belle vue

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Wade se paró frente al gran barandal que los separaba de la entrada. Su mirada se desvió hacia el menor, que no entendía por qué se hallaban en aquel lugar.

- Peter, ya entenderás.-

-Confío en ti, Wade.- toma su mano, sujetándola con fuerza y besando su mejilla en forma de apoyo.

Con coraje, ambos fueron en dirección donde Wade guiaba. Era evidente que el mayor conocía a la perfección ese lugar desde hacía unos diez años.

Una lápida junto a una mujer yacía frente a ambos, por lo que mayor suspiró pesadamente y el contrario, apretó su mano, algo nervioso.

- Perdón Peter, por si esto parece extraño y el traerte aquí.-

Toma una bocada de aire y siguió.

- Hola mamá, te he extrañado.- comenzó mirando la lápida. - Te traje la sorpresa que te prometí. Él es Peter Parker, el muchacho del cuál hace meses te conté.-

Su mano cayó sobre la dura piedra, acariciando con tristeza.

-Hola señora Wilson, soy Peter. se sentó al lado de la lápida  la acarició. -Estoy seguro de que estaría completamente orgullosa de su hijo, es un gran hombre.- suspira y sonríe. -Le prometo cuidarlo por el resto de nuestra amistad.- dejó un beso en la letra "W" del nombre de la mujer y se levantó, sacudiendo su pantalón.

Wade sonrió y esperó a que el menor se levantara, para así despedir a su madre.

- Aunque tú no estes junto a mí, sé que tu me oyes. A mí y a cada uno de mis problemas, y gracias a ti puedo solucionarlos, mamá. Te extraño.-

Susurró dejando caer en vano, una pequeña lágrima por su mejilla. Desde el rabillo de su ojo, observó a Peter que miraba atentamente la situación, algo intrigado por las palabras.

- Y sabes qué, madre? Sé que él lo es.-

-Wade...- se acercó y secó la lagrima con cuidado. -Puedo irme si necesitas tiempo a solas...- susurra.

- No Peter, ya vámonos.-

Murmuró tomando de su mano, algo nervioso.

- Conocerás Francia a la perfección.-

Habló dándole una mirada feliz al menor.

-Si tú me darás el tour, no lo dudo.- le sonríe de vuelta. -Vamos.-