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El rubio ya en el asiento observaba detenidamente y en paz la nieve en medio del parque o los grandes árboles bañados en esta.

Sonrió con la bella vista.

A lo lejos escuchó unos pasos sacando su atención del paisaje.

El castaño caminaba junto a sus audífonos hacia él por lo que decidió desviar su mirada.

Se sentó a su lado y tocó su hombro levemente. Al tener su mirada en su cuerpo, le estiró un billete de 20 dólares sonriendo.

-Es mi pago para la tintorería, realmente lamento lo de su camisa.-

El rubio negó.

- Niño, me hallaba tranquilo.-

-Oh si, l-lo siento.-

Toma su mano y le pone el billete enrollado.

-De nuevo, mis disculpas.-

Y salió corriendo.

Nuevamente negó, guardó el billete en su bolsillo y siguió con su vista al parque.

Como siempre, pero con más alteraciones que nunca.

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