«nueve»

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Cuándo su despertador suena el lunes por la mañana, Isabella gruñe, ya que no quiere ir a la escuela, mejor dicho, no quiere ir porque allí verá a Josh. La salida al cine fue lo más incómodo del mundo, no se sentía segura de sí misma estando con él. No entiende como Josh cambió tanto su forma de ser, es decir, cuando hablaban en la clase todo era diferente. Esta vez, Emiliano estaba con ellos, pero el castaño no dijo nada inapropiado para hacerlo sentir mal, no que ella se diera cuenta. Con tan solo recordarlo la decepción inunda sus adentros.

—Que no sea tan malo, por favor.—suplica mientras se levanta de la cama.

Hace su rutina de la mañana antes de bajar al comedor en dónde solo toma una manzana del frutero.

—Buenos días.—Haise saluda al entrar a la cocina.

—Buenos días. —ella regresa el saludo.

—¿Solo eso comerás? —la pelinegra pregunta, viendo la fruta en su mano.

—Si, no tengo mucha hambre. —se encoge de hombros.

—Siempre soy yo el que te tiene que andar apresurando porque es tarde. —Emiliano dice, bajando las escaleras.

—Ha ha ha. —la pelirroja hace una mueca. —y hablando de estar tarde. —vuelve a ver su teléfono. —ya vamos tarde.—

Emiliano corre a la cocina para despedirse de Haise y toma una manzana, una naranja y una banana del frutero y su madre solo niega porque es idéntico a su padre.

El camino a la escuela es silencioso, Emiliano le da un audífono para que escuchen música mientras llegan. Una hermosa melodía de piano suena y Isabella sonríe. Cuando llegan al instituto, Walter los deja en la entrada principal como todas las mañanas.

—¡Isabella! —la voz de Josh es escuchada por todo el lugar.

Un poco tensa, ella se da la vuelta y le sonríe.

Hola Josh. —lo saluda de beso en la mejilla.

Hola preciosa. —le acaricia la mejilla, dándole una sonrisa de lado.

Buenos días.—Emiliano dice al notar que el ojiverde no lo saludara.

Buenos días. —él dice a secas.

Vamos Bells, que si no llegamos tarde. —Emiliano le hace señas para que empiece a caminar.

No te preocupes, yo la llevo. —Josh toma la mochila de la pelirroja de su hombro.

Emiliano mira la súplica en los ojos de Isabella y decide no decir nada al respecto. Pone una sonrisa en su rostro y se despide de ella de beso en la mejilla. La pelirroja se quiere disculpar, pero él es rápido en retirarse.

Él es muy apegado a ti, ¿no?— Josh comenta cuando el castaño ha doblado la esquina.

Si, somos como hermanos. —vuelve a ver al ojiverde quien tiene una gran sonrisa en sus labios.

—¿Cómo hermanos?—cuestiona curioso.

Si, vivo con él y su familia desde que me mudé de España.—

Caminan para el salón de clases en silencio y es un silencio incómodo. Ella no sabe que decir y sentir la mirada del ojiverde encima de ella no ayuda en nada. Cuando finalmente llegan al salón, después de lo que parece horas, ella se despide de él y entra a la clase. Nunca ha prestado atención a sus compañeros de clase, pero esta vez es imposible no hacerlo. Ellos la vuelven a ver, susurrando cosas de las que no está segura si quiere saber.

* * * * *

Tres semanas después...

Isabella sonríe al ver que Josh la está esperando a la entrada del instituto como todas las mañanas, aunque su corazón se hunde cuando el castaño sale del auto con un simple "nos vemos más tarde".

Durante estas tres semanas las cosas han cambiado, ella y Josh se han acercado más, lo que es lo opuesto a lo que ha pasado con ella y Emiliano. Todo ha pasado tan rápido que ella no sabe cómo detener este tren descarrilándose.

Bonita. —Josh la toma de las mejillas, acercando sus labios a los de ella.

Un poco ruborizada, ella trata de bajar el rostro, pero el ojiverde no la deja.

No me digas esas cosas. —ella sonríe débilmente.

—¿Por qué no? Si eres la chica más hermosa del instituto. —rosa su nariz contra la suya.

Ay si, como no. —ella voltea la cara para que no se le ocurra besarla.

Durante estas tres semanas, Josh no le ha dejado de darle señales que le gusta. Ella usualmente cambia de tema, ya sea haciendo una broma o hablando de lo que harán juntos más tarde.

Sabes que me gustas. —él susurra contra su mejilla. —esa hermosa sonrisa. —delinea sus labios. —esos hermosos ojos y esas mejillas pecosas que se sonrojan cada vez que te lo digo. —dibuja un corazón en su piel.

Isabella lo vuelve a ver con una sonrisa burlona.

Eso se lo has de decir a todas. —trata de hacer una broma, como siempre.

No. —niega con la cabeza, bajando uno de sus brazos a su cintura y colocándolo alrededor de su torso. —¿yo te gusto también? —pregunta con carita de seductor.

Bella traga saliva, tratando de no ponerse nerviosa. Sabe que Josh no le gusta tanto como Emiliano, pero si le gusta. Sabe que las cosas con Emiliano no irán a ningún lado porque el solo la ve como su hermana menor a la que tiene que proteger. No se le hace justo que tenga que estar esperando por algo que no sucederá mientras el mundo sigue a su alrededor y chicos como Josh se fijan en ella.

Si. —susurra tan suave que si él no hubiera estado prestando atención no la hubiera escuchado.

Con una gran sonrisa en el rostro Josh se acerca más a ella hasta que sus respiraciones se mesclan y sus suaves labios están encima de los de ella. El beso la toma por sorpresa, sacándola de órbita por unos segundos. Cuando su cuerpo reacciona, ella mueve sus labios contra los de él. Este es su primer beso, y no siente nada de lo que ha leído en libros, o ha escuchado en películas... no siente las mariposas en su estómago, ni debilidad en las rodillas, ni la sensación de quedarse sin aliento. Cuando Josh se separa de ella los ojitos le brillan y la sonrisa no le cabe en el rostro. Bella es rápida en imitar su expresión.

—¿Eso quiere decir que aceptas ser mi novia? —

Eso nunca me lo preguntaste... —

Mi hermosa Isa... —y allí esta ese apodo otra vez, esa simple palabra que la llena de recuerdos dolorosos. —¿quieres ser mi novia? —

Si. —susurra otra vez, tragándose el nudo en su garganta.

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