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Se hallaba frente a ella.

Aunque sin que su presencia este junto a él, sabía que lo escuchaba cada vez que iba, porque el era consciente de lo que su madre hubiese contestado.

Tocó la estructura de piedra y sobo su nariz.

- Mamá.- soltó en un susurro. - Últimamente siento que te necesito aún más que antes. He conocido a un joven, una persona fuerte, dulce y algo insistente. - ríe por lo último. - Trabaja en mi café y sabes madre? Me hace recordar a ti, ama tanto el café como el lugar donde trabaja, como tú lo hacías. Soy un idiota mamá, cada persona que se acerca a mí, sale herida. ¿Y si alguna vez vuelvo a abrir mi corazón y dejo que una persona entre, volverá a salir lastimada?.- soltó un sollozo. - Cada mañana me acompañaba al igual que yo a él, hasta el día que me equivoqué y hablé demás.-

Wade no era una persona mala, solo que ninguna de las personas que se hallaba junto a él no era más que por el interés a su dinero y su belleza, más por lo primero. Tampoco entendían el por qué de su mal humor y demás pero, ese castaño comprendía demasiado su situación día a día y aún así no se alejaba de él como otros lo hacían.

- Él se me ha tirado muchas veces encima mamá, con solo palabras entendí que él sentía algo por mí. Me asusté y huí pero, él siguió ahí. No me abandonó y ahora lo perdí.- solto un sollozo junto a una sonrisa recordando al menor. -  He ido a la terapia como de costumbre, hace que vea las cosas como son pero he intentado abrirme a él, también pensé que sería muy rápido hablarte de él pero, después de un año o más aquí estoy, comentandote sobre Peter Parker y sus locuras.-

Dejó la flor sobre la lápida con una sonrisa, pensando en lo que su querida madre hubiese contestado con algún que otro regaño.

- Prometo que lo intentaré.- suspiró y dio un último vistazo a ésta. - Te amo, mamá.-

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