Haciendo las paces.

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Antes de empezar este capítulo, quiero decirles que será un capítulo largo, como recompensa de todo lo que he estado ausente por actualizar... Así que va, espero lo disfruten mucho.

Ginger.

Bueno bueno Dallas, tu supuesto corazón de niño comprensivo tierno y todas esas idioteces, ha acabado. Es mi hora de destronarte.

- ¿Cuándo será la fiesta? - Pregunté a Dallas.

- ¿Cuando te iras? - Quise ocultar mi expresión de "Jamás me iré antes de destruirte idiota" Pero me fue casi imposible.

- El domingo en la mañana. - Tal cual como mi plan.

- Entonces será el sábado en la noche obviamente. - Dijo. - Y lo siento por todo, Ginger. - Asentí y solté una pequeña lágrima. La verdad esa no la planeaba.

Sonreí victoriosa, creo que jamás había anhelado tanto que fuese sábado en la noche.

Pero, ¿Qué haría para destrozarlo por completo?

Evangeline... Eres mi plan maestro.

Me dirigí a su habitación con rostro de "Has ganado, hagamos las paces" Toque su puerta dos veces y allí apareció ella con su ropa interior y una batola para cubrirse... ¡No digas nada Ginger! Será mejor para tí.

- H-Hola. - Evangeline analizó mi rostro y sonrío victoriosamente.

- Vaya, así que vuelve la mascotita arrepentida. - Mordí mi lengua fuertemente y sonreí frágilmente.

Vamos Ginger, tu puedes. - Has ganado. - Sonreí.

-Dime algo que no sepa. - LLegó mucha oxigenta a su pequeño cerebro al parecer.

- Me iré, has ganado justamente. Lamento todos los problemas que te cause, solo espero que en los últimos días en los que estaré aquí podamos llevarnos mejor, ser amigas. - Extendí mi mano amistosamente. - Prometo no hacer nada idiota.

Evan tomo mi mano sonriente - Por supuesto, una nueva Emily... Serás Emily 2. - Contuve mis deseos de romper su mano, y sonreí.

- Esto será un nuevo comienzo. - Abracé su torso y le agradecí por perdonarme.

Woah, que excelente actriz soy.

Mi día estuvo tan sonriente, jamás había hecho un plan tan siniestro como este pero funcionara, lo se.

-Ginger... - ¿Cameron?

- Ginger. - Giré mi cabeza y me di cuenta de que era Dallas.

- ¿Sí? Dallas. - Su rostro se puso algo tenso.

- Me preguntaba si deseabas de que invitaramos a todos los alumnos o solamente algo pequeño. - Todo el instituto se dará cuenta de lo vengativa que puedo llegar a ser.

- Me gustaría que todos estuvieran aquí. - Su rostro se relajo un poco más y me susurró al oído.

-Recuerda que existe la ley de atracción, jamás lo olvides. - Oh querido Dallas, eso jamás funcionará para ambos.

Reí ante su comentario y me decidí ir al patio trasero del instituto, vaya este lugar tenía tantas cosas y yo ni siquiera tenía idea, solo me concentro en mi drama.

Tomé aire fresco mientras analizaba todo lo de mi siniestro plan, hasta que un pero se posó por mi mente.

¿Haces esto porque quieres venganza o porque en realidad estabas sintiendo algo por Dallas?

Lloró muy poco, pero cuándo lo hago, verdaderamente es porque los actos me han dolido... Este era el caso, me sentí como una completa idiota, ¿Como no me imagine que todo lo que he pasado con él no fueron planes de su novia para atentar contra mí? Me dolía bastante saber que empezaba a quererlo más de la cuenta, con esos ojos que te hacen perder, esos labios que te hacen tocar otro mundo, su actitud de ególatra encantadora. Vaya, me había enamorado y yo no me había dado cuenta. Somos polos opuestos, él equivale a negativo y yo a positivo, la ley de atracción nos une, pero eso jamás será posible.

Polos OpuestosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora