16. Principes de oro

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Narra Adrianna.

Cuando lo vi, no lo podía creer. Alois estaba en esta escuela y ahora todo era incluso peor.

Ahora si no sabía que hacer con este problema, mi única solución era esa, debía llamar a Irianna.

Todo se estaba cayendo a pedazos, si no hacemos nada, todos estos años habrían sido en vano para todos nosotros.

Cuando Alois ingresó a la escuela, todos los estudiantes lo recibían con una reverencia, muchos chicos lo veían con deseo al igual que las chicas. Para nadie en el mundo era un secreto la preferencia sexual de Alois.

Lo que pude notar fue la cara que tenía Allen, era como de odio, enojo, confusión... Demostraba muchas cosas y no entendía el porqué.

—Principe Alois, por ahora su cuarto no estará ni en la sección A ni en la D, mañana haremos la prueba que demostrará si es un atrio o demacro—Le informé.

—Oh... ¿Entonces donde dormiré?—Pregunto el chico rubio.

—Por ahora sus aposentos serán en la sección donde se encuentran los míos—Dije—. guardias por favor llévenlo—Ordené.

Alois asintió y comenzó a seguir a los guardias, no sin antes darle una mirada asesina a Allen y una pícara a Nathan.

No sabía que hacer, no podía hacer que Allen presentara la prueba del cetro... Debo hallar una manera para evitar que la tome.

Ahora solo le dirigiría a mi oficina a contactar a Irianna, no se que me dirá cuando sepa todo.

Narra Allen.

Alois estaba en esta academia y era lo único que me faltaba. La mala suerte me perseguía.

Ya era hora de que llevaran a Aria a la celda, ya que debido a que ella aún estaba poseída, y no sabían cómo curarla, debían encerrarla. A Aria se le había dado un antídoto que retenía a la sombra que la poseía solo de día, así que al caer la noche, ese ente tomaría posesion del cuerpo de Aria de nuevo.

—Aria, Psst—La llamé. La chica rubia volteó a verme.

Le hice señas para que me siguiera hacia un lugar donde nadie nos viera.

—¿Recuerdas que hace tiempo dijiste que si te ayudaría a investigar a Adrianna?—Le recordé.

—Oh, es verdad—Respondió ella.

—Su reacción cuando vio a Alois me hizo pensar que ella oculta algo, comencemos a investigarla y averigüemos qué trama—Propuse.

—Allen pero sabes que deben encerrarme en este momento—Dijo Aria.

—Lo sé, pero aún tenemos unos cinco minutos, si nos apresuramos lograremos todo a tiempo.

—Está bien—Respondió, y sin más nos dirigimos sigilosamente hacia la oficina de Adrianna.

Cuando llegamos a esta, con Aria decidimos recargarnos en la puerta, igual fuimos cuidadosos ya que no queríamos que nos pasara lo que pasó con Aria y caer dentro de la oficina.

Cuando nos recargamos hicimos el máximo silencio y nos concentramos en escuchar.

—Irianna, no se como pasó todo esto, no se si fue obra de ella, pero los tres están aquí, en Ataraxia—Decía Adrianna.

—No lo se, solo se que hace 10 minutos Alois llegó y no supe cómo reaccionar, si algo les llega a pasar...—Adrianna estaba sollozando, Aria y yo nos miramos con confusión.

—Si, necesito que vengas a Ataraxia lo más antes posible, tenemos que averiguar qué hacer antes de que...—No alcanzamos a escuchar lo demás gracias a que unos guaridas nos vieron y tomaron a Aria para llevarla a la celda.

AtaraxiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora