2. Contra instinto [찬백]

빛의 광선

La vida nunca es fácil.

Para un Omega, sea macho o hembra; en la sociedad de Lobos cambia forma era todavía más difícil ¿Cuándo se volvieron objetivo de abuso y humillaciones?

Según los antiguos pobladores de la zona del Oeste, los Omegas habían sido enviados al mundo terrenal por la Madre Luna para traer felicidad y nueva vida a los guerreros guardianes de sus hijos... Pero conforme los años pasaban, era cada vez más el abuso físico, verbal y psicológico que vivían en muchas de las manadas del bosque.

Para el pequeño Omega rubio, el ser hijo de uno de los lobos de más alto cargo en la manada era una pesadilla. Muchos hombres y mujeres Alfa lo cortejaban solo para ganarse un lugar en el consejo de la aldea, pero él hermoso chico se negaba a emparejarse con cualquiera que le moviera el rabo y le gruñera para impresionarlo.

Hasta que él apareció.

Fue una noche de invierno cuando lo vio llegar desde las profundidades del bosque nevado; un altivo lobo blanco de ojos tan dorados como el oro fundido de las joyas que robo sus pensamientos. Era un nómada del Este, su manada había sido saqueada por un grupo de rebeldes y los sobrevivientes se vieron en la necesidad de huir. Al tiempo de rogar por asilo fue aceptado como guerrero dentro de la aldea y a pesar de la inicial desconfianza, se ganó el respeto de muchos hombres en el consejo, entre ellos el del precioso Omega que siempre lo observaba desde lejos con la esperanza en su frágil corazón de alguna vez ser visto por el apuesto hombre.

Y sus ilusiones no fueron destruidas, aquel joven claro que se dio cuenta del pequeño chico que lo miraba desde lejos a la hora de su entrenamiento, y tras meses de mutua observación fue el mismo Alfa quien se animó a darle charla. Con el paso del tiempo, ambos jóvenes cayeron perdidamente enamorados uno del otro. Su romance lo prefirieron vivir en secreto, con solo la naturaleza de testigo, cuando el Omega quedó en cinta, verdaderamente fue una grata sorpresa como increíble también, pues la rapidez con la que el bebé había sido concebido fue magnifica; era bien conocido que el tener cachorros era tan difícil en esos tiempos, pero los inexpertos chicos esperaban a su bebé con ánimos y amor desbordante.

Al llegar la fecha en donde el embarazo del Omega fue imposible de aparentar, el padre del hermoso chico cayó en violenta cólera; pues el estúpido de su hijo ya había sido manchado y le era imposible venderlo a la manada vecina arruinando sus planes.

Como escarmiento, lo encerró durante los últimos meses de gestación prohibiendo al padre Alfa ver a su compañero. Sumidos en tristeza y durante las pequeñas escapadas de noche, ambos acordaron escapar una vez que su cochorro estuviera bien para salir bosque adentro, viviendo una vida de nómada, que incluso sonaba como una mejor forma de vivir que sometidos al régimen de la manada.

Lo que ellos ignoraban por completo, fue que un lobo tan viejo cómo astuto, les tenía preparada una horrible sorpresa. El día del nacimiento del bebé fue el más feliz para el pequeño Omega, sintiendo un infinito amor por la pequeña cosita rosada en sus brazos, ansiando el día que los tres pudieran escapar y ser libres por fin. Así, tras algunas semanas el gran día había llegado.

Logro burlar la seguridad de su cabaña para salir al encuentro de su Alfa a las fronteras de su territorio, cuando se encontraron recibió con un cálido beso de su pareja y la mirada más brillante antes vista cuando el padre Alfa sostuvo a su pequeño bebé en brazos por primera vez.

Una vez listos se dispusieron a salir, lamentablemente el padre del lobo Omega ya tenía todo listo para atacar.

Con la violenta lucha terminada y con el panorama resultante de un herido lobo blanco y el chico rubio quien se aferraba con lágrimas de desesperación en sus ojos dolidos a su pequeño bebé, implorando que no se lo quitarán. El malvado alfa tomó a su nieto entre sus manos y amenazó a la pareja con matar al cachorro ahí mismo si no se iban de la aldea. Sus corazones de padres no podían negarle a vida a su preciso hijo, así les partiera el alma....

Y bajo la advertencia de que si volvía a la manada, mataría al niño, salieron como exiliados a un futuro incierto, llenos de un dolor que sería difícil de sanar.