Vuelta a la rutina. Me incorporo ese mismo lunes a las clases, impaciente por contarles a mis amigos las novedades.
-No paro de pensar en él.-Les confieso.
-Será uno de tus caprichos, ni te rayes.
-Supongo.No he vuelto a hablar con Alex. Me gustaría preguntarle un millón de cosas como por ejemplo cuáles son sus aficiones o a qué le gustaría dedicarse, pero no quiero resultar desesperante.
Cuando menos me lo espero, se convierte en mi único tema de conversación.-¿Es que no te das cuenta? Te estás comiendo la cabeza por una tontería de las grandes. Siempre te pasa lo mismo. Crees que has encontrado al amor de tu vida, ¿pero qué pasa a la semana? Que ya estás hablando con otro.-Me dice Diego, uno de mis mejores amigos. Siempre es así de sincero, por eso es tan esencial para mi.
-¿Y si esto es diferente? No siempre tiene que ser igual.
-Lo dudo.-Me confiesa.-Olvídalo, será lo mejor que hagas.
-Vale.
Esa misma tarde le volví a hablar. A partir de entonces cada día nos dedicamos un rato. Desconozco el paradero de esta historia. Lo único que sé es que es diferente. El 20 de octubre fuimos más allá. Me preguntó si había tenido alguna relación. No le mentí. Reconocí mi problema y le dije que siempre había sido la espina de la rosa, lo cual lo comparto con él.
-"¿Te has enamorado alguna vez?"-Le pregunto.
-"No"
Cuando voy a contestarle, me salta una llamada. Es Carlos, una de las personas más importantes en mi vida.
-Dime.-Respondo. Es raro que me llame.
-Oye.-Dice.-¿A ti se te ha perdido una gallina?
¿Qué?
-¿Una qué?-Pregunto confusa. Se ha debido de pasar con los porros.
-Una gallina.
-¿No? -Respondo tras varios segundos de reflexión. Esto es surrealista.
-Es que Patru y yo nos hemos encontrado una y pensábamos que era tuya.
Bueno, quizás no sea tan surrealista teniendo en cuenta que en realidad tengo gallinas y Carlos es mi vecino. No es tan descabellado como suena, pero me ha pillado de imprevisto.
-¿Y qué hago yo con una gallina ahora? -Pregunta entre risas.
-En dos minutos estoy en tu casa.
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Distancia
Teen FictionNo cree en el amor. O al menos hasta que lo conoce a él. Todo es perfecto quitando el hecho de que los separan 1,756.95 kilómetros. Esta es la historia de mi primer amor, del chico del que me enamoré como ya no lo hacen. Afrontamos una dura relación...