Capítulo 10: Respiro tu nombre.

101 11 1
                                    

Respiro tu nombre.

-¿Tú invitaste a Falon?

-Claro -se encogió de hombros con mirada casual.

Tomé aire, intentando no perder el control.

-¿Y por qué no me avisaste que lo harías? Merecía saberlo, ¡cuando anoche estuvimos a punto de hacerlo!

Estaba algo alterado, muy alterado. Pero él tenía la culpa de eso.

-Ella es mi novia, Charlie -exclamó, la ira brotando en sus ojos color chocolate. -Puedo invitarla a donde quiera cuando quiera, ¡ventajas de tener una relación, algo que tú nunca conocerás!

Di un paso para atrás con los ojos abiertos y una mano en mi pecho, atónito por sus palabras.

Él no parecía estar arrepentido, más bien parecía orgulloso de haberlo dicho, como si ahora estuviera disfrutando de una satisfactoria venganza secreta por algo que yo no estaba entendiendo. Ya no recordaba en qué momento nuestra charla empezó a tomar una dirección... violenta.

-Entonces explícame en qué contexto queda lo nuestro -grité a punto de estallar-, porque necesito saberlo.

-En ninguno -respondió. -Sólo olvídate de que todo esto pasó y ve a cogerte a quien te dé la gana, como siempre haces.

Fruncí el ceño, molesto por su acusación. No entendía de dónde sacaba eso, porque yo hacía tanto tiempo que no disfrutaba teniendo sexo. Pero más allá de eso, me impactó lo que dijo: "sólo olvídate de que todo esto pasó". Claro que no quería olvidarlo.

Yo sólo quería no, ansiaba repetirlo. Era lo único que me mantenía en mi sistema, era mi nuevo salvavidas, a lo que me aferraba para poder continuar.

-¿A qué te refieres?

-A que no puedes estar ni una noche sin meterla -se acercó a mí con el rostro ensombrecido. -A eso me refiero. Lila.

Quedé pasmado.

Diablos. Maldita Lila. Ella había saboteado nuestro momento, me había prometido que no lo haría. ¿Por qué lo hizo?

Las palabras no salían de mi boca.

-Pue-puedo explicarlo -tartamudeé sintiendo mi garganta seca.

Él sonrió con ironía.

-Ese es el tema, no necesitas explicármelo.

-Sí -lo tomé de los costados de su cara, él miró a todos lados, menos a mí. Su ignorancia dolía. Yo tenía la culpa, yo había hecho mal las cosas, yo era un inepto-, sí lo necesitas. Debo hacerlo. No es lo que tú crees. Ella miente. Phillips no es lo que parece.

-Yo mismo escuché su charla esta mañana -informó mirándome a los ojos, quemándome con su mirada-. Basta, Char.

Tomó aire intentando calmarse y me miro a los ojos, ahora con pena, como siempre lo hizo.

El dolor en mi interior se profundizaba y todo en lo que podía pensar era en lo bien que se sentía tenerlo cerca, en lo mucho que lo amaba, y en cómo él me detestaba. Porque su mirada lo decía todo y él empezaba a odiarme, él me odiaba cada vez más, como cada chica con la que había estado me terminaba odiando y como yo me odiaba.

-Sólo somos amigos.

-Pero yo te amo, Phillips, ¡entiéndelo! No es ningún juego. Esto es lo más real que sentí alguna vez.

Mi respiración entrecortada por la agitación. Él debía entender que nadie, ni siquiera Falon, iba a lograr amarlo tanto como yo.

-Entenderé si no quieres estar conmigo, sólo quiero aclarar las cosas. ¿Qué es lo que tú quieres? ¿Qué esperabas anoche cuando me diste el pase?

Amor súbitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora