Capítulo 5: Gracias, vecina.

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Todo estaba oscuro. Sentía el pelaje suave y largo de mi Cadillac caliente debajo de mi mano. Me levanté lentamente y abrí las cortinas. Era de día. Miré el reloj de la mesita: las 12:41. El sol me alumbraba cariñoso la piel y las nubes blancas se movían lentas e indiferentes en el cielo. Abri el armario y me puse un short blanco, una remera sin mangas blanca y una camisa de color verde que decía "Young Blood" en la espalda. Me calcé unas Vans negras y me metí en el baño. Cepillé mi pelo y lo hice una trenza espiga. Me delineé la linea de abajo de los ojos y brillo labial natural. Bajé las escaleras y agarré un frasco con galletitas de la mesa. Me senté en el sofá y prendí la televisión.

- ______, tengo hambre.- dijo Lucas bajando la escalera con cara de dormido.

- Ven- me corrí a un lado para dejarle espacio a él-. ¿Quieres galletitas?

- Si- metió la mano en el frasco y sacó un puñado.

Comimos galletitas hasta que papá se levantó. Era sábado. Papá odia los sábados. Dicen que son los días en que "Los mocosos malditos salen de fiesta y hacen ruido en toda la ciudad". Jamás pude comprobarlo. Mis amigos en Misiones siempre fueron bastante tranquilos. Soy de Misiones pero mi papá nació aquí, en Carolina del Norte, y mi mamá en Argentina. No creo que hagan muchas fiestas por aquí.Todo es tan tranquilo. Sigo conmocionada por lo de ayer. Por lo del chico de los ojos. No entiendo que no le haya causado ni una gota de pudor haberse bajado los pantalones frente a una chica. Pero claro, chicos como él lo deben hacer constántemente. En éstos momentos el mundo está loco. La gente ya no siente verguenza, lo cual no está mal, pero también muchos perdieron el respeto y los valores. No me extrañaría que alguien como él y como están las cosas ya lo haya hecho o tenga eso en mente. De todas maneras no me incumbe. Ni siquiera hablé con él. Bueno sí hablé, pero esa "mini-charla" no cuenta. Además fue más una discución. Oh, lo lamento, suelo cambiar de tema si pienso mucho. En fin. Mi padre se sentó con nosotros a ver al televisión y comió algunas galletitas. Cuando ya no tuve más hambre me levanté del sofá y le dije a mi papá que iba a salir a caminar. Agarré las llaves, mi skate y mi celular. Abrí la puerta y crucé el patio. Me subí a mi skate y comencé a empujarme con el pié izquierdo. Esta vez fui por el lado contrario al de ayer. Escuché como el chico abría la puerta de su casa y se subía en su Pennyboard. Intenté mostrarme indiferente e ignorarlo. Iba más adelante que yo. Empujé con más fuerza hasta que quedé delante de él. Escuché un silvido ¡Estaba observando mi trasero! ¡No puedo creerlo! Lo miré con "cara de asco" y él lanzó una risita mirándome a los ojos. Wow, tiene unos realmente hermosos ojos. Seguí impulsándome con mi pié izquierdo simulando no prestarle atención, pero podía sentir sus ojos juguetones en mi trasero. De repente él se adelantó.

- Ahora te toca a tí- me gritó.

- ¿Qué?- pregunté confundida y enojada.

- Mirarme el trasero- me guiñó un ojo. 

- Eres un pervertido. Me das asco.

Él dejó de impulsarse y se bajó de su Penny. Lo imité. No era mucho más alto que yo pero sí lo suficiente como para que tenga que acomodar mi cabeza unos 84° para lograr verlo directamente a los ojos. Se acercó a mi... Muy...Muy cerca. Nuestras frentes casi se tocaban. Me miraba con ojos abiertos y penetrantes, con esas miradas con las que una persona podría matar a un león a larga distancia. Pero nosotros estábamos a corta distancia...Muy corta. ¿Habré dicho algo que le molestó? Pero si el también me había molestado. Estaba decidida a no sucumbir a su mirada. Giré la cabeza, pero fue inútil ya que me agarró de la barbilla y me acomodó nuevamente la cara. Acercó su boca a mi cuello sin quitarme la mano de mi mejilla. Estaba inmóvil. Asustada. Impactada sería la expresión correcta.

- Gracias, vecina.- susurró en mi oído y se escapó en su Penny calle arriba, dejándome ahí, con mi skate en la mano y la boca abierta. Qué sinverguenza. 

La niña de sus ojos- Hayes GrierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora