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Al entrar a la residencial  bajó el volumen de la música y subió las ventanillas antes de estacionar su convertible rojo en la entrada, salió de él con la intención de cambiarse lo más rápido posible y sin dejar sospecha alguna. Abrió el portón de entrada con el objetivo de ir directo a su habitación, intentando de no hacer ruido, pero el timbre insistente de su celular la hizo tropezar, dejándolo caer en el mármol y generando un estruendo.
Maldijo por lo bajo y se inclinó para recoger el aparato  que seguramente se había dañado.

- ¿Samantha? - Apretó la mandíbula antes de observar a su madre con una sonrisa tensa

- Hola, Mamá - Su madre la observó , sosteniendo una taza que humeaba entre sus manos  sin perder el detalle de cómo estaba vestida su hija.

-Creí que te ibas a quedar en casa de Taisha - Esa era una pequeña mentira que les había dicho para poder verse con Ryan. Su plan era una visita sorpresa a su novio y luego avisar a su amiga si por algún motivo sus padres llamaban, algo que de todos modos era poco probable, pues no era que les importara mucho.

-No, vamos a ir a celebrar ... ya sabes, por el viaje.

-Ya veo.¿Entonces saldrás ahora? - Samantha asintió nerviosa bajo la mirada atenta de su madre  - Está bien, cuídate... por cierto, Hija , mañana tenemos un evento, así que espero que llegues temprano.

-Sí , claro.

Su madre le sonrió y caminó nuevamente en dirección a la sala. Dio un gran suspiro , relajando sus músculos y continuó  su camino , deseando salir de inmediato, no estar un minuto más en su casa. Al llegar a su habitación, cerró la puerta, tiró su bolsa en un sillón y revisó su celular, notó que la pantalla estaba quebrada. No se esforzó en adivinar quien la había llamado, era algo obvio. 

Su bandeja de entrada estaba llena de mensajes, los borró sin darles una ojeada, no quería verlos, no deseaba leer palabras con mentiras.

Ingresó al baño y se deshizo de toda su ropa, admirando como la tela se deslizaba por su cuerpo, sonrió. Sabía que la estructura de su cuerpo no era para nada parecido a los prototipos que establecía la sociedad , en lo absoluto, pero se sentía bien con ella, con su cuerpo y sabía que eran muchos los hombres que la admiraban; por eso no podía entender cómo el inútil de Ryan  la había cambiado por Taisha.
Ella despertaba deseo en los hombres, siempre la perseguían ...Era una lástima el haber preferido a Ryan sobre los demás, sobre su soltería, sobre su independencia.

Se dio una ducha rápida sintiendo lágrimas rodando por sus mejillas que se mezclaban con el agua. Aún dolía si pensaba en eso, dolía los años que había perdido en personas como ellos, falsas.
Dolía el haber sido tan estúpida como para no darse cuenta, y también el haber confiado nuevamente. La vida le había enseñado que no se podía confiar en nadie , mucho menos cuando se está en la élite de la sociedad ; las personas siempre se acercaban por interés, eso debía entenderlo de una vez por todas. El dinero traía muchas desventajas si deseaba enumerarlas, ella prefería disfrutar de él sin darle tantas vueltas y seguir escondiendo todo bajo una completa fachada de que no se iba a dejar desquebrajar.

Se colocó un vestido entallado corto, unas zapatilla altas que la hacían lucir esbelta y un bolso que hacía juego. El cabello lo dejó completamente suelto cayendo en cascada por su espalda hasta rozar su cintura, se maquilló suave, dando más toques profundos en sus ojos pardos para realzarlos y hacerlos la principal atención para quién la observara.

Se escabulló nuevamente hasta llegar a la entrada, esperando no encontrarse con sus padres, pues estaba segura de que si su padre la llegaba a ver con esa ropa  le daba más valor para que en cualquier discusión lo usara en su contra, y usara palabras hirientes que realmente ella ya estaba acostumbrada a escuchar, pero igual dejaban algo más ahí.

Hacía mucho tiempo que no pisaba esa discoteca, habían pasado casi dos años desde la última vez y que había sido con Ryan. Era un lugar al que no cualquier persona entraba, la exclusión social que se controlaba en el lugar era todo por lo que ella constantemente discutía con sus compañeros de clase. No obstante, era exactamente la que necesitaba en estos casos, puesto que al ser tan exclusivo no corría el riesgo de que la reconocieran, por lo que, aún siendo hipócrita con sus ideales, lo hace sin pensarlo demasiado, después de todo, nadie se enteraría.

Al llegar al lugar respiró profundo,este se encontraba casi a las afueras de la ciudad, así que eran pocas las personas que se veían. Salió del auto con toda la delicadez y se acercó al hombre que escoltaba la entrada, le sonríe con coquetería y él la deja pasar devolviéndole la sonrisa. El cambio de luces y el ambiente allí dentro, eran notorios, cálido  y opresor.

No era posible ver los colores del lugar ya que las luces que chocaban con las paredes distorsionaba aún los tonos. La música era alta, la que se solía escuchar ahí, seductora y atrevida, la que ahora mismo hacía que quisiera mover las caderas al compás .
Se sintió en su lugar después de tanto tiempo.

Le hacía falta, mucha , y esa noche la iba a aprovechar, como solía hacerlo, como era ella, como disfrutaba.

Las personas no se fijaban en su presencia, y las luces oscuras no permitía que lograra reconocer a alguien y mucho menos que la notaran.

El sitio era bastante grande, lo suficiente como para que más de cien personas pudieran estar ahí sin que hubiese amontonamiento. Como todo, estaban los espacios más privados a los que sólo los privilegiados clientes tenían acceso , espacios reservados en la segunda planta, vigilados por guardas, y entre esos estaba el de ella, una zona amplia que se cubría por unas cortinas gruesas de color rojizo, para más privacidad , también había una pequeña nevera con bebidas de todo tipo para el consumo libre, por supuesto el gasto sería notificado en su cuenta.

Se acercó a la pista percibiendo  como la música llenaba sus sentidos y la despertaba, la hacía disfrutar del lugar. Comenzó a mover las caderas sintiendo como la liberaba, como todos  sus sentidos se dormían y al mismo tiempo se mantenía atenta, era eso lo que la deleitaba.

Estaba sola, en medio de tantas personas, el bullicio y las luces fluorescentes golpeando su rostro, los demás cuerpos moviéndose, contoneándose, bailando junto a ella. El sudor, el calor, la música, sonidos y movimientos.

Bailaba lento, suave , movía sus caderas dejándose llevar por la melodía , sintiendo la música acariciar su cuerpo, haciendo que se deslizara por la pista sin inhibiciones  descubriendo su verdadera esencia; que deseaba ser vista, ser el centro de atención, disfrutar de miradas penetrantes y palabras obscenas que llegaban a sus terminaciones​ nerviosas y la despertaban.

Su cuerpo se iba cubriendo de una capa de sudor  comenzaba a mezclarse con las personas que la acompañan en ese delirio de luces, lujuria, danza, que deseaban disfrutar el momento, sin nada que temer o deber, cumplir fantasías, dejar atrás la buena educación y pecar sin ser juzgados, sólo por una noche.

Abrió los ojos cuando sintió dos brazos tomarla fuerte por la cintura y una estupenda electricidad que le recorría todo el cuerpo. Samantha tragó saliva y se giró para mirar al extraño que la había sujetado, sin dejar de moverse. Su cabello castaño destellaba un poco, y unos ojos oscuros la observaban con mucha atención y picardía.

Mordió su labio observando como los de él comenzaban a curvarse y su agarre se volvía más duro ,más osado.
Volvió a girar su cuerpo, cerrando los ojos , sintiendo como sus manos se quedaban justo en el mismo lugar ;presionando y soltando. Apoyó un poco su cabeza en los hombros de él, sintiendo su respiración en su oído, la forma en cómo tragaba saliva y se iba excitando. Notaba su erección rozar sus caderas, adorando como se dejaba llevar por el momento.

-Te mueves de forma suave y seductora, exquisita - Susurró contra su cuello para luego soplar con delicadeza.

...

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  ~Hela F. 🦋 ~  01/14/ 19 ~ 1:32 AM

Embriagador Deseo || Christopher Vélez  || ADAPTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora