IX: Libertad Ilusoria

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<< ¿Shogun? ¿Hizuru? ¿Azumabito? >>

Las demás cartas hablaban cosas similares, del deseo de aquella mujer por conocerme, de que era la única descendiente viva del gran Shogun, de el verdadero significado sobre aquel extraño tatuaje en la terminación de mi brazo, de como era la economía de un país que jamas había escuchado. 

¿Y lo peor de todo? Es que no entendía nada, provocando ya no solo irritación sino además un fuerte dolor en mi cabeza, ya que intentaba rememorar algún recuerdo que me diera una explicación, que me guiara, pero no...Solo me provocaba este dolor inminente. 

Me sentía sofocada, mi cuerpo exigía por un poco de aire fresco ya que pareciera que en esta habitación no había ni una gota de aire.

- Ya pronto llegará el amanecer... Es hora de que vuelvas a casa, Mikasa- Armin se acercó a mi, quien minutos atrás estaba alejado, observando cada una de mis acciones- Venga, levántate- Me tomó por el hombro y me acompaño a la puerta, pero sin antes no tomar nuestras capas.

Cuando salimos tome un gran bocanada de aire. Ya fuera sentí como desaparecía esa sensación de ahogo y dificultad para respirar. 

-Señor...- Louise se acercó a nosotros, seguramente ella me acompañaría a casa- ¿Es hora de que se retire la señorita no? Permitame que la acompañe

-No es necesario Louise- Ambas nos sorprendimos por aquello- Esta vez yo me haré cargo, ve a descansar

Creí que se opondría a tan descabellada idea ¿Como iba a salir al exterior cuando lo estaban buscando a diestra y siniestra?- Claro señor- Pero fue todo lo contrario, Louise solo hizo una pequeña reverencia, para luego retirarse del lugar.

Luego de aquello, Armin me indico que me pusiera mi capa, para posteriormente hacerlo el. Una vez listos para salir al exterior, nos encaminamos hacia las escaleras, que ya era tan conocida para mi. Para mi sorpresa, esta vez ninguno de los guardias hizo alguna morisqueta por mi presencia, parecían todos unos señores por la presencia de Armin ¿Acaso el era como su líder? ¿Que demonios?

-¿Por que haces esa cara?- Una vez que salimos, Armin no pudo evitar preguntarme aquello con una sonrisa en su rostro.... seguramente sabia como iba la mano.

-Nada- Mire hacia otro lado, en verdad me molestaba que todos me trataran mal y que a el como si se tratase de un rey.

Armin simplemente rió por lo bajo, luego miro al cielo- Hacia tanto que no disfrutaba del paisaje con una agradable compañía

- ¿Hace cuanto que no sales a la superficie?

-Hace unas horas...- Lo mire desorbitada- ¿Que?

-Tus respuestas no tienen coherencia ¿Te das cuenta?- El volvió a reírse- ¡Es verdad!

- Pero no es lo mismo... Hace unas horas me encontré con alguien...- ¿Alguien? ¿Con quien podía encontrarse exactamente? Siendo que el era buscado. Pero de igual manera tampoco ansiaba saberlo, debíamos tener una distancia, era necesaria en cualquier amistad.

Seguimos caminando en silencio, disfrutando de la presencia del otro... En aquel momento en mi mente formule tantas interrogantes que deseaba que me contestara pero temía que me respondiera a medias, como siempre o que se hiciera el desentendido.

Un día de suerte en febreroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora