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Un gemido salió de su boca, cerrando fuertemente los ojos, el dolor corría en él, como si nunca.

- Peter!.-

Chilló el mayor intentando de que éste se quedara quieto en su lugar.

-Me duele Wade!- gritó, sollozando. -No! No toques!.-

Wade toma su mano y la estira a él, viendo el dolor en su rostro.

- ¡¿Cómo carajos entras en silencio y ya rompes un vaso que te lastimas?!.-

-No sabia que habías movido el vaso!- chilla. -Me duele! Arde!.-

Toma la pinza de su lado y retira con cuidado el pedazo de éste.

- Mierda ¡Qué es grande!.-

-No me digas!- le grita, llorando. -Ah! Wade basta! Duele mucho!.-

Coloca el alcohol sobre la herida y el menor pega un grito que hasta provocó que el mayor saltara.

- ¡Ya esta! ¡Ya esta, Peter!.- aclaró tapando sus oídos. - Si que en este tiempo se nota que no has gritado.-

-No vuelvo a una habitación de hotel.- solloza y sienta en la cama, soplandole a su mano.

Wade ríe y contempla su palido rostro, con su cabello cayendo por su frente.

- Y... ¿Qué tal tu vida aquí?.- pregunta un tanto nervioso.

-Es divertido.- sonríe. -Conoci a alguien...- muerde su labio. -Es el gerente del hotel, es lindo.-

El mayor trago en seco, con un poco de calor a su alrededor.

- Me alegro.- murmuró desviando su mirada. - ¿Ya tienen algo?.-

-No...- susurra. -Mi corazón le pertenece a otra persona, pensé que lo sabías.-

- Nunca me lo has dicho.-

Duda un poco en lo que mencionó.

- Bueno, tal vez sí pero, no de una forma adecuada.-

-Olvida el beso.- lo mira a los ojos. -Fue un error y te aseguro que no se repetirá.-

Wade recuerda en lo dicho hacia su madre, el que lo intentaría se había caído por las sombras hace un momento al saber que Peter podía conseguir a una persona mejor que él.

Su autoestima cayó del edificio.

- ¿Tú lo olvidarás?.-

-No.- dice firme. -Pero no te obligaré amarme o algo parecido. Eres mi amigo y no quiero que por sentimientos estupidos de mi parte, se arruine eso.-

- Se que te he mencionado el que no amaré a nadie pero...- titubea y roza sus dedos. - Si tan solo me dieras tiempo, podría funcionar.- confesó.

-Wade, puedo esperar.- le sonríe levemente. -Pero no quiero que te sientas obligado a nada, si? Eres mi amigo y quiero que seas feliz, si no lo eres conmigo lo entiendo.- acaricia su mejilla, con miedo.

El mayor cierra sus ojos con delicadeza sientiendo después de tanto tiempo el dulce toque reconfortante.

- Gracias, Peter. Si mi madre te conociera...- suspiro con una media sonrisa.

-Estoy seguro de que era una gran mujer, Wade.- susurra, sonriendo. -Y estaría muy orgullosa de ti, lo sé.-

- Hubiera deseado que ella haya visto mi Café.- murmuró dejando caer su cuerpo sobre la cama, mirando al menor.

Sonrió y se recostó a su lado.

-Te pareces a ella, tienes su sonrisa.- acaricia sus labios, lentamente y con cuidado. -Y también sus ojos....-

Wade por igual, con cuidado acerca su rostro al del menor en busca de sus labios pero recapacita.

- No...siento que te estoy obligando a ti.-

-Obligarme?- susurra. -He querido besarte de nuevo desde que me fui.-

Wade cierra con fuerza sus ojos y abruptamente, choca sus labios contra los ajenos, temeroso de lo que llegase a sentir en ese instante.

Peter lo tomó de las mejillas, acercándolo más a el, haciendo el beso algo más intenso y lleno de sentimientos de ambos.

Ambos al sentir que les faltaba el aire, se separaron mirándose el uno al otro, a lo que el mayor sólo se dedicó a decir una sola palabra.

- Wow.-

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