«veintiuno»

1.1K 157 53
                                    

7 meses después...

Bella ha estado pensando en esto por semanas. Es decir, la mayoría de las parejas hacen eso, y aun las personas que no son parejas lo hacen. Mira al castaño al lado en su cama y sonríe, está segura de lo que quiere. Está segura de hacerlo con él, con la persona quien la conoce mas que nadie, con su mejor amigo, su alma gemela, la mejor parte de ella. De un movimiento se sube encima de él, sentándose en su pecho. Emiliano la mira con los ojos abiertos como platos y una sonrisa nerviosa.

—¿Qué pasó? —pregunta nervioso.

—Hmm... —Bella se inclina y besa sus labios suavemente.

Emiliano le sigue el beso, tratando de no tocarla mas de lo debido. Isabella nota eso y gruñe contra sus labios. Toma una de las manos del castaño y la coloca en su cadera, cerca de su espalda baja. Él detiene el beso, mirándola con los ojitos cristalizados y muy abiertos.

—Si estoy segura. —la pelirroja dice antes de que el castaño tenga la oportunidad de cuestionar algo.

—Hm... —se muerde el labio nerviosamente. —okay... pero... —mira a su mochila nerviosamente. —hm... tengo que... —señala la mochila con las mejillas sonrojadas y Bella entiende lo que quiere decir.

Ella se acomoda a su lado, dejando que el castaño se baje de la cama y camine a su mochila. Con manos temblorosas abre el zíper y saca su cartera. Se muerde el labio inferior varias veces antes de sacar un cuadrito plateado de esta. Se sonroja aun mas al darse cuenta que Christopher dibujó una carita de guiño en el paquete.

—¿Estás bien? —ella pregunta preocupada al ver que no se ha movido de su lugar.

—Hm... si... este... —camina de regreso a la cama. —papá ha de haber pensado que esto sería gracioso. —le muestra el paquetito, haciéndola reír.

—Lo es. —toma el paquetito de su mano, examinándolo.

—Desde que nos hicimos novios nunca me deja salir de la casa sin uno y es vergonzoso. —cubre su rostro con su palma.

Bella se acerca mas a dónde él esta, poniendo sus brazos en sus hombros. Pone sus labios sobre los suyos, probándolos de nuevo. Emiliano pone sus manos sobre sus caderas, acercándola mas a él. Siente como su sexo hace contacto con el suyo propio e inmediatamente siente como su erección se va formando. Está avergonzado, pero a la misma vez quiere liberarse y esas ganas aumentan mas cuando su novia se rosa contra él. Emiliano deja salir un gruñido contra el beso, mandando una electricidad por todo el cuerpo de la pelirroja. Sus manos se enredan en su cabello, acariciando y jalando delicadamente.

—Oh dios... —él susurra, rompiendo el beso.

Bella aprovecha esa distracción para llevar sus manos al borde de la camisa que su novio trae puesta. De un jalón se deshace de ella, dejando al castaño expuesto de la parte de arriba. La ojiverde lame su labio inferior mientras su mirada recorre el cuerpo de su novio. No tiene todo los cuadritos marcados y sus brazos no son todos músculos, pero tiene un buen cuerpo. Sus dedos trazan de abajo hacia arriba, sacando una sonrisa nerviosa de los labios del castaño.

—¿Tienes cosquillas? —lo mira con una ceja arqueada.

—No. —Emiliano miente, sabe que si le dice que si nunca dejará de hacerle cosquillas, es una mentirita piadosa.

—Sabes que te amo... pero eres el peor mentiroso que he conocido. —le hace cosquillas, haciéndolo retorcerse de la risa.

—Ya... ya... —dice entre risas, tratando de sacársela de encima.

Al notar que su novia no lo soltara nunca, acude a un método que sabe que no va a fallar. Toma las caderas de su novia, dando unos pasos hacia atrás hasta que los dos caen de espaldas a su cama. Estando él encima de ella, la besa lentamente, saboreando el brillo de fresa que tenia puesto. Las manos de Emiliano van a su camisa, deshaciéndose de ella de un movimiento rápido. Su sonrisa se amplia al ver que ella trae un sostén con corazones estampados en el.

—¿Tenías esto planeado? —la cuestiona con la ceja arqueada, haciendo una mueca chistosa.

—No me molestes. —Bella frunce su nariz, dándole un manotazo.

Con manos temblorosas baja sus manos al botón de sus jeans, deshace el botón sin quitar la mirada de esos ojos cafés que ama tanto. Emiliano le da una sonrisa y eso basta para que todos sus nervios desaparezcan. Se muerde los labios al notar la erección de sus novio en sus jeans y sonríe pícaramente al sentir sus manos viajar por su espalda en búsqueda del broche de su sostén. Un intenso escalofrío se esparce por toda su espalda al sentir como el sostén se afloja y lo siguiente que ve es a su novio tirando su sostén por un lado.

—Te amo. —Emiliano susurra, acariciando su mejilla cariñosamente.

—Yo también te amo. —responde con la voz quebrada y los ojos cristalizados.

Dándole una sonrisa, Emiliano se deshace del resto de su ropa, dejándola desnuda enfrente de él. La pelirroja rompe el paquetito del preservativo, poniéndoselo con manos temblorosas. Inmediatamente Emiliano se coloca encima de ella, entre sus piernas.

—Me avisarás si no te gusta ¿verdad? —él pregunta preocupado. —esto se tiene que sentir bien para los dos y si a ti te incomoda en alguna manera solo dime y pararemos de inmediato. —le da una sonrisa tierna.

—Lo sé. —ella sonríe con las mejillas sonrojada, abriendo mas las piernas.

Emiliano acaricia su mejilla mientras entre en ella con mucho cuidado de no lastimarla. El calor apretado alrededor de su erección es placentero y adictivo, pero recuerda que tiene que asegurarse que su novia este bien. La vuelve a ver y ella le esta sonriendo.

—¿Estás bien? —cuestiona sin moverse, quiere que se acostumbre antes de hacer algo más.

—Si. —muerde su labio inferior. —god. —deja salir una bocanada de aire. —hm... muévete. —mueve sus caderas contra él.

Emiliano mueve sus caderas contra ella con cuidado, no queriendo lastimarla. El ritmo agarra velocidad al sentir que ella esta disfrutando de esto tanto como él. Bella toma sus labios en los de ella, acariciando cada centímetro de su espalda.

—Oh por dios. —ella susurra contra sus labios al sentir como él golpea su punto rico por primera vez y los sigue golpeando con cada embestida.

El calor apretado de sus paredes vaginales hacen que el orgasmo del castaño se forme en su abdomen y con unas embestidas más Emiliano se corre en el condón, cayendo deshuesado encima de ella mientras que ella también llega al clímax.

Emiliano se acomoda en las almohadas, atrayendo a la pelirroja contra su pecho. Ella entierra su rostro en el hueco de su hombro, inhalando su olor. Emiliano envuelve sus brazos alrededor de su cuerpo, dejando un besito en su frente. Él le susurra cosas dulces al oído mientras ella se queda dormida en sus brazos.

FLICKER ||THE PLAYBOY SAGA #2||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora