Unsweet ミ satzu (1)

el epílogo (mi despertar)

Kim Dahyun era una enfermera con poco tiempo de experiencia cuando su camino se juntó con el de Sana, ella había sido elegida para cuidar personalmente a la hermosa muchacha quemada, la hija de un difunto empresario, bastante importante, que por poco muere en un incendio. Pero milagrosamente fue rescatada a tiempo.

Minatozaki Sana era la chica más hermosa que Dahyun había visto, muchas veces se quedaba sentada al lado de la bella durmiente, se ponía a hablar sobre su vida, esperando tal vez que Sana la escuchara y no se sintiera tan sola. Por lo general, las personas escuchan cuando están en coma.

La coreana ya conocía mucho de la vida de Sana, todo gracias a las personas que venían a visitarla. Ya habían pasado dos años, las heridas de Sana habían sanado, algunas de las quemaduras permanecerían allí por siempre, pero la mayoría ya se habían desvanecido.

—Vamos, Sana. ¿Cuánto más? —murmuró Dahyun mientras hacía los chequeos rutinarios a la japonesa.

—Knock knock. —dijo alguien entrando a la habitación.

—JinSoul, qué bueno verte.

Ambas se abrazaron, a este punto y luego de dos años conociéndose, ambas se habían convertido en amigas. JinSoul visitaba con frecuencia a Sana, pero no tanto como Tzuyu, a quien le contaron que era un ex amor de la bella durmiente. Tzuyu se había mudado a Tokio tras el accidente de Sana y vivía en el departamento de la chica, esperando sin descansar el despertar de Sana. Una vez Dahyun logró entablar una conversación más personal y profunda con la taiwanesa.

La historia de ellas dos era complicada. Muy intensa y llena de dolor. Habían momentos muy dulces, como también otros amargos.

Dahyun lo calificó como una relación no tóxica, pero si agridulce.

—Momo me propuso matrimonio. —soltó JinSoul de la nada, sorprendiendo de la enfermera.

—No inventes, ¿en serio? ¡Qué buenas noticias! —Dahyun sonrió genuinamente, pero se detuvo cuando vio que las energías de JinSoul eran diferentes.—¿Sucede algo? —la rubia tomó asiento—¿No estás feliz? ¿No te sientes preparada?

La chica negó sonriendo tristemente.

—Todo lo contrario, estoy tan feliz, Dahyun.

—¿Cuál es el problema entonces, unnie?

—Solo me siento impotente. Mírala, —señaló con un dedo hacia Sana—ella merece estar viviendo su vida. Somos amigas, Sana se estaba convirtiendo en alguien vital para mí. Ahora estoy por casarme con su hermana, una de las personas que la dañó. Me siento culpable...

Dahyun meditó por unos segundos, pero antes de poder decir algo, JinSoul se puso de pie.

—Debo irme, tengo mucho en que pensar.—se despidió la mayor, saliendo por la puerta.

Comenzó a hacerse una cola de caballo, tomando todo su cabello rubio en una mano, se dio vuelta para mirar a Sana. Puso las manos en su cadera, cansada.

Volvió a pensar en la vida de Minatozaki Sana. Tenía una familia egoísta, hermanas que la habían traicionado, un padre muerto, una madre que ni siquiera se dignó a visitarla, había una hermosa chica a quien dejó esperando enamorada.

Una vez que Sana despertara, le costaría demasiado volver a reintegrarse. Había perdido su trabajo, obviamente, y no tenía un hogar estable, su departamento ahora le pertenecía a Tzuyu. Dahyun no creía que Sana despertaría e inmediatamente arreglaría todo con su ex amor, las cosas no eran así de sencillas. La japonesa estaba en este estado no solo por su salud física, si no porque su depresión la había derrotado, en uno de los exámenes la muchacha apareció con muy poco de litio y, según lo contado por JinSoul, la chica sufría de, sin duda, algún trastorno mental. Depresión, era lo más probable.

Sana aun no despertaba porque no quería, no todavía, su mente no estaba lista.

Su alma quería seguir descansando...

—Pero que tragedia agridulce eres, Sana. No te preocupes, cuando quieras despertar, me quedaré a tu lado, lo prometo.

Dahyun salió de la habitación, cerrando la puerta detrás de ella y se fue con su doctor, para seguir atendiendo a otros. Para cuando regresó en la tarde por otro chequeo, gritó al ver que Minatozaki Sana, había despertado finalmente.

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