Lujuria

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Pensé que el sexo sólo era para determinadas personas.

Pensé que era para los flacos, y para la gente linda.

Pensé que era para los borrachos que tienen un amor fugaz diferente todos los fines de semana.

Pensé que era para las parejas que llevan 3 semanas y sus sentimientos son falsos.

Jamás me imaginaría que mi círculo cercano, de chicas no tan perfectas, de chicas con estrías y celulitis, chicas sobrias y enamoradizas, se me acercara para pedirme un condón.

Supuse que era un tema de la edad, de entregarse a cualquier costa sin pensarlo, y algo que me parecía tan valioso pasó a ser un reto, una bomba de tiempo, hasta algo inexistente y sin valor.

Y un día, viendo una película, comencé caricias que no había dado nunca y besos que provocaban algo más que "mariposas".

Entre besos furtivos, por primera vez me acerqué en demasía a una persona de mi sexo contrario, y ¡Puf! Qué avalancha de emociones.

Comenzó siendo un vaivén lento, por encima de la ropa, sin mucha experiencia pero con mucho deseo.

Yo realmente pensaba que cada vez que pasaba eso, finalmente iba a poder pedirle a mis amigas un condón.

Y recibí mucho más amor del esperado. Recibí besos por todas partes, recibí desobligaciones y más placer del que esperaba.

Sí, yo, con mis kilos de más, y mis millones de defectos físicos, me veía cada dos semanas desnuda bajo alguien más, casi sin vergüenza.

Y fue un proceso escalonado.
Su remera, mi remera, mi corpiño, jugueteo en esta parte, jugueteo en aquella otra. Una sucesión de juegos que a nuestra vista serían inocentemente pervertidos.

Y por primera vez no pensé que estuviera mal. Y no me sentí obligada a tener sexo real, así que nunca lo tuve.

Y esa fue la mejor parte, poder divertirme y disfrutar, ¡Con límites! Y sin obligaciones.

No es que el sexo está clasificado para algunas personas, era el miedo a mi cuerpo y a lo que él pudiera decir.

Pero no dijo nada, sólo me tocó, y me miró, y no hizo falta nada más.

No era que el sexo está clasificado, es que era el único sexo que conocía; y poco a poco descubrí un mundo de sensaciones tan distintas a las que sabía.

Y aprendimos juntos a estar cerca de otra manera.

No es el sexo, es la persona, y de qué manera te desea; físicamente o algo más.

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