Capitulo 4

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Danza.

Una palabra con cinco letras que fácilmente podía describir a la perfección mi pasión, una que mantenía secreta por mi bienestar, no quería tener problemas con mi padre...eso sería demasiado terrible para mí.

La música era un complemento clave para llevar a cabo un arte tan tradicional como el mahr (Definición de mahr árabe debajo), las mujeres solían danzar para complacer a sus maridos o simplemente por diversión, pero sin duda me tomo por sorpresa saber que el tío Ali había traído a un harén completo de mujeres para dar un show personal a los tres hombres de la casa incluido mi padre, Zafira parecía contenta, la había visto danzar en diversas ocasiones eran muy buena, aunque según en mi punto de vista yo era mejor...

¡¡O por lo menos eso decía Aniza!! Quien en diversas ocasiones me había visto hacerlo en secreto. Ella misma había creado el bedlah con el que llevaba a cabo mis prácticas nocturnas.

—Padre—Alí dirigió la mirada a su hija quien sonriente observaba al alemán— ¿Me permites danzar para nuestro invitado?—Alí no se lo pensó por mucho tiempo y asintió, Zafira se puso de pie y camino rápidamente hacia alguna parte de la casa en busca de su bedlah.

—Zafira es muy buena en el Raks Sharki—Comento mi tío—Ha seducido a muchos hombres de esa manera y no dudo que tú tampoco seas inmune Karim.

Karim me miro por unos segundos pero rápidamente aparte la mirada haciendo que mi rostro de pusiera lo más serio posible, estaba molesta por lo que había pasado la noche anterior, había pensado durante mis horas de sueño en que tal vez había sido una imprudencia rebelar mis verdaderos motivos.

—Soy hombre y no descarto esa posibilidad—Los ojos Alí brillaron ante la respuesta de Karim.

Zafira entro radiante como siempre solía hacerlo, llamando la atención de todos los presentes, portando aquel seductor bedlah que tanto le favorecía, comenzó a mover sus caderas lentamente siguiendo el ritmo pausado de la música, la danza establecía una conexión demasiado existente entre el cuerpo y el sonido. Sus manos trazaron ondas mientras sus dedos formaban perfectos trazos en el aire apuntando a Karim quien la observaba perdido, ese era el efecto que ella les transmitía a todos los hombres, y muy a mi pesar cada palabra que había salido de la boca de Alí con anterioridad era cierta.

Cuando la música aumento su ritmo sus caderas se movieron haciendo un compás con aquellas monedas de oro que decoraban su traje, cada musculo de su plano vientre comenzó a moverse creando movimientos sensuales que no parecían pasar inadvertidos para Karim, tenía que hacer algo rápido pero sin duda alguna estaba presionada en contra de dos paredes que comenzaban a cerrarse y no tenía ningún arma para detenerlas y evitar que me aplastaran.

Me puse de pie con enfado.

—Si me disculpan, me marcho—Me di la vuelta, Mohamed estaba en una esquina observando el espectáculo, cuando me observo se alejó de la pared, pero mi mirada le indico que se detuviera. Supuse que mis ojos color verdes denotaban a leguas mi enfado, apreté los puños debajo del abaya y camine hacia las escaleras.

—¡¡No puedo con esto!! —Arroje el niqab a un lado de la cama, Aniza noto mi inestabilidad y corrió a darme un abrazo, enfadada, triste y decepcionada me deje caer en sus brazos, en esos mismos brazos que me habían servido de soporte durante veintiún años—No tengo nada que me sirva, Zafira siempre intenta hacer lo posible para llamar su atención, ella...ella le seduce—Espete con rabia—Nunca lograre que me despose a mi Aniza...

La Mirada de Jade ©| Only DreameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora