Embriagador Deseo || Christopher Vélez || ADAPTACIÓN

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Samantha sintió como su cabeza daba vueltas y el calor aparecía en sus mejillas. No creía lo que había acabado de pasar, simplemente era imposible, pero había pasado, era real y de eso no había duda. Su olor aún se colaba y continuaba aturdida más con una sonrisa de satisfacción que adornaba en su rostro.

Se sintió de pronto entusiasta y con un atrevido plan rondando su cabeza, se alejó de la pared y se encaminó nuevamente hacia la salida antes de que corriera en su búsqueda e hiciera algo que simplemente era impensable en ese lugar.

Sabía que ese fin de semana su padre haría una fiesta en honor a la nueva alianza que tenía con la empresa del señor Williams y esa oportunidad no la desperdiciaría jamás, era su oportunidad para actuar de nuevo.

No iba a eludir lo más, lo deseaba igual que él y era absurdo negarse a algo que tarde o temprano iba a volver a pasar.

En la tarde no paró de evocar sus labios, que estuvieron tan cerca de los suyos, como la había provocado de esa forma tan sensual,tan explícita, pues él sabía que ella también lo deseaba y no se iba a ir con estupideces, los dos sabían el riesgo que corrían. Por un lado, su edad y por otro, sus padres y la prensa, más no iba a negarse de volver a sentir lo que era entregarse a él, la increíble experiencia que le había ofrecido.

Él era todo lo que ella siempre había deseado, el atractivo que poseía era innegable y saber que no era algo aceptable a los ojos de los demás la atraía mucho más de lo que se podría imaginar. Ella estaba dispuesta a todo y sólo quedaba esperar si él también asumiría los riesgos que acarreaba un acercamiento que fuera más de lo cortes o profesional.

Las noches comenzaron a convertirse en un calvario. No lograba conciliar el sueño pues la imagen de Christopher se repetía una y otra vez en su mente, como queriendo grabarse a fuego, como si él estuviera decidido a no abandonar su juicio.
Y cuando por fin lograba adentrarse en el mundo de los sueños, no duraba mucho el descanso pues esos ojos miel y esa sonrisa encantadora la perseguían.

En más de un ocasión despertó en la madrugada bañada en sudor, con el corazón latiendo apresurado y la respiración agitada. Su mente máquinaba imágenes que hacía que el rubor subiera a sus mejillas rápidamente y tuviera que levantarse a media noche para tomar una ducha que le refrescara.

...

Christopher no iba por mejor camino ; las visitas a la residencia Rogers eran casi nulas por esos días, en esos momentos Antonio estaba al pendiente de los preparativos para la reunión que tendrían en unos cuantos días con el señor Williams y en la cual se cerraría un trato importante para luego celebrar en su hogar el objetivo alcanzado, por lo que no contaban con el mismo tiempo de antes para juntarse en su hogar, algunos minutos en su oficina donde discutían uno que otro asunto importante para luego despedirse y no verse transcurridas unas horas o incluso el día completo ; por lo que ver a Samantha comenzaba a ser una tarea imposible y evocar el momento vivido lo hacía delirar por ella, por tenerla cerca, por... Besarla de nuevo, perderse en ella.

Había estado husmeando en la residencia en búsqueda de documentos o algo que le pudiera ser de ayuda, hasta que ella lo encontró y luego comenzó a coquetear, a jugar con él.
La idea de tenerla sólo para él era cada vez más tentadora, no había nada que deseara más en esos momentos y no lograba detener esa irremediable atracción que iba aumentando cada vez más ; era imposible no imaginar sus tentadores labios cerca a los suyos, su aroma impregnando el ambiente o incluso sus inteligentes comentarios.