P.D.V EMILY
- Abrelo.
Asentí, sacando unos papeles de dentro.
"Calle Merthall 3, Nueva York. Propiedad de S. Styles y Sta. Parker..."
Tapé mi boca con una mano mientras que con la otra dejaba los papeles en la mesa, sin importarme lo demás que ponía.
- ¡Oh dios mio Harry!- exclamé- esto... Esto es...
- Sí, nuestra casa- dijo sonriendo.
- Pero... ¿L-La has comprado?- dije sorprendida.
- Ajá. En realidad no me ha salido tan cara como piensas. Está al lado de la Universidad. Al ser estudiantes nos la han dejado tirada de precio.
- ¡No puedo creer que vayamos a vivir juntos!- grité, levantándome y lanzándome a él, mientras los demás presentes nos miraban.
Harry correspondió a mi abrazo, sin dejar de reír.
Cuando se me pasó un poco la emoción Harry pagó, para acto seguido ir a casa.
Nada más llegar Harry me cogió al estilo nupcial y me subió hasta la habitación, sin dejar de besar mis labios.
Cuando entramos me dejó en la cama, mientras él empezaba a quitarse su ropa.
Cuando quedó en boxers me miró, esperando a que hiciese algo.
Me levanté de espaldas a él, para que pudiese bajar mi cremallera.
Noté los calientes dedos de Harry en mi espalda, bajándolo lentamente, hasta caer al suelo y quedar unicamente en mi ropa interior de encaje.
Me giré, quedando cara a cara con él, viendo como me miraba de arriba abajo con la boca entreabierta.
- Sabes que me encanta el encaje, y más rojo- ronroneó bajando los tirantes de mi sostén.
Cuando cayó al suelo Harry miró mis pechos, mordiéndose el labio inferior.
Enredé mis manos en su melena ya larga, atrayéndole a mis labios, devorándolo.
- Esta noche no vas a olvidarla nunca- susurró en mis labios, llevándome a la cama.
*****
Suaves besos esparcidos por mi espalda, caricias en mi melena y más besos en mi nuca fueron los causantes de que despertara.
Sonreí abriendo poco a poco los ojos.
- Buenos días dormilona- susurró la voz ronca de Harry.
Me incorporé un poco para alcanzar sus labios, dejando un pequeño beso.
- Podrías seguir con las caricias- dije acurrucándome ahora en su pecho.
- Eres una mimosa- dijo sonriendo, volviendo a arrastrar sus dedos por mi espalda, produciéndome escalofríos.
- He pensado que hoy podríamos quedarnos todo el día en casa.
- ¿Haciendo qué?- le pregunté besando su pecho.
- No sé... Podríamos cocinar y lo que surja- dijo guiñándome un ojo, a lo que reí y escondí mi rostro en el hueco de su cuello.
Estuvimos un rato acurrucados, hasta que el móvil de Harry sonó:
- ¿Sí? Si dime. Ajá, pero...- se levantó de la cama serio- ¿hoy? ¿No puede sustituirme Matt? Está bien- suspiró, colgando.
- ¿Qué ocurre?- dije levantándome.
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Polos Opuestos
Fiksi PenggemarHace mucho tiempo que dejaron de creer en el amor, y sobre todo en los finales felices, hasta que sus caminos se cruzan para cambiar sus vidas por completo, pero no todo será de color de rosa: "- Esto no funciona, no lo ves? Nos estamos haciendo dañ...