Adriel Palacios es un chico de 17 años de clase media que ha superado varias circunstancias trágicas y dolorosas gracias a la ayuda de su hermana Liana y su prima Lenis.
Actualmente la vida de los tres transcurría normalmente hasta que varios "Fanta...
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Me desperté cuando la alarma empezó a sonar, sintiendo que apenas he dormido lo suficiente.
Abro mis ojos lentamente y lo primero que veo es a Travis frente a mi, cerca de mi rostro, con un leve agarre en mi cintura viéndose tan tierno y lindo durmiendo, que siento un nudo en la garganta y un sentimiento de tristeza me azota fuertemente al recordar que lo sucedido fue la despedida.
Me deshago del agarre de Travis y me levanto de la cama dispuesto a bañarme e ir al colegio como si nada haya pasado.
Me colocó la última prenda del uniforme del instituto que es la camiseta, después de haberme dado una buena ducha, tomo mi mochila para bajar a desayunar.
Giro el pomo de la puerta dispuesto a salir pero no puedo, volteó la cabeza y veo a Travis durmiendo tranquilamente como un oso invernando. Sonrió tristemente y salgo de la habitación.
Liana y Lenis me miraba de soslayo por el espejo retrovisor del carro porque cuando estábamos desayunando me hicieron muchas preguntas sobre lo que ocurrió entre el rubio y yo, dejando de preguntar cuando trate de responder sus preguntas con indiferencia pero ellas al conocerme como la Palma de su mano pudieron notar la tristeza al responderles.
- Hoy no podré buscarte cuando acabes tu turno en la cafetería- dijo Liana al estacionar el auto enfrente del colegio.
- Claro, tomaré el autobús- respondí sin ánimo.
- Adriel ¿estas seguro que quieres entrar a clase hoy?- preguntó Lenis
- Ya estoy aquí ¿No?
Me despedí de ellas y salí del auto, camine hasta la entrada, respire profundo y entre al colegio. Al llegar salón de clase digo bueno días a mis compañero que se encurntran en el salón y me dirigí a mi asiento correspondiente, coloque mi cabeza entre mis brazos en el pupitre para esperar que se de inicio a la clase.
- ¡ADRIEL!- gritó Nicky, sacándome de mi pequeña siesta.
- Dime- suelto un pequeño bostezo.
- Vaya que tienes el sueño pesado- dijo divertida- tengo como cinco minutos intentando despertarte- reprochó haciendo un pequeño puchero lo que me hizo sonreír.
- Tú nunca duermes en el salón de clase, eso es lo mío- dijo Andrés
- No pudiste dormir bien- añadió Nicky pero mas que una pregunta fue una afirmación.
- Sólo estoy algo cansado- dije restandole importancia
- ¡Ohhh!- exclamó la pelinegra como si descubriera algo importante- Alguien no te dejo dormir, ¡Traviesote!- declaró
