Capítulo 4: Palabras que te hacen suspirar.

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Foto de Warren.

Warren llevó a Arien a su casa, la cual estaba a tan solo dos casas de la suya. Lo hizo esperar unos segundos afuera mientras sacaba su auto del garaje. Ya estando frente a Arien, se bajó y lo guió hasta la puerta del copiloto, ahí le abrió la puerta y lo hizo subir. Arien agradeció y esperó a que subiera para poder ir a donde sea que irían.

- Entonces.... ¿Tú eres Warren? - Empezó a hablar Arien mientras miraba por la ventana del auto, estaba un poco nervioso. - Cambiaste demasiado, ni siquiera puedo reconocerte.... Es decir.... - No sabía que decir, ¿Cómo podía decirle que se veía realmente muy atractivo sin que se asustara? - Te ves bien. - Finalmente dijo.

- Gracias, tú cambiaste un poco también. Cuando tenías 4 años eras un niño muy bonito, pero ahora, estás aún más hermoso.... Quiero decir.... Siempre has sido un chico hermoso, pero creo que ahora estás mucho más.... - Se había puesto nervioso también y no sabía lo que estaba diciendo. - Lo siento.... Solo creo que te ves muy bien y de alguna forma me hace sentir feliz de que cumpliste nuestra promesa. - Lo miró unos segundos y vió ese sonrojo en las mejillas de Arien. Sin duda lo hacía lucir más tierno.

- Supongo que gracias por lo que dijiste. - Trató de no mirarlo para que no notara que estaba avergonzado, sin embargo, fue inevitable. - Bueno, supongo que sí, aunque ninguno de los dos la recordara, supongo que se cumplió. - Sonrió tímidamente.

- Aún te sonrojas como cuando eras un niño y te ves muy lindo. - Agarró la mano de Arien y lo miró a los ojos. Arien se encontraba perdido en los enormes ojos de Warren. No pudo evitar sentirse aún más avergonzado, las acciones y palabras de Warren lo hacían sentir especial.

- Gracias.... - Soltó la mano de Warren y miró por la ventana. - Creo que debemos conocernos, ¿No? Después de todo no sabíamos del otro hasta hoy, supongo que en 15 años algo interesante tuvo que pasar. - Habló tímido y lo miró solo unos segundos.

- Claro. - Se sintió un poco avergonzado y se golpeó mentalmente porque asustó a Arien al tomar su mano sin preguntárselo. - ¿Qué quieres saber de mí? - Preguntó.

- Lo que tú quieras decirme está bien, no soy bueno preguntando cosas. - Sonrió y suspiró.

Estuvieron conversando por un buen rato mientras aún estaban en camino hacia un restaurante que Warren quería llevar a Arien. Se conocieron bastante bien en el recorrido. Habían pasado muchas cosas interesantes en la vida de ambos y para Arien era entretenido escuchar las historias de Warren. Se bajaron en cuanto llegaron al restaurante y Warren estiró su brazo para que Arien lo tomara. Lo pensó unos segundos pero finalmente lo hizo.

- Estoy seguro que te gustará. - Le dijo sonriéndole y siguió caminando detrás del hombre que los llevaba hasta su mesa. Cuando llegaron a la mesa Warren hizo la silla hacia atrás para que Arien se sentara y le empujó hacia adelante cuando estaba sentado ya.

- ¿No crees qué es demasiado caro? - Preguntó Arien al mirar el menú y los precios. No es que no tuviese cómo pagar, simplemente no le gustaba gastar el dinero de esa manera.

- Para nada. Además.... Yo te invité, yo pagaré todo. - Warren le sonrió y llevó su vista al menú.

- No es por eso que lo digo, simplemente siento que pudimos ir a un lugar menos lujoso. - Decidió que mejor no debía continuar para no sonar grosero. No quería que pensará que estaba despreciando la invitación.

- Si no te gusta podemos ir a otro lugar, tú puedes elegir. - Lo miró esperando una respuesta, más sin embargo lo trató de intimidar.

- No, está bien, olvida lo que dije. - Habló sin mirarlo y antes de que pudiera agregar algo, el mesero llegó.

- Muy buenas noches joven Warren, me alegra verlo aquí de nuevo. - Warren lo saludó con una sonrisa. - ¿Desean ordenar?

- Yo solo quiero una ensalada y un jugo de naranja por favor. - Le sonrió al mesero y su sonrisa se desvaneció al notar la forma en la que el joven mesero lo miraba. - Disculpa.... ¿Te molestaría no mirarme de esa manera? - Dijo Arien tratando de sonar amable. No le gustaba que lo miraran fijamente y como si quisieran desvestirlo con la mirada. El mesero ni siquiera se movió.

- Amigo, ¿No escuchaste lo que te pidió el joven? - Preguntó Warren.

- Lo siento, me disculpo si lo moleste. - Hizo una pequeña reverencia hacia Arien.

- Por favor no lo mires más, no me gusta que miren a mi chico y menos si es de la manera en la que tú lo haces. - Arien se sorprendió ante las palabras de Warren. ¿Su chico? Qué extraño que hubiese dicho eso. Al recordarlo Arien soltó un suspiro y miró a Warren de una manera muy tierna. - Por favor tráeme.... - Arien ya no escuchó lo que Warren había pedido, solo se concentró en mirarlo y sonreírle.

( Horas más tarde. )

- Gracias por la cena Warren y gracias por invitarme a salir.... Me la pasé súper. - Arien le sonrió a Warren. Ahora se encontraban frente a la casa de del muchacho y los dos de pie frente al auto de Warren. Eran las 10:45 pm, tenía tiempo antes de que la hora acordada llegara, por lo tanto, Warren planeaba pasar esos últimos minutos conversando con él.

- No tienes que agradecer Arien, yo también me la pasé súper.... - Lo miró a los ojos y antes de poder siquiera abrir la boca, se escuchó la puerta de la casa abrirse y ambos miraron hacia ella. Eran los padres de Warren quienes apenas iban a su casa.

- Oh, que bien que llegaron, ¿Cómo estuvo todo? - Preguntó el padre de Warren mientras los miraba.

- Todo estuvo genial. Arien es una buena compañía. - Miró al mencionado y trató de agarrar su mano, pero Arien se movió un poco al notar la presencia de su padre, así que se contuvo.

- Me alegro de que se lleven bien. - Habló el padre de Arien. - Pero ya es hora de entrar a casa Arien, despídete de Warren. - Arien asintió y miró a Warren sonriendo.

- Gracias Warren, nos vemos luego, que tengas una linda noche. - Lo siguió mirando y suspiró como un chico enamorado al recordar las palabras que habían salido de la boca de Warren "no me gusta que miren a mi chico y menos si es de la manera en que tú lo haces", "mi chico".

- Igualmente tú Arien, descansa. - Quiso abrazarlo, pero se contuvo al no saber si Arien estaría de acuerdo. - ¿,Te veré mañana? - Se acercó un poco a él y esta vez, sin pensarlo, tomó su mano. Sintió como Arien se tensó, pero no lo soltó porque no había demostrado rechazo y por el sonrojo de Arien, supuso que esperaba que lo hiciera tanto como él quería hacerlo.

- Claro. - Arien sonrió tímido. Al escuchar el carraspeo de garganta de su padre, tuvo que despedirse de nuevo para entrar. - Tengo que entrar a casa, nos vemos mañana. - Se puso de puntitas y besó la mejilla de Warren, se alejó rápidamente y corrió hasta el lado de su padre. Warren se sorprendió al recibir ese beso en su mejilla, pero no le molestó en lo absoluto, se podría decir que fue uno de los mejores besos que había recibido a pesar de que no fue en los labios.

- Hasta mañana Arien. - Lo miró unos segundos y sonrió. - Hasta mañana señor Bellamy. - Se despidió y se fue con sus padres en su auto hacia su casa. Arien entró junto a su padre y se fue directamente a su habitación. Sin duda alguna había sido uno de los mejores días de su vida. Ya quería que amaneciera para poder ver a Warren y salir con él.

thank u - (Gay). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora