capitulo tres

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Nos encontramos en el lindo crucero donde llegamos a las doce justo para el almuerzo. Yo me quedo atrás de mi jefe y su esposa ya que me dijeron «Que no me separe de ellos».

—Disculpe jefecito puedo salir a tomar aire ya que no me siento bien.

—Muy bien, pero regresar ni bien te sientas bien ¿okey?

Asiento y me despido de ellos, me dirijo afuera ya que adentro hay personas con buen porte y eso me da temor a hacer cosas que no debo.

Cuando salgo no veo casi a nadie, no entiendo por qué, si clima esta bueno aquí afuera, con el sol, la playa...Ayyy... Como no quisiera meterme ahí, pero que pena que no sepa nadar.

Vi una película o era una novela... Ay no sé pero se trataba de una chica que se ahogó y apareció en otra época, como no quisiera eso para mí, pero le haría un buen cambio en mi vida nada más.

Me apoyo en la baranda y me quedo prendada con la vista que tengo es tan hermoso que me gustaría quedarme.

—¿Estás sola?

Escucho una voz detrás de mí, me volteó y me topo con un hombre alto, pero se me hace conocido.

«Piensa, piensa. ¿Dónde viste a este guaperas?»

—No, no tan sola, estas aquí. —Digo al darme cuenta de que es el señor de la oficina y del ascensor.

—¿Te molesto? Por qué si es así me voy.

—No, disculpa no era mi intención agredirlo con mis palabras lo siento.

—No te preocupes seguro es un al día. —Dice poniéndose a mi lado para ver el mar. —Es bonito.

—¿Ah?

—El mar, y por cierto eres la única mujer que veo que tiene el vestido diferente fue eso que me llamó la atención.

—Gracias debo recibirlo como un ¿Halago? —Digo mirándolo y veo que es un hombre guapo.

—Sí, digamos que es así.

—Se verá que soy muy atrevida ¿Pero usted está aquí por trabajo?

—Sí, eres muy atrevida y eso me gusta. —Dice, pero yo solo enarco la ceja. —Si estoy por trabajo y ¿Tú?.

—También ya que soy la secretaria. —Digo moviendo mis manos como si no fuera nada. —Puedo preguntarte una cosa más.

—Pregunta todo lo que quieras ya que eres atrevida.

Sólo me río mientras él me sigue.

—¿Cuál es tu nombre? —Pregunto sin anestesia. —Espero que no te incomode.

—¿Qué?... No, para nada ten el placer de conocer a Chese.

—¿Chese? Un nombre raro, jamás lo escuche.

—Pues sí, soy raro también y gracias por acompañarte me retiro señorita...

—Danne, mi nombre es Danne.

—Danne. —Dice saboreando mi nombre. —Es raro y no sabes cómo me encanta lo raro. —Habla mientras agarra mi mano y lo besa, luego se va dejándome ahí con la boca abierta.

Me quedo estática estoy en el primer piso y con la curiosa que soy me subo al tercero que es un poco más pequeño que el otro pero me da una mejor vista.

Estoy subiendo cuando veo a dos personas bien acarameladas me doy la vuelta para seguir pero escucho algo que me detengo.

—¿Tú crees que servirá?

—Sí, tú has lo que te pido enamóralo y tú ya sabes lo que sigue sólo tienes que seguir.

—¿Y sí se da cuenta?

—¿Cuenta? tú eres la mujer más hermosa él va a caer rendido a tus pies.

«Maldición de que hablaran mejor me voy

—Pero el señor Chese no es tonto no dejará que una chica bonita como yo le engañe y le quite todo su dinero.

«¿Chese? él es la víctima tengo que avisarle» me volteó pero justo suena mi celular.

—¿Qué fue eso?

Lo busco y veo que es mi jefe trató de bajar pero una mano me detiene y veo que es el hombre que vi cuando subí al crucero con razón se me hacía sospecho.

—Oye sueltan que te pasa.

—¿Qué escuchaste? —Dice agarrándome fuerte seguro quedará una marca de sus dedos en mi brazo.

—No escuché nada. —digo tratando de soltarme. —Suéltame, me haces daño.

—Eso sí que no princesita, tú no te vas a ningún lado.

«Maldición, ¿Qué hago? Piensa Danne, piensa»

No se cómo fue, pero con la cartera que llevo le doy un golpe en la parte de la manzana de Adán y él me suelta ni bien hago eso corro, pero no me percaté que la mujer que estaba ahí me agarraba del cabello.

—¡¡Ahhh!! —¿Qué no podíamos negociar? No tienen que hacerme esto para que realicen su plan.

—Tú no te vas a ningún lado.

Él chico se para y me da un golpe, que caigo haciendo sonar mi cabeza, siento un líquido rico y caliente en mi boca dirijo mi mano lo toco y es mi sangre.

«¿Todo esto por estafar a Chese?»

Y eso no es todo ciento, me agarra del cabello para levantar la mirada.

—¿Qué escuchaste?

No puedo hablar porque mi sangre esta en mi boca, el me zarandea y escupo en todo su rostro mi sangre. Él me suelta para maldecir y limpiarse.

No sé cómo lo hago, pero le doy un golpe en sus partes y a la mujer de doy un muy bien derechazo.

—¡Aww! ¿Que dolor? —Digo sacudiendo mi mano, corro hacia las escaleras mientras escucho.

Maldita puta, de mí no te vas a salvar y tú corre a realizar el plan y esta vez hazlo bien.


Maldición mis tacos no me permiten correr, tengo que llegar por lo menos al primer piso, estoy dando la vuelta cuando escucho pasos a mi espalda.

—Estas acorralada princesita. —Dice, pero yo me dirijo de frente y me topo con el mar me volteó y le veo con restos de mi sangre.

—Voy a gritar si te acercar.

—Hazlo. —Dice acercándose a paso lento. —No debiste subir al tercer piso, por más pequeño que hayas oído yo no dejó que las personas lo cuenten.

«Vamos tu puedes gritar sé que las personas de abajo te escucharán aun con la música que hay»

—¡Aux...! —Es lo único que digo ya que siento un golpe en mi cuerpo mientras siento que caigo, estoy helada no sé qué hacer, aunque moriría rápido yo no sé nadar.

Ciento el agua en mi espalda me empiezo a mover tratando de que el agua no entre, pero no puedo ya que el crucero se va moviendo y eso no me tranquiliza para nada.

Mi cuerpo ya no responde ya que todo está quieto tengo miedo «Por favor que alguien me ayude» y después de eso lo único que veo es mi cuerpo alejándose de la superficie.

¿Tengo esposo? ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora