BROOKLYN.

Capítulo 21.

KYLE.

Veo a su amigo sentado en la sala de espera y me acerco a él lo más rápido que mis pies me permiten.

— ¿Cómo está? —le pregunto.

Levanta la cabeza y me mira frunciendo el ceño. Sé que debe estar preguntándose qué hago aquí, pero realmente no es de su incumbencia.

—Lo entraron a operaciones —contesta.

— ¿Te dijeron algo más? —muerdo mi mejilla escondiendo mis nervios.

—No, nada —niega—, ¿qué haces aquí?

Ruedo los ojos.

—No te interesa —mascullo. Me siento en los incomodos asientos de plásticos, justo frente a él.

— ¿A qué te referías a que no sabía nada sobre ustedes? —se inclina, apoyando los codos en sus piernas.

—A eso mismo —ladeo la cabeza, incomodo—, no sabes nada así que mantén tu boca cerrada.

Suspira dándose por vencido y saca su teléfono.

—He intentado llamar a Alisson, pero no me contesta —habla—, espero que vea el mensaje que le dejé.

—No le va a importar —arrugo los labios negando con mi cabeza.

— ¿Cómo no le va a importar? —Dice, achicando los ojos—. Es su hermana, estúpido.

Juro que, si sigue hablándome así se ganará un puñetazo.

—Te dije, no sabes nada —tiro mi cabeza hacia atrás blanqueando los ojos—. Jonas ya no vive con ella.

— ¿Qué? —no hay nada más que confusión en sus palabras.

Me alegra saber que Jonas siguió mis peticiones y no le conto a nadie acerca de algo relacionado con nosotros.

—No importa que haya sucedido entre ellos —continúa hablando—, Alisson es su familia y con ella viene Seth, que es lo más importante para Jonas.

Es verdad, Seth es lo importante. No respondo nada y solo me quedo mirando pasar a la gente, muevo mi pie tratando de aliviar mi ansiedad, pero solo me hace ponerme más nervioso.

Solo puedo pensar en cuanto la he cagado, para mí y para él. Le permití entrar a mi vida y hacerme daño, lo peor de todo es que él ni siquiera es consciente de eso. He permitido que me dañara queriéndolo. Le di la oportunidad de que me importara y aquí estoy rogándole a un Dios inexistente para que me deje verlo una vez más.

"No correrás con la misma suerte de la otra vez"

¿Por qué tuve que decirle eso? ¿Cuán imbécil soy?

Giro mi cabeza y veo a Alisson y Seth entrar a la sala. Los ojos de ellas están rojos y llenos de preocupación. Que puta cínica. Después que lo trato como una mierda y lo echo de la casa es capaz de venir como si estuviera tan preocupado de él.

— ¿Qué haces tú aquí? —masculla, clavando sus ojos en mí.

—Yo debería preguntarte eso a ti —me levanto—, ¿ahora estás tan preocupada por él?

—Es mi hermano —aclara.

— ¿Ahora lo es? —me burlo pasando mis dedos por mi mentón. Miro a Seth tratando de controlarme y comenzar a gritarle a su mamá como un loco—. También era tu hermano cuando decidiste echarlo de su propia casa —digo entre dientes—, no seas cínica. La única razón porque estarás aquí es porque has traído a Seth.

— ¿Y qué? ¿Me echarás acaso?

— ¿Te olvidas con quién coño estás hablando? —Espeto malicioso, ladeando la cabeza—. No creo que sea necesario recordarlo.

Ella me mira furiosa con la respiración acelerada. Toma la mano de su hijo y se siente al lado de Ethan, quien nos mira sin entender una mierda lo que está pasando.

(....)

"Las lesiones en su cabeza son severas por lo que hemos tenido que inducirle un estado de coma."

Las palabras del doctor se repiten una y otra vez en mi cabeza como una melodía tormentosa. Las ganas de gritar y romper algo son tan intensas que tengo que enterrar mis uñas en las palmas de mis manos para intentar calmarme. Un nudo se instala en mi estómago y siento que mi cabeza da vueltas.

No puede ser, no quiero creerlo, me rehúso a creerlo.

─ ¿Puedo pasar a verlo? ─interrumpo la conversación que está teniendo con Alisson.

El doctor me mira y me deja pasar. Mis manos me tiemblan cuando lo veo en la camilla: tiene un vendaje en la cabeza y una mierda en la boca conectada a una máquina. Su rostro está perdido entre todos los moretones que tiene. Me acerco despacio y tomo su mano con delicadeza como si fuera a romperse, tiene agujas metidas en sus venas y solo puedo acariciarle la piel con mucho cuidado.

—Jonas —murmuro, con la voz en un hilo—. Soy un imbécil, soy un completo imbécil. Siento todo lo que dije —tomo un suspiro, mirando como sus pestañas caen sobre sus mejillas—. Joder, me está matando verte así...

Me quedo observándolo por un largo rato, sintiendo más que nunca mis últimas palabras. Le quiero y me duele verlo así. Desearía que sus ojos me miraran de la forma que sea..., con odio o con cariño, me da igual; siempre y cuando me miren.

─Lo siento ─susurro─, lo siento tanto...

Siento que abren la puerta y suelto su mano, enderezando mi espalda. Es Camille y no sé en qué momento llego aquí.

─No tienes que esconder lo que sientes —habla y trago en seco por sus palabras—. Jonas me lo contó todo, me dijo lo que ha pasado entre ustedes.

Vaya, así que si le contó a alguien.

─Él de verdad te quiere y solo vengo a pedirte que cuando despierte hagas lo correcto.

─ ¿A qué te refieres? ─la miro confundido.

─Si lo quieres, demuéstraselo. Si solo quieres divertirte, déjalo en paz. ¿Crees que él se merece que sigas jugando con él?

─No estoy jugando ─arrugo el ceño─, tampoco es de tu incumbencia, es algo entre él y yo.

─ ¡Es mi mejor amigo y está sufriendo por ti! ¡Míralo como esta!

─ ¡Esto no es mi jodida culpa! ─gruño, furioso─. ¡Yo no lo bote da la jodida moto! ¡Fue un accidente!

─Es tu culpa y lo sabes ─gruñe─, por eso estas aquí.

─Estoy aquí porque estoy preocupado por él, niña estúpida. No sabes lo que dices —me paro quedando frente a ella. Se aleja un poco, nerviosa.

─Solo espero que hagas lo correcto y...

─Créeme, lo haré ─la interrumpo y salgo de la habitación.

El amigo de Jonas y Alisson me quedan mirando, fulmino con la mirada al chico porque estoy seguro de que abrió la boca diciendo que yo fui el culpable de esto. Y aunque sé que no he empujado la moto, no puedo evitar sentirme culpable y eso me molesta aún más.