Casa de Muñecas 2 :EXTRA

Capítulo 6: problemas de profundidad

Quizás fui muy tonto pero el día que intente salvar a una chica que se dirigía a las líneas del tren, fue el más extraño de toda mi vida.

Comenzó un día viernes o jueves, no lo recuerdo, una chica iba caminando con la cabeza agachada rumbo a las líneas del tren.

Como pudo ser tan despistada que en medio de la línea se dedicó a cambiar la música que escuchaba con sus audífonos.

-Maldición debo hacer algo pronto, no lo pensé dos veces y la empuje para que ella no muriera.

Irónicamente fue grata mi sorpresa al descubrir que morí, y la chica de pelo castaño corto con raíces moradas, que intente salvar estaba a mi lado.

Estábamos en una especie de juego diabólico en donde nuestras vidas estaban en peligro.

Para poder ganar el primer juego era muy fácil, el único problema era que una chica de cabello verde junto a un chico, querían atacarnos, en realidad este ataque también era parte del juego.

La chica que fallida mente salve y la chica de cabellera verde montada en una especie de slime estaban frente a frente.

-toma recibe mi poder, y nos lanza una especie de moco

Nosotros esquivábamos ese moco mientras corríamos por todo el lugar.

Pero en un segundo la chica que salve, estaba vistiendo una armadura, y portaba una gran lanza.

Luego ella dejo de correr, y se puso frente a la lanzadora de mocos.

Pero ella no pudo darse cuenta de que un moco se dirigía rápidamente a su pecho.

La lanzadora profesional de mocos decía –jajaja a hora nadie podrá quitarme mi perla

El moco misteriosamente comenzó a disolver la ropa de la chica de armadura.

Ella avergonzada arroja su lanza y mata a la chica del slime.

Desperté con una chica durmiendo en mi pecho.

-ah que paso, la chica adormilada se levanta y deja sus pechos frente a mi cara

Luego la chica me ve y se sonroja, la abofeteada fue inevitable.

-maldito violador ¿Por qué me trajiste a tu casa?

-no te traje, tal vez también es parte del juego.

-el combate en ese lugar fue tan frenético que olvide, presentarme, soy Ouka Mikuru, un placer.

Tenía mi cara hinchada pero esta chica parecía simpática, -soy Enzo Kurasawa

Esta chica era entretenida al ir a clases todos me miraban raro, de hecho mi familia también me miraba raro, no me demore nada en entender que ella no era visible porque estaba muerta.

-pero es muy extraño ¿Por qué tu estas muerta si yo también morí contigo?

Ouka se enfada y me dice – serás estúpido, tú me mataste

-¿Qué? Le pregunte

-yo estaba tranquila esperando a que el tren pasara.

-pero traspasaste las barreras

-esas barreras están malas, se cierran cuando el tren ya está frente a ti

-¿entonces, no querías suicidarte?

-no idiota, estaba escuchando música tranquila mientras el tren estaba pasando.

-pero estaban en las líneas.

-tienes problemas de profundidad, Estaba fuera de las líneas todo este tiempo

-rayos y ¿Por qué no soy sospechoso de asesinato?

-buena pregunta Dorothy, tal vez algo habrá hecho ese espectro, ya que habían muchos testigos, cuando me empujaste.

Fuimos a casa, ella dormía en mi cama a mi lado nunca se preocupó por si le hiciera algo mientras ella dormía, ya que si sentía algo incómodo me golpeaba.

Cuando aparecimos en la casa de muñecas tuvimos que luchar con una chica gal que desaparecía con el humo, era algo así como con tiempo límite, una debía morir o si no los dos mueren, ya que el techo iba cayendo.

Fue complicado ya que la chica desaparecía en la densa cortina de humo y apuñalaba a Ouka en su espalda, la armadura de Ouka la protegió bastante.

Cuando el techo ya estaba sobre nuestras cabezas, fue muy difícil para la gal ir a hurtadillas.

Entonces Ouka aprovecho esta desventaja para asesinarla.

Cuando el techo se levantó, creímos que podíamos descansar pero, una chica se acerca corriendo a nosotros y se transforma en un oso.

Recibí un fuerte zarpazo del oso

-Que rayos, se supone que debemos descansa.

-¡Enzo cuidado! Grita Ouka

Un chico con cuchillos en sus manos me apuñalo unas 6 veces

Desde ese entonces desperté como si nunca hubiese pasado nada en mi casa, nunca más vi a la chica otra vez.