—¿Cómo que volvió? —pregunto alterada Raina.
—Maldita sea —dijo Orson, antes de pegarle al casillero más cercano.
—Ahí viene —dijo Finn.
Como si fuera una jodida película, ese imbécil apareció en medio del pasillo con un brillo de fondo. En su camino decenas de chicas suspiraban al verlo, si supieran.
—Tanto tiempo sin verlos, amigos.
—Mira, cabron —dijo Orson agarrándolo del cuello de la camisa—. Te acercas a alguno de los nuestros y te juro que te parto tu madre.
—Orson, vámonos. No vale la pena —dijo Raina tomándolo del brazo, mientras que Finn y yo pasamos de largo.
—¿Ahora los defiendes? Si tú me ayudaste a planearlo todo, ¿lo olvidaste?
Solo escuche como estampaban a alguien contra los casilleros y voltee.
—¿Cómo te atreves a volver, maldito infeliz? —ahora era Dan quien lo agarraba del cuello de la camisa.
—¿En serio? ¿Tú también? —rodo los ojos—. Vamos, Dan. Te dan tanto asco como a mí, lo sé.
—Sí, pero nunca me rebajaría a tu nivel, escoria —lo aventó a los casilleros y le escupió.
Sonó la campana, dando inicio a las clases. Me apresure a llegar al salón, dejando a Finn atrás.
~ Vaya día tan jodido. ~
—Clase, hoy se unen dos alumnos a nosotros.
—¿Por qué no vinieron cuando empezaron las clases? —pregunto Daira.
—Problemas de tiempo. Pero eso no importa. Solo digan sus nombres y les asignare un lugar.
~ Que la chica se siente conmigo. ~
—Oh, pues, mi nombre es Carla, mucho gusto.
—Siéntate junto a... Lee.
~ Mierda. ~
—Pero aquí se sienta Dan —replico Edrea.
—Bueno, entonces siéntate junto a... Hollister.
Rápidamente alce la mano y ella camino hasta estar junto a mí.
—Bueno, muchos ya me conocen, me llamo Max.
—Siéntate junto a García —Cleo alzo la mano mientras se lo sabroseaba con la mirada.
—Hola —me susurro Carla.
—Hola —le devolví el saludo y le sonreí.
Desvié mi mirada a más atrás de ella y me encontré con la vista de Max, que también me miraba. Volteé a ver al profesor y puse atención a la clase.
[•••]
—Holaaa —salude mientras me sentaba en la mesa.
—¿Quién es ella? —pregunto Orson.
—Hola, me llamo Carla, soy nueva.
—Siéntate. Bueno, yo soy Raina y el soquete de allá es Orson —dijo sonriendo—. Pero no le des mucha importancia. Dinos, ¿te consideras nerd, estudiosa, popular o algo así?
—Pues, yo no diría nerd, pero soy aplicada y me centro mucho en mis calificaciones. ¿Por qué? ¿Es algo malo?
—Todo lo contrario —dijo Orson—. Bienvenida a los nerds de esta escuela.
—Oh, pues, gracias, supongo —dijo riendo nerviosamente—. ¿Así que, solo ustedes?
—Algo así —conteste—. Nosotros tres somos oficialmente los nerds de la escuela, pero también hay un chico. ¿Verdad, Raina?
—Keira, cállate.
—El punto es que a Raina le gusta Finn —explico Orson.
—Entiendo, ¿y donde esta él? ¿No se junta con ustedes?
—Es que su fabuloso hermano está en el equipo de basquetbol, y si se junta con nosotros le bajara la popularidad, según él —contesto irónicamente Orson.
—Vaya.
—SI, todo es un lio en esta escuela. Pero debemos "instruirte", por así decirlo. En la mesa de allá —señale la del centro—. Se sientan los "populares", las dos parejas más "famosas". Dan Holmes, co-capitán del equipo de basquetbol y Briana Holguin, capitana del equipo de porristas. Y también tenemos a Maciel Smith, capitán del equipo de basquetbol y Amanda Williams, co capitana del equipo de porristas. Junto a ellos. —señale a la mesa de al lado— Todo el equipo de porristas, y del otro lado. —señale la otra mesa— El equipo de basquetbol.
—Son los neandertales que mejor deberías ubicar si quieres sobrevivir —dijo Raina.
—Ok.
—Keira, tenemos un problema —dijo Finn detrás de mí.
—¿Ahora? —pregunte, a lo que él asintió— Bueno, pero antes. Finn, Carla, Carla, Finn.
—Hola —saludo Carla.
—Hola —le devolvió el saludo Finn, mientras Raina lo veía con una mirada de decepción—. Bueno, ven —y dicho esto me jalo hasta el patio de atrás.
—¿Por qué ahora?
—Necesitas saber algo. No creerás quien está en el club.
—Finn, ya hablamos de esto, va contra las reglas.
—Esto va más allá de las reglas, Keira.
—Finn, no empie...
—Dan Holmes está en el club.
ESTÁS LEYENDO
El club
Teen FictionY ahí estaba él, bailando alegremente como siempre. Mis ojos no podian desviarse de sus movimientos. Nos juntamos, bailamos nuestra parte "de pareja". La musica paró, el baile había acabado. Sin embargo, nos quedamos ahí, viendonos atentamente. En...