Embriagador Deseo || Christopher Vélez || ADAPTACIÓN

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Observó todo con el corazón latiendo desbocado, temblando y sin poder creerlo en absoluto. La imagen que estaba frente a sus ojos era cada vez más impactante, mucho más dolorosa con cada segundo que pasaba. Su cuerpo titiritaba y no sabía si era por el sereno de la noche o por la indignación que invadía su sistema ; era imposible, no podía creerlo, sólo no entendía como podían hacer algo así a tan pocos metros de ella, y vaya eran sus amigos.

Ahí, justo frente a ella, nuevamente se proyectaban sus miedos de siempre : el engaño de las personas más cercanas, la manipulación, el interés, pero sobre todo, la traición ; y dolía, dolía en lo más profundo de su corazón, que se iba rompiendo cada vez más... con el que nuevamente jugaban como si no valiera nada. No obstante, ella se recuperaría, como siempre lo hacía , encontraba la manera de recoger los pedazos y unirlos, ocultando sus heridas bajo una sonrisa fingida que nadie parecía notar.

Sentía como las puñaladas se clavaban cada vez más y más profundo, sentía de verdad su dolor, era casi tangible, real y abominable . Ellos estaban burlándose de ella de una forma cruel y despiadada, ella no tenía escapatoria.
Sus amigos, su novio y su mejor amiga, reunidos en el jardín trasero de la casa de su novio, bebiendo y escuchando música; mientras Taisha: su mejor amiga, permanecía sentada en las piernas de Ryan, su ahora ex novio, con los demás actuando tan natural, como si ella no existiera, como si él no fuera su novio y ellos sus amigos.

Enseguida entendió que no pertenecía a ese lugar, nunca lo hizo, y le lastimó profundamente el haberse creído parte de ellos.
Dentro de sí siempre lo supo, las miradas que se dedicaban, la insistencia de Taisha de que ella terminara con Ryan, el interés y la atención constante por parte de él de saber más de su mejor amiga, la hacía dudar, mas nunca quiso aceptarlo y se negó, siempre lo hacía cuando varias personas le habían intentado avisar. Una de ellas era su madre que siempre se lo advirtió, pero ella sólo no quiso creerlo.

Entró en la casa, sin llamar la atención y se dirigió al baño, observó su maquillaje corrido y la nariz roja por el llanto . De inmediato la indignación recorrió su cuerpo y de pronto el dolor que sentía fue reemplazado por la adrenalina.

No se iba a hundir en un mar de lamentaciones ni de autocompasión , no era la primera vez que alguien jugaba con ella, ya estaba acostumbrada y en ese momento no iba a ser diferente. Los enfrentaría con la frente en alto, decidida y con determinación, como lo era ella.

Acomodó su escote y limpió los rastros de su llanto; por suerte siempre cargaba su cosmetiquera, así que se retocó y cuando se vio lista sonrío de medio lado, con toda la valentía, salió del cubículo y se dirigió hacia donde ellos se encontraban.
Al instante sintió como se llenaba de fortaleza y su cuerpo cosquilleaba, nadie se burlaba de ella y mucho menos la vería derrotada.

Sí, la lastimaron, pero jamás lo sabrían, ni ellos ni nadie.

- Espero no interrumpir - sonrió cuando todas las miradas se dirigieron a ella, con gestos de incredulidad, por supuesto no esperaban que ella llegara tan pronto del viaje con sus padres.

-Amor , ¿q - qué haces aquí? - De inmediato enfocó a Ryan quien bajaba de su regazo a una asustada Taisha. Era ridículo - Pensé que llegabas en una semana.

-Sí, se suponía, pero para lástima de todos, el viaje se adelantó un poco, pero no se preocupen que ya me voy - Se acercó a su ex novio con pasos lentos, lo suficientemente cerca, tanto que rozaba sus narices, se humedeció los labios con gesto provocador, atrayendo la atención del chico a estos - Espero que disfrutes tu nueva soltería, Amor.

Y sin decir más se giró en dirección contraria, dejándolos a todos en absoluto silencio y el ambiente cargado de una incomodidad visible , con tan sólo la música de fondo, mientras los demás la miraban con incredulidad.

-Ah, por cierto - Se detuvo y observó a la pelinegra que permanecía retorciendo su manos en su falda con nerviosismo - Es todo tuyo, Taisha. Ya está bien entrenado.

Les dedicó una última sonrisa y salió tambaleando las caderas, sin mirar una sola vez para atrás, escuchando murmullos a sus espaldas que la hacían sentir vigorosa. Sentía esa descarga, ese sentimiento de liberación y era bastante agradable.

Se subió en su auto, sintiéndose satisfecha por lo que había hecho, sin aguardar y verificar si él por lo menos había salido en su búsqueda. Encendió el auto y aceleró , para después colocar música y salir de allí con un nuevo optimismo y un sentimiento de suficiencia que la volvía a llenar.
Así era y siempre sería, no se dejaría pisotear por nadie, nunca; pues tampoco era alguien que necesitara de otra persona. Samantha era una mujer autosuficiente e independiente, carecía de orgullo y no se dejaba vencer por nada ni por nadie.

No quería llegar a su casa, de pronto sentía la necesidad de perderse, de bailar, de gozar , de sentir.

Sabía que tenía varios pretendientes a los que podía acudir, pero no le apetecía un niño riquillo con delirios de malo.Samantha quería un hombre, quería una aventura, quería vivir, pues hacía mucho tiempo que no disfrutaba como era debido, todo por culpa de los estudios y porque a pesar de todo, siempre había sido fiel a Ryan , pero ahora que ya no estaban juntos y que se había dado cuenta de todo, lo que menos quería era lamentarse por su pérdida jodidamente estúpida y sin sentido alguno.

Ella deseaba olvidar con música, quería bailar y bailar, hasta que todo recuerdo de lo sucedido se esfumara. No era de beber, no le gustaba el alcohol, pero le encantaba el sentirse admirada por los demás hombres, mientras movía las caderas, el vaivén coordinado con la melodía, ese era su apéndice .
Sentir el calor de un hombre que la ayudara a pasar ese trago amargo, y sabía muy bien a dónde ir para reanimarse , sin embargo, antes de eso, debía cambiarse pues la ropa que llevaba no era nada afín.

...

~ Hela F. 🦋 ~ 01/13/19 ~ 2:30 AM