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Al tocar la campana, indicando el final de las clases, me dirigí a mi casillero y dejé todas mis cosas. Fui rápidamente a mi casa. Al llegar vi que no había nadie más que mi gato y yo, fui a la cocina por algo de comida y en el refrigerador vi una nota, seguramente de mi madre.

Keira,

Sé que te prometí no trabajar demasiado, pero ha surgido una emergencia en el hospital, falta personal, y tendré que hacer doble turno hasta que se controle el asunto, espero que no te molestes. A mi hora de salida normal vendré a hacerte comida y regresaré al hospital. La comida está en el microondas y, por si no llego, la cena en el refrigerador.

Te quiero.

Mamá.

Calenté la comida y comí junto a mi gato el Sr. Bigotes, lo sé muy original su nombre, me puse a jugar con él hasta que sonó mi alarma de las 5:00pm. Mi parte favorita del día.

Me fui a mi cuarto y saqué de abajo de mi cama una caja con pintura para la cara, de las que se usan en Halloween, no maquillaje. Me maquille de un león a colores, me puse mi chamarra de mezclilla, me acomode el cabello, me puse mis lentes de contacto y agarre mi celular.

Salí por la ventana de mi cuarto, y bajé con la ayuda de un árbol, cruce 2 cuadras y me adentré al bosque, después de caminar otros 10min. encontré un granero abandonado, entre y ahí estaban todos. Mis compañeros.

Somos 8, 6 hombres y 2 mujeres, y casualmente todos vamos a la misma escuela, solo que no nos conocemos, al bailar pintamos nuestras caras para no revelar nuestra identidad, así no nos juzgamos por nuestras apariencias, y nos llamábamos por lo que nos representa, no por nuestros nombres.

Se podría decir que aquí yo soy como "la jefa", lo que me representa es un león. Los hermanos son calaveras, uno es un perro, otro es una cebra, hay uno que es un venado, la otra chica es una gata, y el último chico es un tigre.

—Ya llegué —dije entrando.

—Creo que lo notamos —dijo Tigre con ironía.

—Tranquilos, a penas llegamos —dijo Venado

—¿Por qué buscan pleito entre ustedes siempre? —pregunto Gata.

—Yo no —dije riendo mientras conectaba mi celular a la bocina de Venado—. Es él, que no aguanta mi forma de ser.

—Pues no es mi culpa que siempre digas lo obvio —contesto rodando los ojos.

—Ya, ya. Los dos son bonitos bebes —dijo Perro. Tigre y yo volteamos a verlo sin gracia—. Bueno, no nos hemos visto en todas las vacaciones, hay que recuperar el tiempo perdido, ¿no? —dijo tratando de arreglar lo que había dicho.

—¿Qué canción quieren? Ustedes escojan —dije buscando alguna canción buena en mi playlist.

—¿Qué les parece Dura de Daddy Yankee? —pregunto Zebra.

—¿Todos de acuerdo? —pregunte. Todos asintieron con la cabeza, y presioné el botón de reproducir.

Todos tomaron su lugar, haciendo la forma de un triángulo, Gata se puso al frente, ella realizaba algunos pasos y nosotros la seguíamos, era difícil de seguir ya que ella practicaba gimnasia, pero hacíamos lo que podíamos.

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Después de dos canciones para calentar decidí darles la noticia que tanto esperaba.

—Bueno chicos, tengo una noticia que darles.

—Dilo, dilo, dilo —decía emocionado Calaverita, dando pequeños saltos.

—Solo suéltalo —dijo Calavera.

—Bien, de regreso de la escuela encontré un anuncio. Se hará una competición —les pase un volante con la información—. La buena noticia es que es en grupos, así que podemos participar. La mala es que es en tres semanas, por lo que no tendremos mucho tiempo para ensayar. Así que lo dejo en sus manos. ¿Qué dicen?

—Se escucha bien, pero tendríamos que vernos los fines de semana, y no sé si pueda —dijo Gata.

—¿Y todavía tenemos tiempo para inscribirnos? —pregunto Venado.

—Sí, ya fui a checarlo. De hecho, tenemos hasta el miércoles para hacer la inscripción. Así hoy lo piensan, lo ven en sus casas y ya mañana decidimos —dije muy feliz.

—Pues es una buena oportunidad, ya tiene tiempo que no vamos a alguna competencia —dijo Cebra.

—¿Y no pasara lo mismo que la última vez? —pregunto Perro

—También lo revisé, nos dejarían presentarnos con el maquillaje.

—Bien, dejaré que lo piensen y lo analicen. Mientras acaba la hora. ¿Qué quieren bailar?

[•••]

—¿Crees que acepten?

—No lo sé, Finn. Espero que sí, sabes que me emocionan estos asuntos.

—Bueno, tratare de convencer a Maciel —volteo a ver a su hermano que caminaba detrás de nosotros, metido en su celular—. A mí también me emocionan las presentaciones, ojalá todos digan que sí —dejó de caminar al llegar a la esquina—. Bueno, aquí es la despedida —dijo exagerando.

—No nos veremos hasta dentro de 11 horas, no sé si pueda soportarlo —dije rodando los ojos mientras me reía.

—Si bueno, ya despídanse, tortolitos.

Ambos hermanos siguieron su camino y yo di vuelta a la derecha, caminando dos cuadras más y dando vuelta a la izquierda llegue a mi casa. Entre a mi cuarto por la ventana y vi, por debajo en mi puerta, que la luz del pasillo estaba prendida.

Me desmaquillé y salí de mi cuarto dirigiéndome al comedor, ahí estaba mi mamá dormida sobre la mesa. Fui y la llevé a su cuarto a tropezones, la deje en su cama y me fui a mi cuarto.

Eran las ocho de la noche, en dos horas acabaría mis tareas y sería libre de descansar.

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