Capítulo siete

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Veo la ciudad, todo parece normal sólo que hay un detalle, yo, todo lo que veo no es lo que me imaginé para mí. Pensé en tener una vida tranquila pero fue un desastre desde el día en que me desperté. Veo una señora vendiendo pulseras y me acerco. Veo cada uno y tienen un detalle muy bonito. Pero el único collar que me gusta es una en forma de collar Celta de plata con un nudo. Siempre me llamaban la atención más en su forma de cada uno.

—¿Cuánto cuesta esto?

—Eso está diez dólares señorita. Tiene un hermoso significado, cada nudo celta representa los caminos infinitos de la eternidad en el amor, la fe, lealtad y la amistad. Si usted lo compra llevarás contigo y portarás un valor ancestral.

Lo observo detalle por detalle y cada vez me llama. Agarro mi cartera y saco el billete de diez. Cuando estoy por pagar escucho mi nombre. Volteo por todos lados mi cabeza para poder encontrar a una persona conocida pero no veo a nadie. Le pago a la señora y agarró el colar entre mis dedos y repaso la forma que tiene.

—¿Danne te llamé desde hace rato por qué no me escuchaste?

Volteo hacia la persona que me mira y veo a un joven alto. Con unos pantalones jeans y un saco largo.

—Hola, he...si estaba comprando esto.

Le levanto el collar hacia su vista y él lo agarra y lo mira.

—Es hermosa, veo que te gusta estos tipos de collares. —Lo afirma. — ¿Qué tal vamos a tomar un café?

Acepto, agarro el collar y me lo coloco, sólo espero que lo haya conocido anteriormente por qué no quiero imaginarme si es un asesino.

—¿Qué tal va tu relación con Chese? Hace dos días lo vi bien borracho y murmurando palabras que no entiendo. ¿Tiene que ver eso contigo? Por qué no lo vi así desde...nunca.

No respondo, sea quien sea él sí me conoce. Cuando llegamos a una cafetería, nos sentamos en una mesa cerca a la ventana.

—No sé qué está pasando, no sé si te habrá contado él pero estamos en medio de un divorcio.

—¿Divorcio? Chese te ama desde el primer momento que te vio. Todavía recuerdo cuando llegó de ese crucero hace dos años, no paró de hablar de que había conocido a una bella dama. Desde esa fecha lo vi feliz, no sé en qué momento cambió su relación.

Una señorita se acerca a la mesa y nos entrega la carta. Observo la carta y pido un capuchino, las luces están hermosas en esta noche. Me recuerda a la Navidad llena de luces por todos lados sólo que esta vez son de faroles.
El chico que hasta ahora no se ni siquiera su nombre pide un té caliente.

—Mira quiero ser honesta contigo. —Apoyo las manos en la mesa. —No me acuerdo de ti, no sé quién eres. Pero si tú hablas de él que te contaba casi todo, me imagino que te contó que me engañó. Tal vez los primeros meses así fue, pero no recuerdo nada de los últimos dos años. Ni siquiera sé si era feliz... —La chica viene y le agradezco cuando se va continuo. —Lo único recuerdo es a él con otra mujer. Sé que no debería decirte pero si él me quisiera no debería haberme dicho loca cuando fui a su oficina. Me hubiera creído pero no...Hay no se de lo que hablo, por qué cada vez que repito lo que pasó en ese crucero más me confundo.

Él me mira estupefacto ante lo que dije. Toma un poco de su té y lo vuelve a poner en la mesa.

—Entonces... ¿No sabes quién soy?

¿Tengo esposo? ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora