Cap. 12

1 1 0
                                    


Fue lentamente, pero por primera vez habíamos unido nuestros labios. No paramos y cada vez era más satisfactorio. Todo a nuestro alrededor había sido olvidado y nuestras pesadas habían desaparecido por completo. Entonces comencé a sentirme aun más diferente.

A pesar del beso quería algo más, pero no sabía que era... Nos dejamos llevar y ya no podíamos detenernos... Toda mi inocencia había partido desde el instante en que nos besamos.

Paramos por un momento y nos sorprendimos. Nos quedamos viendo uno al otro. Luego de unos segundo después mis labios aun estaban sedientos así que le besé nuevamente. Desde ese momento casi era imposible pararnos. La cena que preparamos había quedado sin alguien que le coma. Me llevó a su cuarto y allí nos quitamos todo lo que llevábamos enzima.

Fue la mejor noche de mi vida, lo había disfrutado más de lo que había imaginado... Mi cuello estaba lleno de chupones y me encontraba cansado, no sé porque era el cansancio pero aun así permanecí a su lado y él al mío.

Habíamos cruzado un lado peligroso, pero nos teníamos uno al otro. Rompimos toda regla y barrera que se nos fue infligida desde que nacimos hasta que morimos... pero le amaba más de lo que amaría a una persona.

Multicolores vi y estrellitas en lo más profundo de mi mente. Durmiendo uno al lado del otro la brisa levanta suavemente la cortina de la venta y se estremecía una luz luminosa proveniente de afuera.

Oíamos el dulce cantar de los pájaros revoloteando por todo ese lugar. Desperté y voltee a mirarle. Estaba feliz y aun entumecido, de pronto comencé ver sus labios, se veían húmedos y de ganas de bersarle.

El chico que me aceptóWhere stories live. Discover now