CAP. 71

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P.D.V EMILY

- Abrelo.

Asentí, sacando unos papeles de dentro.

"Calle Merthall 3, Nueva York. Propiedad de S. Styles y Sta. Parker..."

Tapé mi boca con una mano mientras que con la otra dejaba los papeles en la mesa, sin importarme lo demás que ponía.

- ¡Oh dios mio Harry!- exclamé- esto... Esto es...

- Sí, nuestra casa- dijo sonriendo.

- Pero... ¿L-La has comprado?- dije sorprendida.

- Ajá. En realidad no me ha salido tan cara como piensas. Está al lado de la Universidad. Al ser estudiantes nos la han dejado tirada de precio.

- ¡No puedo creer que vayamos a vivir juntos!- grité, levantándome y lanzándome a él, mientras los demás presentes nos miraban.

Harry correspondió a mi abrazo, sin dejar de reír.

Cuando se me pasó un poco la emoción Harry pagó, para acto seguido ir a casa.

Nada más llegar Harry me cogió al estilo nupcial y me subió hasta la habitación, sin dejar de besar mis labios.

Cuando entramos me dejó en la cama, mientras él empezaba a quitarse su ropa.

Cuando quedó en boxers me miró, esperando a que hiciese algo.

Me levanté de espaldas a él, para que pudiese bajar mi cremallera.

Noté los calientes dedos de Harry en mi espalda, bajándolo lentamente, hasta caer al suelo y quedar unicamente en mi ropa interior de encaje.

Me giré, quedando cara a cara con él, viendo como me miraba de arriba abajo con la boca entreabierta.

- Sabes que me encanta el encaje, y más rojo- ronroneó bajando los tirantes de mi sostén.

Cuando cayó al suelo Harry miró mis pechos, mordiéndose el labio inferior.

Enredé mis manos en su melena ya larga, atrayéndole a mis labios, devorándolo.

- Esta noche no vas a olvidarla nunca- susurró en mis labios, llevándome a la cama.

*****

Suaves besos esparcidos por mi espalda, caricias en mi melena y más besos en mi nuca fueron los causantes de que despertara.

Sonreí abriendo poco a poco los ojos.

- Buenos días dormilona- susurró la voz ronca de Harry.

Me incorporé un poco para alcanzar sus labios, dejando un pequeño beso.

- Podrías seguir con las caricias- dije acurrucándome ahora en su pecho.

- Eres una mimosa- dijo sonriendo, volviendo a arrastrar sus dedos por mi espalda, produciéndome escalofríos.

- He pensado que hoy podríamos quedarnos todo el día en casa.

- ¿Haciendo qué?- le pregunté besando su pecho.

- No sé... Podríamos cocinar y lo que surja- dijo guiñándome un ojo, a lo que reí y escondí mi rostro en el hueco de su cuello.

Estuvimos un rato acurrucados, hasta que el móvil de Harry sonó:

- ¿Sí? Si dime. Ajá, pero...- se levantó de la cama serio- ¿hoy? ¿No puede sustituirme Matt? Está bien- suspiró, colgando.

- ¿Qué ocurre?- dije levantándome.

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