autobiografía

4 0 0
                                    

Está claro que esto no es digno de mostrarse, ya que, siempre que escribo, lo hago en anónimo. Supone un reto para mí, en una autobiografía, relatarme de manera invisible.

Siempre estoy intentando ayudar, y los problemas no me gustan para nada. Siempre corriendo, de un lugar para el otro, se dirige mi vida.

Mis pensamientos están en constante cambio, y mi cerebro es una caja de tareas, historias, cosas sin sentido que nadie lee.

Me gusta escribir para mí, esas cosas que nadie quiere, las cosas que poco importan, las cosas que en el corazón se quedan.

De noche cierro los ojos, y sueño despierta. Sueño vidas, superhéroes, fantasías, esas que nadie dice, esas absurdas y de película, que mantenés para vos. Así es como sobrevivo a este mundo donde los sueños se terminan al despertar.

Me gusta ser un testigo de mí misma. Relatarme en otra persona, ya que, ¿Quién no quiere ser la gente perfecta de la propaganda de los perfumes, de curvas perfectas y abdomen plano?

Sí, me descubriste. Mi cuerpo es un desastre. Mi pelo, demasiado corto para muchos, tiene vida propia. Mis ojos brillan casi siempre, aunque estén inexpresivos. Una nariz poco peculiar, pómulos para nada sobresalientes y mejillas exageradamente grandes. Una boca completamente normal, pero abierta y babeante para los libros, y para, algún día, una facultad de medicina.

Libreta en mano, siempre. Lo único que se quedó conmigo para siempre.

Mi letra no es la mejor, y mi gusto musical es exageradamente variado. De vez en cuando confundo las palabras y termino diciendo "caro pardíaco". Y por supuesto, sólo me expreso a través de la prosa.

La más chillona y la charlatana del salón, y sólo tal vez, la que más tiene los pies en la tierra, la que es seria cuando quiere o se requiere, la que va al frente si es necesario. 

Voy a todos lados con una sonrisa, y solucionando los problemas rápido y eficientemente.

La mirada de los demás me duele, pero nadie se va a enterar jámas. 

La amante de los zombies y los apocalipsis, obsesionada con el fútbol, la capitana de mi equipo.

Sobrevivo como puedo, siendo feliz a mi manera.

Bueno, ya no tanto.

(abril de 2017)

Textos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora