8
—Yo no soy Yelina, soy un robot —lágrimas se desplazaron por su rostro al observar su cuerpo en el reflejo del espejo.
Pero no parecía entenderlo, ella se sentía como Yelina, recordaba su infancia, recordaba a su familia, su primer amor, sus amistades, todo. Se abrazó a si misma tratando de hallar una explicación lógica al porque ella siendo un maldito robot podía recordar todo.
«Esto debe ser una mala broma, necesito que alguien me explique como todo esto pasó, como terminé así»
Tomó aire, necesitaba poner las cosas con calma en su mente y poder entender todo, para las acciones que ella tendría que realizar para llegar al fondo de todo eso aún, no quedaban muy claras.
Histérica comenzó a buscar por toda su casa algún espejo que se asemejara al del visto en el futuro, entre tanto revoltijo que hizo una de las cajas antiguas de su madre salio volando por los suelos junto con su contenido. Muchas fotografías eran regadas por el piso y Yelina hizo caso omiso, pero quedo estática al ver el contenido de una de las fotografías; aparecía aquel conocido en el futuro como Eriol. El hombre de la foto se encontraba con su abuela de joven tomándola de la cintura y riéndose.
Yelina se agachó lentamente sin dejar de mirar la fotografía y la tomó entre sus manos para mirarla más a detalle. Dio vuelta al reverso de la fotografía y miro la fecha. 28 de junio 1914.
Al reflexionar un poco mas la situación, la extrañeza la abundaba porque esa fecha, según su madre, era la fecha en que murió su abuela en la primera guerra mundial.
«Mi madre debe saber algo de este sujeto»
Corrió por los pasillos de su casa buscando un aroma a Vodka barato del que compra su madre, al llegar a la fuente del olor, encontró a su madre tirada en un charco de vomito amarillento a los pies de su cama.
—¡Madre! ¡Madre! ¡Despierta! —sacudía con desesperación.
—Yeli déjame dormir... —se volteo para observar a su histérica hija.
Al voltear se quedo estática al ver a Yelina con una fotografía en sus manos, se levanto deprisa y le arrebato la foto a la rubia.
—¿¡Como es que tú tienes esto!?
—Yo lo encontré entre tus cosas madre...
—¡Este maldita escoria con cara de ángel es quien asesino a tu abuela!
—¿Él...?
ESTÁS LEYENDO
Falsos Recuerdos ©
Science FictionUna joven de 19 años, despierta adolorida en un hospital abandonado. Pero no todo es tan normal como lo parece. Preguntas, preguntas, preguntas. Su cabeza explotara al ser la última humana viva. Lo desconocido aterra al ser humano, ese sentimie...