOS TARDE!
No se si decir buenos días, porque no tienen nada de buenos. Eric ha llegado con su coche y me ha escrito un mensaje. Hasta ahí todo bien, le he dicho que me arreglaba y bajaba al coche. Mis padres se han ido antes que yo y Eric, en su impaciencia se ha puesto a tocar el claxon.
— Ya estoy.
— Te olvidas tus gafas.
— Llevo lentes de contacto.
— ¿Por qué no las llamas lentillas como la gente normal?
— Bueno vale, lentillas. ¿Porque no arrancas?
— ¿Por qué hoy no te pones tus gafas? Estas linda con gafas.
— No me apetece llevar gafas hoy Eric, ¿Quieres arrancar?
— Está bien, que humor.
Llegamos a la empresa de mi padre y Eric en vez de ir a su empresa decidió acompañarme. Todos nos felicitan por el compromiso y nosotros sonreímos y fingimos estar enamorados.
Llegamos a mi planta y Chad se levanta para saludarnos, el también nos felicita por el compromiso.— Hanna,— Llama Chad mi atención.— ¿Por que no traes tus gafas?
— ¿Ves? Te lo dije: estas linda con tus gafas.
Bufo y me meto en mi despacho, seguida de mi prometido. Me siento en mi sillón y le miro con una ceja alzada.
El se pasea por mi despacho, ojeando las estanterías, cogiendo libros y demás.
Cuando se da cuenta de que le miro se extraña.— ¿Que?
— Tengo que trabajar.
— Pero me aburro.— Se apoya en mi mesa y pone cara de perrito triste.— Déjame quedarme contigo.
Esa carita tan tierna hace que algo dentro de mi se derrita pero me mantengo firme. Señalo la puerta y el decide hacerme caso e irse.
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El hijo del socio de papá
Roman pour AdolescentsAlgo se cuece en la empresa de los padres de Hanna. La joven, cerca de alcanzar los veinte años y a las puertas de acabar su grado en empresariales en la universidad de Harvard, no tiene ni idea de lo que sus padres tienen preparado para ella. Por o...