Capítulo 12.

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JONAS.

Hace dos semanas que no veo a Kyle y lo he extrañado lo suficiente como para sentirme estúpido. He tratado de mantener mi mente ocupada ayudando a Seth en sus tareas, pero cuando estoy solo en mi habitación no puedo evitar pensar en él.

Ahora mismo me encuentro sumido en mis pensamientos hace más de media hora. Ya es de noche y mi cabeza no me deja dormir. Sé que no debería estar por él, solo nos enrollamos un poco y nada más y realmente no sé porque me importa tanto. Odio sentir esto por alguien que no da una mierda por mí, le importo menos que una maldita planta y solo me quiere para follar. Desearía haber sido capaz de no involucrar mis sentimientos y haber mantenido la raya de solo sexo, pero lamentablemente es algo que no puedo cambiar de mí.

Decido bajar a buscar un vaso de agua fría, como si eso me ayudará a dejar de pensar en idioteces, escucho la televisión encendido y me asombro al ver a Alisson mirando una serie para niños. Ella frunce el ceño al verme.

─ ¿Qué haces tan tarde? Mañana debes ir a trabajar ─digo sentándome en la punta del sillón donde ella está.

─No puedo dormir, ¿y tú?

—Tampoco, venía a buscar agua.

—Te he notado extraño, ¿estás bien?, sabes que puedes confiar en mí.

Le sonrío agradecido y paso mis dedos por su suave cabello. Las ganas de contarle acerca de Kyle y obtener un punto de vista diferente al mío me tientan. Me gustaría poder sacar todo esto de mi pecho, tal vez desahogarme me servirá para dejar esta tontería atrás y olvidarme de Kyle.

─Estoy bien, no me pasa nada —termino diciendo con un nudo formándose en mi pecho—. Mm... tal vez si hay algo de lo que quiero hablar.

─Te escucho.

Los nervios se instalan en mi estómago y no sé cómo empezar a contarle.

─Yo...—me rasco la nuca—, he estado viendo a una persona —suspiro—. Me gusta mucho, pero me confunde demasiado. Por momentos me hace sentir muy feliz para luego hacerme enojar y sentirme como mierda.

— ¿Cómo se llama la afortunada? Estoy segura de que...

—No es una afortunada —trago en seco, mirándola a los ojos. —Es un chico.

─ ¿Cómo? ─su rostro cambia por completo y se acomoda en la silla como si eso la ayudará a entender lo que estoy diciendo─. ¿Qué quieres decir?

─Quiero decir que he estado saliendo con un chico, su nombre es Kyle.

─No ─ se ríe, pero no es más que un efecto de sus nervios─. ¿Estás bromeando?

Mi cuerpo entero está temblando por dentro y tengo miedo por lo que va a pasar después de esto.

—No, yo...

─ ¿Eres gay? ─me interrumpe, levantándose del sofá. Sus ojos me acusan como si estuviera haciendo algo terrible.

─No es lo que parece ─trato de explicar─, no soy gay porque es el único hombre que me gusta, yo...

─Detente ─vuelve a interrumpir. Se pasa las manos por el pelo para luego llevárselas a la boca. Desearía haber mantenido mi boca cerrada─. No puedo creer esto..., no quiero seguir escuchándote. No sé quién eres.

— ¿Qué? —Me levanto poniéndome frente a ella—. Soy el mismo de siempre, nada ha cambiado.

─ ¡Todo en ti ha cambiado, Jonas! —me grita, dejándome congelado. — ¡¿Cómo puedes...?!─ se frota la frente con ambas manos y se aleja de mí. ─ Joder, ¿cómo es que eres un puto gay? No puedo aceptar esto, no puedo dejar que Seth te vea...

BROOKLYN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora