Ingredientes
Para el bizcocho:
250 gr. de harina ecológica de trigo semi integral50 gr. de cacao puro en polvo200 gr. de azúcar integral de caña sin refinar150 ml. de aceite de girasol15 gr. de impulsor (tipo Royal)150 ml. de cerveza negra150 ml. de leche de soja1 cucharada de vinagre de manzana
Para la mermelada:
500 gr. de fresasSirope de agave (al gusto)Zumo de medio limón
Para la crema de queso vegano:
250 gr. de queso crema vegano (comprado o preparado en casa)Zumo y ralladura de medio limónSirope de agave (al gusto)250 gr. de margarina vegana (sin materia grasa hidrogenada)
Preparación
Empezamos con el bizcocho de cerveza negra y cacao. Lo primero, precalentamos el horno a 170º y, mientras coge temperatura, mezclaremos la leche de soja con una cucharada rasa de vinagre de manzana. Dejamos que se corte -veremos que la leche queda como separada- le añadimos el aceite y batimos con la batidora hasta que quede como una mahonesa ligera.
Luego mezclamos el resto de líquidos de la lista de ingredientes y los batimos, pero esta vez con barillas. Por otro lado mezclaremos los sólidos (harina, cacao, levadura y azúcar), tamizando bien todos los ingredientes.
Ahora toca mezclar ambas partes, incorporando los sólidos a la parte líquida poco a poco. Ponemos el resultado en un molde y lo horneamos entre 30 y 45 minutos dependiendo del horno, el grosor del molde... Como siempre, el truco está en pinchar con un palillo y cuando éste salga seco es que ya lo tenemos. Lo dejamos enfriar. Si es sobre una rejilla, mucho mejor.
Para la mermelada, cortaremos las fresas (dejaremos dos o tres para decorar la tarta) en cubitos pequeños. Las ponemos en un cazo con el zumo de medio limón y sirope de agave al gusto. Lo cocinamos a fuego lento y cuando veamos que tiene textura parecida a mermelada -pero que todavía se noten los trozos de fresas, que no se deshaga todo- retiramos del fuego. Dejamos enfriar.
Para el frosting o crema vamos a usar queso vegano. Si no lo encontramos ya listo podemos prepararlo muy fácilmente en casa: 500 gr. de yogur de soja natural, lo mezclamos con el zumo de medio limón y lo ponemos a escurrir sobre una gasa durante 12 horas o toda la noche. El resultado se pesa y se le añade la misma cantidad de margarina.
Una vez tenemos listo el queso, montamos la margarina hasta que esté en punto pomada junto con el queso vegano, el zumo de limón y el sirope de agave. No pondremos demasiado porque la idea es que la cobertura tenga un punto ácido que contraste con el bizcocho y la mermelada. Además, si nos pasamos con el sirope, perderemos la textura de la crema.
Este tipo de frosting se hace normalmente con azúcar glas y esto hace que tenga más estructura, pero como aquí buscamos aligerar nos quedará una crema menos dura. Por eso es mejor que dejemos un rato esta crema en el congelador de tal modo que el montaje final sea más sencillo.
Para montar nuestra tarta, cortamos el bizcocho en tres partes, lo rellenamos con la mermelada de fresas y después cubrimos todo con el frosting de queso crema. Para finalizar, decoramos con las fresas que teníamos reservadas.