CAP. 63

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P.D.V EMILY

Eran las dos de la madrugada, y mi teléfono empezó a sonar.

Me levanté a duras y descolgué:

- ¡Emily!- gritó alguien en la otra línea.

- ¿Quien es?- dije con la voz adormilada.

- Soy Robert- dijo algo alterado- ¿está Harry allí?

- ¿Harry? No.

- Mierda joder...

- ¿Robert qué pasa?- dije preocupada.

- Hubo una pelea en casa, y desde las once no sabemos nada de él.

- ¡¡Pero está lloviendo!!- exclamé.

- Emily cualquier cosa llámame.

- C-Claro- dije con un hilo de voz.

Tiré el móvil a la cama, pensando en donde podría estar...

Oí un par de pitos sonar en la calle, lo que hizo que me asomase.

- Mierda...- susurré, viendo a Harry tirado en la acera de mi casa, empapado.

Cogí la sábana y bajé corriendo a la calle.

Al salir me dirigí a él, el cual respiraba despacio, y tiritaba de frío.

- Dios mio... Harry despierta- susurré, cogiendo su cara con mis manos.

- E-Emily...

Mis ojos se humedecieron, mientras pasaba la sábana por su cuerpo.

- Vamos- dije cargándolo en mis brazos- apóyate Harry, no puedo contigo.

Me hizo caso, pasando su brazo por mi hombro.

Al entrar lo dejé en el sofá, mientras le quitaba la ropa mojada.

- Voy a por unas mantas- dije subiendo rápidamente.

Al bajar se las puse por encima, mientras secaba sus rizos con otra toallita.

- Estás helado...- susurré.

Harry no decía nada, su mirada estaba perdida, sus labios morados entreabiertos y su respiración regulándose.

Blue apareció por el salón, saltando a las piernas de Harry, mientras maullaba y restregaba su pequeño rostro en su estómago.

- Hola enano- susurró, cogiéndolo con una mano y besando su cabecita.

Sonreí al ver la escena.

- Voy a llamar a Robert, estaba que estallaba de los nervios.

Me levanté, cogiendo el teléfono y marcando.

- ¿Si?- susurró Anne.

- Soy Emily. Harry está aquí.

- Oh dios mio- dijo llorando- mi pequeño... ¿E-Está bien?

- Sí tranquila. Estaba tirado en la calle, pero ahora está bien.

- Madre mía... Necesito hablar con él.

- Claro- dije acercándome a él- es tu madre- dije entregándole el telefono.

Lo cogió y lo dirigió a su oreja.

Decidí dejarles solos, asi que fui a prepararle un vaso de leche con miel bien calentito.

Lo puse dos minutos y saqué la miel, llevándola al salón.

- No mamá... Ahora iré para allá- dijo Harry.

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