¿Una vida juntos? Calma Vaquero.

368 18 6
                                    

3 meses habían pasado exactamente. Como vuela el tiempo ¿No? Afortunadamente estamos aquí para contarlo y no que alguien más esté contando nuestra vida.

Argentina es esplendorosa, me encanta, desde su acento, su arquitectura, su cultura y su deliciosa comida, por ejemplo, el dulce de leche. Simplemente es gloria.

Dallas y yo pasamos la mayor parte de tiempo juntos, excepto a la hora de clases, allí si nos separamos durante un monto de dos horas aproximadamente. Exceptuando ese factor todo es maravilloso, he conocido mucha gente, unas que me hacen amar Argentina, otras que me hacen odiarla.

Pero entre todas esas personas está Laura, se ha convertido en una amiga excepcional, Laura sabe bastante inglés, pero es inevitable para ella no usar el español en su hablar normal. Lógico, duh.

Estoy en la Plaza de Mayo disfrutando de la vista y de los momentos históricos que me cuentan algunos residentes.

Visualizó a lo lejos y puedo ver como Laura está entablando conversaciones con uno de mis amigos, Andrés. Ellos notan mi presencia y se acercan.

- ¡Gingle! - Grita Andrés.

Es curioso, ambos me dicen de esa forma, creí que el único apodo creativo que era viable para mi nombre era Gigi.

- ¿Qué pasa? - Preguntó.

- Pasabamos a saludarte y a decirte que Dallas te ha buscado todo el día -. Sonrío y pienso en una de las tantas locuras para las que Dallas me necesita.

Es curioso, últimamente ando más estúpida de lo normal, bueno dicen que el amor te pone estúpido, pero creo que a mi me tiene pendeja desde siempre. Aunque estar enamorado se siente bonito.

Les agradecí amablemente y me dirigí a buscar a Dallas, no tengo ni idea donde esta, asi que decido textearle.

"¿Dónde carajos estás? " Texteo

No tengo que esperar mucho, ya que me responde a los segundos.

"Detrás tuyo" Sonrío para mí misma, eso es totalmente ri...

- Hola Gigi. - Di un brinco de miedo y gire sobre mis talones para encontrarme con unas petunias divinas, mis favoritas.

- Laura me contó que me estabas buscando -. Sentí como sus mejillas tomaron un color rojo, ay pero que bonito.

- Ven, vamos a un lugar más tranquilo. - Acepté sin protestar, tome la mano de Dallas y deje que nos llevará a donde sea.

Hicimos un recorrido muy lindo a decir verdad, pasamos por un pequeño parque lleno de flores y de animalitos de la zona, algo muy verde la verdad, también el clima amerita un lindo paseo por la ciudad y sus alrededores, menos mal llevaba ropa cómoda, no quisiera caminar llevando zapatos altos, auch.

Nos detuvimos en una pequeña heladería, muy bonita y simpática a decir verdad, tenía colores muy vivos, pero también aspiraba a tener esos aires noventeros de la ciudad, a decir verdad era una cafetería muy linda.

Me senté en la barra para observar mejor los helados y ver como los servían, era algo que me gustaba hacer en lugares como estos.

- Ginger -. Llamó Dallas.

- Si dime -. Le digo mirando sus bonitos ojos.

- Te quiero, ¿Lo sabes no? - Ay pero que cursi es, agh. Me encanta este tipo,

- Y yo a ti. Claro que sé que me quieres. - Respondo a su pregunta.

Notó que saca una pequeña sortija de su bolsillo y la sostiene en sus manos, tragó saliva y lo miró con los ojos muy abiertos. - No pienses que te quiero proponer matrimonio. - Me dice -. Iuf, pero ¿Entonces para qué carajos es la sortija?

Y como si me hubiera leído el pensamiento. - Calma -. Río. - No quiero alarmarte ni nada por el estilo, está sortija que puedes ver aquí, es una promesa que quiero darte, y no es necesario que me prometas lo mismo, pero quiero prometerte, que pase lo que pase siempre me tendrás allí, pesé a que no estemos juntos y me odies o ya no volvamos a unir nuestros caminos, quiero que sepas, que aunque estamos jóvenes y lo sé, eres la persona que quiero para todo lo que me resta de vida, te quiero Ginger. No necesito que me prometas lo que yo a ti, solo quiereme hasta que te canses que yo estaré feliz de verte feliz. - ¿Dónde están las servilletas en este lugar?

Estoy llorando como un bebé recién nacido, nadie me había dicho algo tan hermoso, es impresionante lo feliz que me hace este hombre, no puedo adivinar el futuro, tampoco se si deseo una vida al lado de Dallas, ni sé si estaremos juntos siempre, pero quiero hacerlo feliz por ahora y que él me haga feliz a mi.

- No te puedo prometer lo que me estás ofreciendo ni lo que me estás prometiendo, sólo puedo asegurarte que mientras estemos juntos, haré lo posible para hacerte feliz y para que el tiempo que nos quede juntos sea mucho -. Sonrió y besó sus dulces labios para luego encontrarme a un Dallas sentimental.

- Amo tu versión cursi, ¿Quieres pasar una vida conmigo? -. Abro mis ojos rápidamente y no dudo en responder.

- ¿Una vida juntos? Calma vaquero. - Dallas ríe fuertemente y me entrega la sortija.

Es de un color lila, con pequeñas flores a su alrededor, y dentro del anillo está la leyenda que dice: somos polos opuestos. Dicha por su servidora de aquí.

- No me cabe duda de que te quiero con todo mi corazón querido Dallas. - Digo besando la punta de su nariz.

- Y yo a ti, querida Ginger. - Repite la misma acción que hice y me da un beso en la mejilla.

Pedimos nuestros helados y nos quedamos hablando de distintas cosas, para que me de cuenta de que ya son las 7 de la tarde.

Necesitamos estar con personas que nos hagan perder la noción del tiempo, no el tiempo.



Polos OpuestosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora