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—¿Y los vestuarios?

—¿De verdad te preocupan ahora los vestuarios? Keira está en el hospital pedazo de imbécil.

—Eso ya quedo arreglado, mi tía me cuestiono, pero ella los hará.

—Oigan, el rarito tiene razón. Sin ella somos nada en el escenario.

—¿Sus padres lo saben?

—Nadie la conocemos, ¿cómo le diremos a sus padres, tarado?

—Cállense, creo que está despertando.

Abrí con dificultad mis ojos, la luz del lugar me lastimaba, paredes blancas, cama incomoda blanca, una luz casi cegadora, sí, estoy en el hospital. Después de acostumbrarme a la luz del lugar vi que todos los del club estaban aquí, frente a mí.

—¿Finn? —pregunte, dándome cuenta de lo seca que esta mi garganta. No veía a Finn —. ¿Dónde está Finn? — pregunte ya desesperada.

—Tranquila, fue a buscar a la enfermera —dijo Maciel, tomando mi mano.

—No, no puedo estar aquí. Si mi madre me ve... tengo que irme de aquí.

—Ey, no puedes irte hasta que te chequen —dijo Edrea.

—Ya quedo —dijo Finn entrando con Miriam, una compañera de mamá —. No le dirán nada a tu madre, tranquila.

—Tanto tiempo, Keira —dijo ella—. Solo veré que estés bien y podrás irte, sin registro —aclaro, logrando calmarme.

[•••]

—Bien ya no me importa que ustedes lo sepan —dije viéndolos a todos—. Finn, ¿quién lo sabe?

—Max.

—Ese imbécil —maldijo Dan.

—Es mi culpa —dije tapando mi cara con mis manos, recargando los codos en la mesa.

—Aquí es cuando nos cuentas la razón —dijo Briana después de un silencio.

—Espera, ya casi llegan las hamburguesas — dijo Sean. Esperamos a que Axel llegara con la comida—. Ahora sí, cuéntanos.

—Cuando solo éramos Finn y yo, Max me siguió un día, pues le molestaba que no saliera con él ciertos días. Resumiendo todo, cuando Maciel y Edrea entraron decidimos hacer lo del maquillaje, por diversión al principio. Luego pasó lo que ya todos saben, entonces el maquillaje fue un modo de seguir bailando sabiendo que nadie me reconocería, pero para esto ya habían entrado Briana y Axel. Max se mudó y ya después entraron Sean y Dan.

—Entonces, ¿él es o era jaguar? —pregunto Edrea, a lo que yo asentí.

—¿Y cómo sabe de Dan? —pregunto Axel.

—La noche anterior a que volviera a la escuela me vio regresando a mi casa y hablo conmigo, por así decirlo. Supongo que me vio con Dan los siguientes días o algo así, no sé —dije encogiéndome de hombros.

—¿Entonces qué? ¿Nos quedaremos aquí esperando a que ese imbécil nos haga sentir menos? —pregunto Sean.

—¿Qué se supone que haremos? ¿Decirles a todos quiénes somos? Porque, al menos dos, no queremos —dijo Dan.

—De hecho, sería lo mejor —dijo Finn—. Pero tampoco deberíamos dejarlo salirse con la suya.

—¿Y si simplemente lo dejamos que haga lo que quiera? Podemos negarlo todo —dijo Axel—. ¿Quién le creerá después de lo que le hizo a Keira?

—Buen punto —dijo Sean.

—Bien, veamos cuál es su jugada. Y de acuerdo a eso nosotros actuamos, ¿ok? —dije. Todos asintieron—. Mientras tanto, ni una palabra de esto en la escuela.

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