Capítulo 3: The Super Soldier

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El día había llegado y me encontraba en camino hacia nuestro laboratorio secreto ubicado en Brooklyn junto con Steve Rogers. Él observaba las calles como si las conociera de memoria, y así lo era, este era su barrio.

–Conozco este barrio –comento Steve y señalo un callejón–. Me golpearon en ese callejón y en ese estacionamiento, y detrás de ese café –agrego un poco avergonzado.

–¿No te gustaba la idea de huir? –le pregunte mirando hacia delante, Peggy nos miraba con complicidad desde el retrovisor, según ella mi interés sobre Rogers iba más allá de lo profesional.

–Si huyes, jamás te detienes, te levantas y te defiendes –me contesto dejando toda vergüenza y dando paso al orgullo–, no pueden negarse para siempre.

–Conozco esa sensación, que te cierren la puerta en las narices –admití, Howard en su afán de "protegerme" me había tratado de cerrar en una cajita de cristal y con los contactos que tenía había hecho que muchas personas me negaran ofertas de trabajo–. Llegamos –nos bajamos frente a una tienda de antigüedades–, sígame.

–¿Qué hacemos aquí? –pregunto extrañado al ver como entrabamos a la tienda.

–Una mañana preciosa. ¿No cree? –nos preguntó una señora cuando entramos.

–Sí, pero yo siempre traigo un paraguas –conteste con la palabra clave, dicho esto la señora acciono un botón que nos permitió acceder a las instalación científica secreta.

Cuando entramos a la sala donde llevaríamos a cabo el experimento, todos los ojos se posaron sobre Steve.

–Buenos días –nos saludó Erskine mientras yo me colocaba mi bata, un camarógrafo saco una foto de Steve tomando la mano del doctor–Por favor, ahora no.

–¿Estás listo? –le pregunte una vez terminada de arreglar mi bata, él no emitió palabra alguna, simplemente asintió.

–Bien, quítese la camisa, la corbata y el gorro –pidió Erskine.

–¿Cómodo? –le pregunte cuando se acostó sobre la máquina.

–Está un poco grande –contesto provocando de Erskine y yo riéramos, mejoramos la fórmula para que no simplemente diera súper fuerza como hizo conmigo, si todo salía como debía, debería también tener un cambio físico–. ¿Guardo un poco de Schnapps? –preguntó al doctor.

–No tanto como debería, lo siento –le contesto este– Sr. Stark. ¿Qué tal sus niveles?

–Niveles al 100 por ciento –contesto Howard apareciendo mientras rodeaba mi cintura y me abrazaba, yo correspondí su abrazo–. ¿Cómo estas Lena?

–Muy bien Howard –le conteste, cuando deje de abrazarlo y me gire hacia Steve este me miraba de una forma un tanto extraña.

–Quizá apaguemos muchas luces en Brooklyn –hablo Howard acercándose a Steve y mirándolo, este otro no lo miraba de buena manera–, pero estamos preparados, tanto como es posible.

–Peggy, creo que es mejor que subas a la cabina –le recomendé al verla detrás mio.

–Si, por supuesto, disculpen –hablo retirándose.

–¿Me escuchan? –hablo Erskine a un micrófono –. Señoras y señores hoy no daremos otro paso hacia la aniquilación, sino el primer paso en la senda de la paz. Comenzamos con una serie de micro inyecciones en el grupo muscular superior del sujeto –yo era la encargada de colocar el suero en las agujas–. El suero causara un cambio celular inmediato y luego, para estimular el crecimiento saturaremos al sujeto con Vita Rayos.

Stopped In The Time- Capitán América (Steve Rogers) y TuWhere stories live. Discover now