Capítulo 3: El reencuentro.

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Foto de Arien.

El equipaje había llegado por completo casi al anochecer. Arien se dedicó a desempacar y ordenar todo en su nuevo clóset para que no hubiese un desastre en su habitación. Justo en el momento en que se iba a recostar en su cama a descansar porque había terminado agotado, su padre toca a su puerta y le pide que baje para cenar, Arien suelta un bufido por lo bajo y se levanta. Sale de su habitación y baja al living con tranquilidad pero escucha voces además de la de su padre, lo cual era extraño porque se suponía que no había nadie más que ellos dos, o tal vez algún colega de su padre que vivía ahí lo había ido a visitar.

- Oye padre, ¿Has visto mi laptop? - Preguntó mientras caminaba hacia donde las voces se escuchaban y al llegar vió que no solo era una persona, sino tres, una pareja de esposos y lo que supuso, su hijo. - Hola. - Saludó sonriendo tímidamente mientras miraba a todos y se sentaba al lado de su padre.

- Este debe ser Arien. - Su padre asintió. - Vaya, si que ha crecido y se ha puesto aún más hermoso de lo que lo recuerdo. - Finalmente dijo la señora, ¿Acaso lo conocían?

- Debes tener a todos los muchachos detrás de ti, ¿No es así? Ya hueles a suegro Aaron. - Se burló el señor mientras miraba como su padre de Arien arrugaba la nariz por el comentario.

- En Inglaterra había muchos chicos detrás de él, pero solo uno pudo llegar a cortejarlo como se debe, lamentablemente tuvimos que venir a Suiza, así que por el momento espero que no me convierta en suegro. - Se rió un poco ante su comentario y miró al hijo de los presentes. - ¿Y tú Warren?, ¿Qué dices?, ¿Recuerdas la promesa que le hiciste a mi hijo? - El chico parecía que estaba en un trance mientras miraba a Arien y cuando mencionaron su nombre se sobresaltó un poco y miró a otra parte.

- ¿Le hice una promesa a él? - Su madre lo golpeó despacio al escuchar el tono con el que lo había dicho, parecía que lo había dicho con desprecio. - Lo siento.... Pero no recuerdo haberle hecho una promesa. - Finalizó.

- Bueno, antes que subiéramos al auto tú le prometiste que cuando fuesen mayores irías por él y me pedirías permiso para ser su príncipe, ¿Lo recuerdas? - En ese momento un recuerdo llegó a la mente de Arien y todo tenía sentido, ahora sabía quién era ese muchacho y quiénes eran esos señores. Había cambiado mucho, no parecía el mismo niño que había conocido. Por otro lado, Warren recordó todo, desde que lo conoció cuando eran pequeños él sintió algo en su estómago, al ser solo un niño no sabía que significaba eso, pero conforme fueron creciendo y cuando cumplió 6 años, se dió cuenta de que le gustaba Arien.

- Padre, yo ya no creo en los príncipes, me han demostrado que no existen. - Arien suspiró y miró a otra parte. Warren escuchó las palabras del menor y suspiró igualmente, a pesar de que él creía ser heterosexual, al ver a Arien algo en él se movió y ese sentimiento que una vez sintió cuando eran pequeños, apareció de nuevo.

- ¿Por qué no salen un rato y se ponen al día con sus vidas? - Propuso el padre de Warren.

-No creo que sea adecuado.... Además mi padre no me permite salir de noche. - Arien se disculpó.

- No creo que haya problemas si sales con Warren, es un buen muchacho y jamás intentaría hacer algo que podría lastimarte, te lo aseguro. - Esta vez la madre de Warren habló, pero el chico parecía no estar en el lugar. Antes de que Arien se negara porque no creía que Warren aceptara, él habló.

- Si a ti no te importa, por mí está bien, puedo mostrarte un poco el lugar y llevarte a cenar a alguna parte. - Le sonrió y oh Dios, esa sonrisa era perfecta y encantadora. Por un segundo Arien creía que estaba viendo a un Dios griego, pero regresó a la realidad de inmediato en cuanto su padre carraspeó su garganta.

- Solo si lo traes antes de las 11:00 pm. - Warren asintió. - Puedes ir. - Su padre le sonrió y Arien lo pensó tan solo unos segundos porque Warren estaba parado frente a él y con su mano estirada para ayudarlo a levantarse.

- Gracias. - Dijo Arien al tomar su mano y ponerse de pie. Sonrió.

- Sé un caballero hijo. - Le dijo su padre sonriendo.

- Nos vamos, permiso. - Se despidió él y comenzó a caminar junto con Arien. Ninguno se había dado cuenta de que aún tenían sus manos entrelazadas.

- Creo que hubo química entre ellos. - Dijo la mujer emocionada. - Tal vez pronto seamos consuegros Aaron. - Bromeó y todos comenzaron a reír.

thank u - (Gay). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora