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Brooke

Habían pasado alrededor de dos semanas en las cuales no había tenido ni un mínimo contacto ni cruce con Damon ni los demás chicos, lo cual no me preocupaba porque cada uno teníamos asuntos totalmente distintos aunque el comportamiento que Damon había tenido era aún más desvirtuante.

Actualmente me encontraba en una cena llena de empresarios hambrientos de una firma ¿Era necesaria mi presencia? Claramente no. Peggy me miraba con afecto, adoraba pasar tiempo con ella ya que la mayor parte del tiempo estaba sola en casa.

— Cariño... ¿Quieres acompañarme un segundo? — susurró despacio a lo cual asentí e indiscretamente me paré de aquella mesa.

Seguí su camino hacia la cocina donde sentado sobre la mesada se encontraba Liam, el hijo menor de Peggy, con quien también había consolidado una relación bastante amigable a pesar de que sus actitudes daban ganas de romperle un plato en la cabeza pero fuera de todo solía ser una persona amable.

— ¡Liam! Te he dicho miles de veces que bajes de ahí — retó Peggy y ofuscado bajó.

— ¿Qué hay de nuevo, Gallagher? — choqué mi puño con el suyo

— Venía en busca de comida — encogió sus hombros — Por cierto mamá, el estúpido de Noel se fue a casa de Alan... de nuevo se comporta como una niña histérica.

— ¡Todos sabemos que no es verdad! — Intervine riendo vuelves loco a cualquiera.

Cierto, estás incluida. Noto como me miras guiñó un ojo

Ante éstos comentarios Peggy rió para luego regañar a su hijo con que no era debido que estuviera ahí pero éste nuevamente cambió de tema echándole la culpa a su hermano de por qué estaba donde estaba.

¿Por qué no vamos al Pub? Así dejarías en paz a tu mamá reí

Brooke, de ninguna manera tendría las mismas intenciones que las tienes conmigo respondió burlándose Pero no le vendría mal alcohol a éste cuerpo.

Solo reí ante su comentario, sabía que si discutía con él se volvería una guerra de palabras incoherentes que jamás terminarían. Su ego era más grande que todo Manchester.

¿Te irás? ¿Puedo ir? dijo Jacob acercándose

— ¡Claro que sí! — respondió Liam

— De ninguna manera, es menor — contesté

— ¿Y qué? Está bajo nuestra autoridad. — insistió

— Con más razón... bajo tu autoridad hasta una tortuga se escaparía — Liam frunció el ceño sin entender

— Por favor Brooke. Prometo comportarme, no beberé ni me iré de tu lado — comentó Jacob.

La insistencia de Jacob se había tornado molesta pero más molesto serían sus sobornos para que papá no se enterara. En un principio creí que no sería buena idea pero en fín, qué sería mejor que estar juntos.

Mientras manejaba Liam y Jacob no paraban de discutir por qué equipo debía haber ganado el domingo anterior, su cercanía de edad los hacia intolerables y caprichosos.

Al llegar, por suerte, nos ubicamos en una mesa cerca del viejo escenario, el cual se había convertido en una especie de nueva barra. Me sentía ajena a la conversación que estaban teniendo ambos ya que hablaban nuevamente de futbol hasta que Jacob se ofreció a ir por unas cervezas.

— Tu hermano realmente es increíble — sonrió mientras se acomodaba a mi lado

Quizás porque no convives con él — bromeé — Tu hermano también es...

— ¡Brooke! Qué suerte encontrarte, sé que me comporté como un completo idiota y no lo merecías — Otra vez, Damon.

— Para toda princesa siempre hay un príncipe rubio en busca de su amor — interrumpió Liam riendo.

Intenté evitar reírme por su comentario dándole importancia a las disculpas de Damon pero fue totalmente inoportuno.

— No creí que estuvieras... con alguien — dijo en medio susurro — ¿Podemos hablar fuera?

— No dejes que mi hermano beba o estás muerto. — advertí antes de pararme.

Una vez que pasamos por la multitud de personas pude sentir el viento chocándonos fuertemente contra nosotros, la tormenta se acercaba. Por un largo rato luché con mi encendedor en busca de prender mi cigarro pero había sido inútil.

— Siento mucho haber sido un idiota — suspiró

— De todas formas me acostumbré a que me traten así — reí — Me sorprendió de tu parte...

— ¡Lo sé! Los chicos explotaron mi cerebro nombrándote, les caíste bien... sobre todo a Alex — rodeó los ojos al nombrar al último — No juegues con él...

— Podrías abstenerte a tus advertencias.

— Cómo sea. Te invitaría a tomar algo pero estás ocupada.

— ¿Y si te quedas?

— También estoy acompañado.

— ¿Sabes que tus mentiras son malísimas?

Solo rodeó los ojos y me miró sonriendo, como si mil ideas estuvieran atacando sobre sí. Lentamente se acercó a mí poniendo sus manos en mi cintura, sus ojos no se habían despegado de los míos y juraría por lo más preciado que nunca había sentido algo más lindo que su respiración agitada cerca de mis labios.

Y lo hizo otra vez. Nuestros labios se unían con desesperación y el beso era entre cortado por las sonrisas victoriosas de Damon.

— No te darías una idea de lo muchísimo que extrañaba eso. — mordió su labio

Las gotas comenzarona caer sobre el mojándolo por completo pero nada parecía molestarle, su sonrisaera de par en par.     

❝Young and Lovely.❞ / Damon AlbarnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora